Nuestra relación con la música llega hasta tal punto, que ésta es capaz de alterar nuestro estado emocional. Nuestro cerebro ha ido evolucionando y a lo largo del proceso ha ido incluyendo a los sonidos como pieza fundamental con la que crear patrones junto a las emociones y así, decodificar nuestro entorno.
Estudios neurocientíficos demuestran que la música tiene la capacidad de cambiar estados de ánimo activando cada una de las estructuras emocionales del cerebro. Se han llevado acabo experimentos en los que se ha modulado la actividad en prácticamente cualquier estructura emocional del cerebro gracias a las emociones estimuladas por la música. La música es capaz de despertar el núcleo de las estructuras cerebrales creadoras de nuestro universo emocional.
Vamos pues, al resultado de uno de estos experimentos... no es el único, es el definitivo, solamente es uno más pero no por ello deja de ser muy interesante.
La respuesta emocional a la música: atribución de términos de la emoción a segmentos musicales
Por Enrique Flores–Gutiérrez (1), José Luis Díaz (2)(1) Unidad de Psicofisiología Aplicada, Servicios Clínicos, Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz. Facultad de Psicología, Universidad Nacional Autónoma de México.
(2) Departamento de Historia y Filosofía de la Medicina. Facultad de Medicina, Universidad Nacional Autónoma de México.
INTRODUCCIÓN
Si la música constituye un tipo de expresión o de lenguaje para la comunicación de estados emocionales, puede suponerse que habrá un acuerdo significativo en la atribución de ciertos términos de la emoción a segmentos musicales entre evaluadores humanos independientes. Si esto se comprueba, se justificaría el uso de ciertas piezas musicales como estímulos calibrados para evocar estados afectivos relativamente específicos y analizar correlatos neurofisiológicos de la emoción musical con mayor propiedad y certeza.
MATERIAL Y MÉTODO
Criterios para la selección de los estímulos musicales
Se establecieron cuatro criterios para seleccionar las obras musicales: 1. tema y melodía homogéneos e identificables; 2. obras exclusivamente instrumentales; 3. segmentos musicales con tono afectivo (<<tema y motivo>> musical) claro y distinto; 4. muestras de diferentes épocas y estilos. La amplia muestra de música <<culta>> entre los estímulos seleccionados se debe a que esta música, también llamada genéricamente <<clásica,>> es una de sus formas más depuradas por implicar extensos conocimientos teóricos y gran habilidad técnica. Para los objetivos del presente trabajo, es de particular relevancia el manejo deliberado y erudito de elementos sonoros como la melodía, el ritmo o la armonía para expresar ideas musicales con cierto tono afectivo. Una de las selecciones, la <<aurora boreal>>, no es propiamente una obra musical, sino secuencias aleatorias en progresiones armónicas que se presentan en la naturaleza. Este segmento plantea si una serie de sonidos naturales tendrá algún significado emocional en la población estudiada.
Obras musicales seleccionadas
1. De Wolfang Amadeus Mozart (1756–1791), Concierto para piano no. 17 K 453, tercer movimiento allegro, escrito en un tiempo rápido (100 golpes por minuto, aproximadamente) con una estructura o forma musical de tema y variaciones característica del periodo clásico.2. Aurora boreal. Sonorización de la señal electromagnética de una aurora boreal. Aunque no hay tema melódico, ritmo o armonía determinados, se perciben secuencias que incluyen principalmente al 1°, 2°, 3° y 4° armónicos, y aunque parecen combinaciones musicales, se presentan de manera aleatoria.3. De Modesto Musorgski (1839–1881), en arreglo orquestal de Maurice Ravel (1875–1937), Cuadros de una exposición. De esta obra impresionista se seleccionó el cuadro sombrío denominado El gnomo.4. Música andina del compositor Arturo Ruiz del Pozo. Tema <<Cumbres>>, interpretado por el grupo Yawar, con instrumentos tradicionales y electrónicos. Tres partes rápidas y una lenta.5. De Piotr Ilich Tchaikovsky (1840–1893), Sinfonía no 5, segundo movimiento andante cantabile en tiempo lento y moderado. Obra para gran orquesta del periodo romántico. Se seleccionó la reexposición del tema principal que contiene el clímax y se continúa con la cadencia final.6. Del grupo Metallica, <<Through the Never>>. Rock pesado, estilo heavy metal en ritmo rápido, volumen fuerte, distorsión en la amplificación de la guitarra y el bajo eléctrico. Ritmo con acentos en el segundo y cuarto tiempos.7. Música japonesa tradicional. Melodía de dominio popular llamada Usagi, tocada con el koto, instrumento de cuerda punteada parecido al arpa, y el shyakuhachi, flauta de bambú de sonido suave y profundo. Tiempo lento equivalente al adagio.8. De Gustav Mahler (1860–1911), Sinfonía no. 5, segundo movimiento, rápido agitado seguido de una secuencia lenta. Se eligieron dos segmentos consecutivos del inicio del segundo movimiento. Es una obra característica del periodo moderno.9. Música árabe tradicional. Taqsim Sigah: obra tocada con el kamandja, especie de violín rudimentario. Velocidad moderada con ritmo variable en el estilo maquam característico de la improvisación denominada taqsim en el mundo islámico.10. De Juan Sebastián Bach (1685–1750), Invenciones a tres partes, BWV 789–801. Son pequeñas piezas para piano a tres voces típicas del periodo barroco. Se eligieron tres de ellas, BWV 797, 796 y 801. Se presentan sólo datos de la 797. Los tiempos musicales para su ejecución son: andante–dulce, allegro y allegro–agitato.
