Marcellas, que estaba presente en el estrado, en compañía de su abuela Gina, a título de representante de las decenas de millones de personas que se verán beneficiadas por la reforma, sanitaria perdió a su madre, Tiffany, de 27 años, hace tres años, víctima de un cáncer. Tiffany se quedó sin trabajo y, en consecuencia, sin seguro, y no pudo tratarse de su enfermedad.
El niño estaba situado a escasos centímetros de Obama mientras éste firmaba, con 22 plumas estilográficas diferentes, las 22 páginas de la nueva ley. Con ojos abiertos como platos, Marcellas seguía atentamente cada firma y, poco después, resplandecía de satisfacción al oír decir al presidente sobre la nueva norma: «Estoy firmándola por Marcellas Owens, de 11 años, que también está aquí». La propia madre de Obama también murió de cáncer en mitad de una dura pelea con una aseguradora que, como a millones de enfermos, le negaba la asistencia pactada. ¿Les recuerda a algunas coberturas de las mutuas españolas?
Muchos han puesto el grito en el cielo por el gesto mediático/publicitario o demagogo del Presidente Obama al incluirlo presencialmente en la firma de la ley que mejorará la sanidad pública de EEUU. A mí ni me va ni me viene porque aquí también todos políticos quieren salir en la foto aunque represente un gasto astronómico al inaugurar un aeropuerto, a modo de ejemplo, al que le deseo mucho tráfico aéreo.
Dicho esto, lo que más me interesa es la respuesta que dio este jovencito contra sus opositores: "mi madre me enseñó que todo el mundo tiene derecho a su propia opinión"