El “12 Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe” (EFLAC) se realizará en Bogotá, Colombia, del 23 al 26 de noviembre se realizará. Hace 30 comenzó en la región un espacio de encuentros que ha intentado ser diverso, plural y que sin duda ha sido provocador. (1) AWID conversó con Virgina (Gina) Vargas*, sobre la historia de los EFLAC y su importancia no sólo a nivel regional.
AWID: ¿Cuál es la relevancia histórica de los Encuentros para los movimientos feministas en América Latina (AL) y para el movimiento feminista internacional?
Virginia Vargas (VG): Creo que la construcción de los feminismos latinoamericanos ha pasado por los Encuentros, y nos ha dado una perspectiva que trasciende lo nacional. Han alimentado el internacionalismo feminista, han formado una cantidad de redes que han salido de las interacciones que se realizaban al interior de los encuentros. Los EFLAC han sido siempre espacios de reflexión teórica y posicionamiento político, y también han sido un espacio para confrontar las diferencias y las discrepancias.
Han impulsado fechas de movilización claves por ejemplo, el 25 de noviembre (Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer) (2) y también el 28 de septiembre (Día por la Despenalización del Aborto en América Latina y el Caribe), por mencionar dos de las fechas significativas de los calendarios de lucha feminista que han salido de los EFLAC.
Creo que los encuentros feministas han ayudado a pluralizar los feminismos, y esa sería una de las dimensiones más importantes de los Encuentros. (3)
AWID: En tu opinión ¿Cuáles han sido los logros y avances más importantes en la organización y la acción de los movimientos feministas en la región en los últimos 30 años?
VG: Creo que uno los avances fundamentales de los feminismos en AL es haber impulsado una revolución cultural, una propuesta que ha tendido, como decía Giuilia Tamayo, a politizar el malestar de las mujeres, a volverlo político. Julieta Kirkwood con su consigna “democracia en el país y en la casa” resume lo que ha sido el aporte de los feminismos a otra forma y otra mirada a la política.
Los feminismos contribuyeron también radicalmente a la extensión de la democracia. Nuestros movimientos nacieron en dictadura; en la mayoría de los países había dictaduras o había gobiernos democráticos que no lo parecían tanto ya que eran bastante autoritarios. Entonces, nuestras luchas iniciales fueron básicamente por la recuperación de la democracia.
También hemos tenido capacidad de incidencia nacional y regional: tenemos la Convención de Belem do Pará en la OEA, que es la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer, que ha sido un logro muy importante, y en todos los países de AL tenemos leyes de igualdad. Otra cosa es que no se cumplan, y que en muchos Estados sea simplemente igualdad formal. Pero ya una legislación favorable te da un piso importante para seguir la pelea desde otras trincheras y perspectivas.
AWID: En la actualidad hay mujeres ejerciendo el poder como Presidentas en varios países de AL. ¿Esto también ha sido posible por estos 30 años de feminismos?
VG: Eso pasa por la capacidad de incidencia política nacional y regional de la que te hablaba. Es importante tener no sólo mujeres en los Parlamentos sino también mujeres presidentas. Hay una política de presencia que es absolutamente fundamental. Pero no estoy tan segura de que hayamos todavía conseguido una masa crítica, una política de ideas en relación a lo político. Hemos tenido experiencias muy positivas con varias de las mujeres presidentas, pero no con todas. Un cuerpo de mujer no garantiza un pensamiento transformador de mujer.
Sin embargo creo que hay cambios significativos en la forma de mirar también los espacios oficiales de hacer política. La lucha fundamental para muchas de nosotras, ahora, es la paridad y ya no las cuotas. Cuotas que además no se cumplen, o que se cumplen parcialmente en algunos países. Es una lucha muy fuerte para dar justamente en la parte más dura del control patriarcal, que es la política institucional, la política formal. Es un campo de disputa a pesar de los logros.
AWID: Un tema que ha dividido las aguas del movimiento es la cuestión de la autonomía. ¿Qué podrías decirnos sobre ese debate y su impacto en la construcción del movimiento en la región?
VG: Fue un proceso de aprendizaje, doloroso, para todas las partes de los movimientos; son los riesgos que los movimientos enfrentan. Hasta ese momento habíamos sido teóricamente un movimiento, en singular, cosa que evidentemente no es cierta. Fue un proceso de aprendizaje de la complejidad y diversidad de los feminismos. Y también de los riesgos.
La institucionalización de sectores de los feminismos evidentemente es un riesgo. Pero no es automático esto de institucionalización versus pérdida de autonomía. Creo que ahí está la otra dimensión, el riesgo de posicionamientos que no estén abiertos al diálogo, que simplemente dicotomicen la realidad. Creo que estos debates nos han servido para estar más atentas a las complejidades de un movimiento diverso en la región y por supuesto a las dificultades que traen siempre las negociaciones con el Estado, los poderes públicos, cuando no tienes un sustento político autónomo para hacer las negociaciones. Creo que para mí ese fue uno de los más interesantes aprendizajes.
También creo que el momento ahora es otro. No creo que lo que esté marcando el momento en AL sea la disputa entre institucionalizadas y autónomas porque creo que se ha diluido bastante esa mirada. Ahora el momento es de la diversidad a otros niveles, no solamente en estas posturas políticas ideológicas sino de diversidad en la existencia de los feminismos, en las formas en que se construyen las agendas sobre la base de actoras diversas, múltiples, que antes no estaban con la fuerza con la que están en este momento. Y entonces las intersecciones de etnia, raza, clase, sexualidad disidente, edad, etc. es para mí el núcleo fundamental de la reflexión y las estrategias feministas, hacia diálogos más interculturales, por decirlo de alguna forma.