Segmentación y grabación final del material musical seleccionado
Una vez editada la música, se grabó el material en un CD con diez pistas y cada una (pieza musical) con sus segmentos. La separación entre pistas y segmentos musicales fue de 10seg para dar lugar a la introspección y la elección de los términos de la emoción en cada segmento.
Sujetos
Modelo de términos de la emoción
El modelo de términos de la emoción se anexó en una hoja aparte con el esquema circular que sólo incluye 168 términos seleccionados por su claridad y frecuencia de uso acomodados en dos círculos concéntricos. En el círculo interno se anotaron los 28 términos representativos de cada grupo de emociones, organizados en los 14 ejes radiales de polaridades opuestas. La disposición del círculo interno también permite ubicar de manera contigua los términos de la emoción más semejantes. El círculo interno se ubica en los cuatro cuadrantes principales limitados por los ejes de agrado–desagrado y tensión–calma. Al círculo externo corresponden otros 28 bloques con cinco términos cada uno, de acuerdo con su similitud semántica, lo que suma 140, es decir, siete grupos de cinco términos por cada cuadrante.
Formato de respuestas
Audición y atribución
Se solicitó a los participantes considerar y anotar el término o los términos del esquema que mejor describieran o especificaran su propia respuesta emocional al escuchar el pasaje musical en turno. Se hizo hincapié en la indicación de expresar en cada término la propia experiencia emocional evaluada por introspección al escuchar la música y no la creencia de lo que la música representa o pretende comunicar. A continuación, se reprodujo el CD preparado previamente para que el sujeto eligiera los términos más indicativos de la emoción que le evocaba cada segmento.
Captura de datos
Cada uno de los 108 sujetos generó en el formato de respuestas un promedio de nueve diferentes términos de la emoción para cada una de las 10 piezas musicales; es decir, tres respuestas en promedio para cada segmento. Esto representó más de 9500 datos que tuvieron que ser ordenados y convertidos a frecuencias de atribución de los 28 términos de la emoción para cada uno de los 34 segmentos musicales. Los datos se concentraron primero en matrices por grupo y finalmente en una matriz general de datos crudos ordenados como filas de 28 términos de la emoción por 34 columnas de segmentos musicales con la puntuación de frecuencias en cada casilla.
Los datos de atribución de términos de la emoción a los segmentos musicales se vaciaron en formatos diseñados para concentrar las puntuaciones de todos los sujetos. Se sumaron las puntuaciones de los términos de la emoción por cada conjunto semántico derivando todas las atribuciones en el término principal de cada categoría emocional, según la clasificación realizada previamente.1 De esta manera, en vez de considerar cientos de categorías emocionales, lo cual sería inmanejable, se utilizaron sólo 28 para facilitar el análisis de los datos. Las puntuaciones obtenidas se desahogaron en el programa Excel de Microsoft Corporation, para obtener una matriz de datos crudos de cada grupo.
Estadística
Para llevar a cabo este análisis fue necesario transformar los datos crudos a rangos. En cada matriz de datos crudos se transformaron las puntuaciones de cada renglón por separado. Los rangos de cualquier renglón varían de 1 a k, es decir, a la puntuación menor se le aplica el rango 1, a la siguiente 2 y así sucesivamente hasta llegar a la puntuación mayor que tendrá el rango 34. Como un paso previo para aplicar la estadística de prueba, los datos de cada categoría emocional de los cuatro grupos se reunieron para obtener una tabla de 4 × 28 por cada categoría emocional. Por ejemplo, para cada término se alinearon los cuatro grupos para obtener así en un renglón adicional la suma de los rangos elevados al cuadrado (Rj2) en cada columna (condición). Una vez obtenidos los rangos en las 28 filas de los cuatro grupos, se procedió a la aplicación de la prueba de Friedman. La estadística de prueba denotada por Friedman como χ2r también conocida como Fr, se calcula con la siguiente fórmula:
Donde n es el número de filas (bloques) y k es el número de columnas (tratamientos). Rj es la suma de los rangos en la j–ésima columna y
Para establecer en cuáles segmentos se situaban las principales diferencias significativas, se aplicó la extensión de la prueba de Friedman para comparaciones de grupos con un control. Al aplicar la fórmula correspondiente, se obtuvo el valor crítico de las diferencias | R1– Ru | ≥18.59, con lo cual fue posible graficar el nivel de significancia de todas las categorías emocionales para cada segmento musical. La fórmula es:
Los datos crudos obtenidos en las pruebas se concentraron en las matrices correspondientes, una para cada grupo. El primer tratamiento fue transformar los datos crudos en rangos de Friedman. Finalmente, la estadística de prueba, el cálculo de significancia y la comparación entre grupos se hicieron en una matriz donde se conjuntaron los datos de los cuatro grupos, ordenados por categoría emocional.
