Si las normas fueron acordadas, si no le pidió a su socio hacer algo que usted no está dispuesto a hacer, y si se sujetó a las reglas de manera consistente, a su socio tampoco debería resultarle difícil cumplir tales normas.
Establecer las normasA continuación se describen algunas normas que lo ayudarán a implementar la rendición de cuentas. Algunas de las indicaciones que se mencionan son más apropiadas para asociaciones en las cuales un socio extranjero provee subvención financiera para un ministerio local.Primero, escriba cuáles son sus expectativas. ¿Sobre qué cosas se rendirán cuentas unos a otros? Escríbalo. Ya sea que use los seis factores de confianza mencionados anteriormente o una lista diferente, póngalo por escrito. Entienda que esto no es igual a insistir en un contrato. El propósito no es lograr conformidad, sino evitar la mala comunicación y las suposiciones falsas. El problema de las expectativas es que tienden a cambiar con el tiempo sin que nos demos cuenta. Sin embargo, si están escritas, siempre podemos regresar a ese punto objetivo de referencia.Segundo, comparta toda la información pertinente. Esta norma requiere que las partes compartan toda la información que tengan y que pudiera afectar el modo en que solucionan un problema o toman una decisión. El hecho de compartir asegura que todos los socios dispongan de la misma información, incluyendo aquella que pudiera repercutir insatisfactoriamente en la alianza. (Esto se refiere a toda información correspondiente a la alianza, no necesariamente a toda la información sobre cada ministerio.)Tercero, céntrese en los resultados, no en las intenciones. Para que un ministerio navegue en medio de los avatares y sorpresas de un mundo en constante cambio, tener expectativas claras es de suma importancia. Sin embargo, las expectativas son en realidad poco más que buenas intenciones. A fin de cuentas, lo que importa es lo que sucede como resultado de la actividad ministerial. La rendición de cuentas funciona de la mejor manera cuando el desempeño de cada parte es evaluado de acuerdo a los resultados reales.Cuarto, revea los factores de confianza con frecuencia. El típico proceso de revisión implica organizar entrevistas para debatir dónde se encuentra cada ministerio en relación a los factores de confianza. Las buenas alianzas se reúnen anualmente. Y las mejores reúnen al personal clave dos veces al año. En cualquiera de los casos, nada puede reemplazar los debates cara a cara sobre cuestiones que hacen a la salud de la relación.Quinto, resuelva los conflictos inmediatamente. Las partes que trabajan a través de distancias culturales, económicas y geográficas tendrán conflictos seguramente. Esto es un hecho. Es casi imposible impedir que ocurran conflictos. Una mejor opción es construir una relación tal que contribuya a resolver los altercados inmediatamente. La inmediatez es importante porque cuando la gente se enfrenta con un problema difícil, tiende a escoger la salida más fácil. Dadas las opciones de enfrentar las diferencias de opinión, resolverlas o evitar del todo los conflictos, las partes escogerán probablemente la evasión a menos que hayan acordado con anterioridad enfrentar el conflicto y trabajar sobre el mismo hasta resolverlo. Es sorprendentemente liberador reconocer que el conflicto es parte de la alianza y que puede ser usado como medio de aprendizaje y de crecimiento.Para que las normas sean útiles, todos deben entenderlas, estar de acuerdo con sus significados y comprometerse a usarlas. Las partes deberían acordar usar un conjunto específico de normas sólo después de haberlas discutido cuidadosamente.Una vez que las partes acuerdan seguir las normas, deben desarrollar maneras de asegurar su cumplimiento. Por ejemplo, se puede hacer referencia a las normas al rever los factores de confianza o durante otras reuniones. También pueden hacerse autocríticas al final de una reunión de revisión para ver cómo se están usando las normas y cuáles precisan mayor atención.
Si las normas fueron acordadas, si no le pidió a su socio hacer algo que usted no está dispuesto a hacer, y si se sujetó a las reglas de manera consistente, a su socio tampoco debería resultarle difícil cumplir tales normas.
Si las normas fueron acordadas, si no le pidió a su socio hacer algo que usted no está dispuesto a hacer, y si se sujetó a las reglas de manera consistente, a su socio tampoco debería resultarle difícil cumplir tales normas.