AWID: Para situarnos históricamente ¿en qué momento comienza la discusión por la autonomía y cuándo irrumpe más fuerte el tema de la inclusión y diversidad?
VG: Las discusiones de las autonomías y las institucionalizaciones vino acompañada del proceso de la Conferencia de Beijing, que tuvo su expresión más evidente en el encuentro feminista de Chile en 1996, pero había comenzado en el Encuentro anterior. Hubo un sector de los feminismos que no estuvo de acuerdo con la participación de algunas de nosotras dentro del proceso de Beijing, y eso resultó en una fuerte polarización entre las autodenominadas feministas “autónomas” y las que ellas consideraban feministas “institucionalizadas”. Pero fue un proceso que dio cuenta de la complejidad de los procesos y miradas.
El hecho es que nosotras no entramos a Beijing simplemente como expertas, entramos disputando con la ONU para que cambiaran a la responsable de la región que habían puesto, que era una mujer chilena del Opus Dei, y pudimos poner a la persona que nosotras habíamos elegido. En ese caso, por casualidad, fui yo la que dio la cara para esta disputa con la ONU, y quedamos nosotras, como movimiento, a cargo del proceso de Beijing. Y las dinámicas que se hicieron dentro de la Conferencia desde AL fueron mucho más desde el movimiento que desde mujeres expertas haciendo lobby. Nosotras tuvimos dos estrategias: incidir en la plataforma y al mismo tiempo fortalecer la radicalidad de los feminismos a nivel de la región. Como te digo, nos enfrentamos y fue la primera gran discrepancia que tuvimos, que creo que nos hizo crecer.
Respecto a la inclusión, éso siempre ha estado de alguna forma rondando los espacios feministas, pero esto comienza a ser más evidente en Brasil, cuando las feministas trans quieren entrar al Encuentro y en un primer momento no hay acuerdo, tanto no hay acuerdo que por primera vez en un EFLAC votamos a favor o en contra. Y ganamos las que queríamos la presencia de las compañeras trans en el interior.
En México estuvieron las indígenas muy bien posicionadas, levantando críticas claras a un feminismo que ellas sentían que era demasiado blanquiñoso, por decirlo de alguna forma.
Desde el inicio tuvimos la presencia de compañeras negras, afro-latinas, y sin embargo el tema de la raza nunca estuvo presente con la fuerza que tendría que haber estado dentro de las reflexiones feministas. No es que no estuviera sino, como decía Leila Gonzalez, feminista brasilera, el movimiento feminista es racista no por acción sino por omisión, porque no lo habla, porque no lo pone dentro de sus estrategias centrales.
Junto con las jóvenes son son presencias que han expandido el frente feminista, han democratizado los espacios del movimiento, con nuevas actoras, nuevas voces. Los feminismos ahora son un conjunto de estas diversas miradas transgresoras de una realidad que es racista, que es homofóbica, que es clasista.
AWID: Desde tu visión y experiencia, ¿cuál consideras será el futuro de los EFLAC?
VG: Yo quisiera que los encuentros fueran para toda la vida, sin embargo cada vez nos enfrentamos con más dificultades. Viajar en este momento en AL se ha convertido en un asunto caro, es complicado. Posiblemente también dependa de las nuevas formas que las nuevas generaciones feministas están prefiriendo como formas de articulación regional.
Creo que es fundamental hacer encuentros en cada país, que no siempre se han hecho, hacer encuentros sub-regionales, y entonces quizá se de una dinámica de diferentes tipos de encuentros que empiezan a interactuar entre ellos y que hacen que los EFLAC puedan alargarse en el tiempo quizás un poco más. Sé que es difícil mantenerlo de esta forma. Para mí es fundamental la articulación de las mujeres a los diferentes niveles: nacional, subregional, y regional.
* Centro Flora Tristan, Peru y Articulacion Feminista Marcosur, America Latina
NOTAS:
1) Cronología de los EFLAC: Colombia, 1981; después Perú, 1983; Brasil, 1985; México, 1987; Argentina, 1990; El Salvador, 1993; Chile, 1996; República Dominicana, 1999; Costa Rica, 2002; Brasil, 2005; México, 2009.
2) “Hace unas semanas estuve en un Encuentro en la parte kurda de Turquía, y fui a la casa de las mujeres que estaban ahí, jóvenes, feministas, regias, y uno de los pósters que tenían era sobre las hermanas Mirabal, con toda la leyenda en kurdo. Impresionante. Ya se imaginan la emoción que me dio. Han celebrado el 25 y todo”. (GV)
3) El famoso artículo tan importante de Julieta Kirkwood sobre de los nudos de la política feminista lo hizo a partir del encuentro que hubo en 1983 aquí en Perú, mostrando nuestras reflexiones, nuestros desconciertos, nuestras miradas frente al encuentro que fue muy rico pero también con las tensiones que tienen siempre los encuentros por las nuevas miradas, las nuevas voces. Bueno, entonces ella salió con este extraordinario texto de “los nudos de la sabiduría feminista”. (GV)
Descargar aquí el artículo de Julieta Kirkwood "Los nudos de la sabiduría feminista" (1983), en formato .pdf:
LOs nudos.pdf 1,46 MB
Por Gabriela De CiccoFuente: Awid