Las empresas para conseguir tener una excelente RSE, ha de actuar a diferentes grupos de interés. Es obvio que se persigue una rentabilidad económica, pero para ello también no ha de descuidar los clientes, pilar básico de toda actividad empresarial (satisfacción de servicios y productos, empleo de metodologías LEAN –optimización de procesos internos-, etc.)
Otro grupo de interés es la comunidad o ciudadanía. Aquí las empresas pueden hacer uso de campañas de concienciación, educación social, integración de grupos de exclusión social u otros con cierta vulnerabilidad (por ejemplo mujeres que hayan sufrió violencia de género) o la promoción del empleo por citar algunas.
Un aspecto importante son las relaciones con proveedores. Aquí por ejemplo cabría hacer hincapié que estos siempre han de generar un impacto positivo en tres niveles, económico, social y ambiental. Compras responsables de proveedores cuyos bienes son sustentables (p.e. papel proveniente de la caña de azúcar, etc…) para que tengan criterios de sustentabilidad.
Para acogernos a la RSE en el aspecto medio ambiental podemos actuar en diferentes vertientes, desde la segregación de residuos, participar en campañas externas de potenciación del medio ambiente, la separación especial de residuos especialmente peligrosos para el entorno (pilas, radiografía, etc.); reducción del uso de papel (por ejemplo con envío de mayores correos electrónicos), reducción de la huella de carbono (menores desplazamientos utilizando videoconferencias) o con una mayor educación y cultura medioambiental (uso responsable del papel, apagar luz de estancias, consumo razonable del agua, etc.)
Todo ello generará una serie de beneficios a la empresa que irán desde el económico (menor consumo de materias primas directas e indirectas), mejoraremos la imagen interna (propios trabajadores) como externa (social)) y por último una menor impronta negativa hacia la naturaleza.