Lo de dejar a un lado las tendencias políticas de esta marea no sé si se llegó a conseguir. Lo que sí está claro es que la inmensa mayoría de la sociedad está harta de permanecer callada, a la espera de que todo vaya a peor. Y eso se vió en la calle, en las calles de tantas ciudades que fueron tomadas por esta marea.
Pero a pesar del éxito de la convocatoria, hoy todo sigue igual. No hay repercusiones más allá de unos cuantos detenidos y un pequeño huequito en diarios y televisiones. Y es que ¿cuál era la reinvidicación concreta de esta marea? ¿que estamos hartos? ¿que dimita el gobierno? ¿que la oposición ejerza como tal?
Ninguna marea inundará realmente España hasta que no tengamos un objetivo, un fin, una alternativa que nos convenza de que todo esto puede cambiar. De que todo esto podemos cambiarlo.