La reina siempre culpará a sus peones de su fracaso. Porque nunca tiene la culpa. La culpa es de los demás. Y después argumenta que trabaja con responsabilidad. Pues, asúmela. No. Eso no. Hoy el tema va de la alegoría y el simbolismo. Nunca lo he entendido. Tal vez porque cuando me dicen que una llama que se enciende en la oscuridad representa el nacimiento del universo o de dios que nos alumbra con amor, me cortocircuito. Las metáforas me hacen perder el norte, como la paloma del poema que va al sur. ¿Se equivocaba? Pero si en el norte hace frío. Depende de si era verano o invierno, supongo.Todo empezó con San Juan de la Cruz. Ah, sí, lo he leído. Me pareció muy porno hasta que me explicaron eso del simbolismo de la llama, la oscuridad o la noche y todo eso. Después vino lo de la mística y ascética. Noooo. No es lo mismo. En fin, que me chafaron mi idea sobre la sexualidad del siglo XVI (bonito siglo, por cierto, me recuerda a éste, pero en pequeñito). En ajedrez, la reina tiene los movimiento más largos, es la que protege al rey, que es el que tiene los movimientos aparentemente más cortos, pero que bien jugado le puede llevar a las tablas o empate técnico. Al final de una partida, casi todos caen (los que caen con jaque mate tempranos son príncipes, mas no reyes), acorralan a un rey y,¡hala!, se termina la partida. El rey no muere, suele abandonar. Es deshonroso que muera. Luchar hasta la muerte no está bien visto. El rey, con todo, es el más listo, porque vive. Nunca he entendido lo de morir de pie si uno puede vivir arrodillado y vengarse más adelante, en otro partida; claro está, que si no puede, eso ya es otra cosa. Los epitafios tienen una gran clientela entre los héroes. La reina trabaja para que el Estado siga beneficiando a los mismos y proteger al rey o presidente de turno, y siempre,"echará la culpa al mambo". Es una pena, porque siempre me ha gustado más el atrevimiento, la osadía y la lucha de las reinas (hasta el sacrificio) que la apenada huida del rey por el tablero buscando las tablas.