
Luche y Vuelve
“Hay una palabra secreta que anda por la calle
corre una voz, un frío. Hay una revolución que todos callan
y nadie prefiere comentar”
Paco URONDO
Nucleados bajo la consigna que cita el título, los integrantes de esa agrupación, ya identificada con la legendaria sigla J.P., iban ganando protagonismo en ese período tomando responsabilidades mayores. Algún petardo colocado en las vías del tranvía fueron las primeras acciones, mas adelante habría hechos de mayor envergadura. Para entonces un conflicto en el frigorífico Lisandro de la Torre, del barrio de Mataderos, determinó la toma del mismo por los trabajadores buscando evitar su privatización. Allí se generó un acto de auténtica resistencia bajo el liderazgo del inolvidable Sebastián Borro. Cuando asistimos pasivamente a los despojos sufridos en la década del 90, olvidamos la heroica patriada de los obreros de entonces que nos hubieran servido de ejemplo del camino a seguir.Los tanques del ejército ingresando al lugar para recuperarlo indicaron que el gobierno no escatimaría esfuerzos para “normalizar” la situación.Durante días, toda una amplia zona de esa populosa barriada vivió la efervescencia de un pueblo en lucha. El “Bebe” Cooke intentó generalizar el conflicto a través de una huelga insurreccional, pero fue desautorizado por un claudicantePeronismo. En una de las inolvidables cartas a Perón, el propio Cooke escribió: “… El Consejo Coordinador no sabe lo que pasó, porque hasta para hacer manifiestos hay que salir de debajo de la cama…"La función de Cacho y sus compañeros consistió en romper los faroles de alumbrado del barrio para crear las condiciones en que desde las sombras realizar aquella táctica de “pegar y salir”.En esa oportunidad realizaron una acción de las conocidas como “recuperar” un arma. Se llamaba así a desarmar a un policía, quitándole la posesión de la pistola con la que la sociedad lo equipaba para la protección de los ciudadanos y no para reprimirlos. En ese acto ocurrió un hecho casi cómico que nos marca que a pesar de vivir un tiempo de conflicto, era otro país, con rasgos casi ingenuos, muy distintos a los que vendrían en la historia posterior.El policía desarmado los siguió varias cuadras diciendo que si no le devolvían el arma, sus superiores se la iban a hacer pagar. Estas palabras surtieron el efecto deseado, los jóvenes se apiadaron de él reflexionando sobre que también era un trabajador, y tras descargarla decidieron devolvérsela. Curiosos subversivos estos que por entonces consideraban la situación de su “enemigo”.Mas adelante, la lucha tomaría un rumbo tal que no sería posible tener actitudes como esta.
