Os he hablado hace unos cuantos post de las princesas de hoy en día y se me olvidó mencionar que esas princesas son (o serán) lo que son gracias a que se pueden ver reflejadas en el espejo de sus madres.
Y yo que hablo de It Women en este blog no puedo menos que dedicarle uno a todas las madres, en especial a todas las madres de mi generación.
A todas esas madres de más de cuarenta, con hijos adultos pero pequeños (porque siempre son pequeños para ellas).
Mujeres que renuncian a su propia identidad, que renuncian a su vida particular, a todo lo que haya que renunciar con tal de que sus hijos sean felices. Pero que no dejan de ser mujeres, y no dejan de estar en la vida actual, arregladas, cultas, trabajadoras y valientes.
Mujeres que o son madres solteras o son madres separadas (que a veces es como ser madre soltera) y no necesitan para nada la presencia de un hombre (un padre) en sus vidas. Porque ellas lo llevan todo para adelante. Madre no hay más que una.
Mujeres que en un momento determinado vieron que las engañaban y no cerraron los ojos por comodidad, se enfrentaron a ello y tomaron la decisión de seguir sin esa persona pero con toda su dignidad.
Mujeres de las que debería aprender la Infanta Cristina (hago este paréntesis porque me lo pide el cuerpo) a la cual yo le quito un título: el de It Woman. Los demás títulos me dan igual. Pero ejemplo de mujer de más de cuarenta valiente y con dignidad no es. Qué verguenza con la de mujeres que hay en nuestro pais con mucha más decencia que esta persona tengo nos represente.
Sigo con lo que estaba.
Mujeres que ven a sus hijos irse fuera a estudiar o a buscarse la vida, y que sufren por no tenerlos cercas, pero que los apoyan y animan para que hagan lo mejor para ellos.
Mujeres que han sido hijas antes que madres y que han hecho felices a sus padres y los han cuidado hasta el final.
MADRES. Con eso está todo dicho.
Y además de madres, son amigas y nunca fallan.
Gracias por existir, gracias a vosotras el mundo siempre será mejor.