Graficación de resultados
La selección de términos de la emoción de todos los sujetos fue expresada finalmente en histogramas para cada uno de los 10 segmentos musicales elegidos en este trabajo. En la abscisa de cada histograma aparecen los 28 términos emocionales tipo de cada uno de los conjuntos establecidos previamente, con la palabra que representa a cada conjunto entero de términos relacionados a esa emoción. Los 28 términos aparecen conforme al orden establecido en el círculo de la emoción tomando como primero al vigor. De esta manera aparecen en secuencia los cuatro cuadrantes del círculo, delimitados por los ejes de valor hedónico (agradable o desagradable) y de nivel de activación (excitación o relajación). El primer cuadrante con su grupo de siete emociones corresponde a las agradables y vigorosas (barras de color negro), el segundo a las agradables y relajadas (barras de color negro, segundo grupo), el tercero a las desagradables y relajadas (barras blancas, tercer grupo) y el cuarto a las desagradables y vigorosas (barras blancas, último grupo a la derecha). En el eje de las ordenadas aparece el total de atribuciones rectificado por la prueba de rangos de Friedman. Asimismo, en cada histograma se identifica con una línea punteada horizontal el nivel requerido para considerar una respuesta como significativa (p<0.05).
RESULTADOS
A continuación se presentan y describen los resultados obtenidos para cada uno de los diez estímulos musicales. Se muestra sólo el gráfico de un segmento representativo para cada pieza musical.
Mozart (figura 1). Respuesta afectiva robusta inclinada hacia la izquierda, es decir, hacia términos agradables y estimulantes. En este primer cuadrante, cuatro de las siete emociones sobrepasaron el umbral de significación estadística: entusiasmo, satisfacción, alegría y altivez. Tres de las siete emociones positivas y relajadas (segundo cuadrante) alcanzaron también significación: agrado, placer y deseo. Ocho conjuntos no fueron seleccionados por ningún evaluador: agotamiento, apatía, frustración, miedo, humillación, ira, duda y tensión.
Aurora boreal (figura 2). Repuesta dispersa y muy débil, con tendencia a ser más abundante en el tercer sector de términos, que corresponden a afectos negativos y relajados. Hay cinco respuestas apenas significativas: sorpresa, deseo, frustración, desagrado y duda. Varios sujetos calificaron el segmento con tristeza, miedo y tensión, muy cerca del nivel de significación. No hubo ninguna atribución a dolor.
Musorgski (figura 3). Perfil muy asimétrico de respuestas con inclinación hacia el último sector de emociones desagradables y agitadas, como duda y tensión que alcanzan niveles significativos. Miedo y sorpresa resultan muy significativos. Nadie eligió términos de agrado, amor, certeza y aversión.
Música andina (figura 4). Respuesta selectiva hacia la mitad izquierda de la gráfica (emociones positivas). Del primer conjunto de emociones destacan significativamente satisfacción y alegría y del segundo agrado y deseo. Entusiasmo y placer se acercan a los niveles significativos, en tanto que sorpresa es muy escasa en este fragmento. En general, la selección para términos de emociones desagradables fue muy exigua, y en lo particular resultó nula para las de agotamiento, aburrimiento, frustración, miedo e ira.
Tchaikovsky (figura 5). Respuesta intensa y compacta por ser muy robusta y específica para el segundo sector de términos con significados agradables y relajados. Seis de ellos (agrado, placer, deseo, amor, tranquilidad y certeza) rebasan el nivel requerido. La altivez y la alegría se acercan al umbral. No hubo registros de sorpresa, desagrado y aversión.
Metallica (figura 6). Respuesta intensa con valores altos en los extremos derecho e izquierdo (activación) y bajos en el centro del histograma (calma). En el primer grupo, vigor, entusiasmo, satisfacción, alegría y valor, alcanzan niveles significativos. Ira y tensión, del último grupo, también. Respuestas nulas para amor, tranquilidad, certeza, alivio, tristeza y humillación.
Música japonesa (figura 7). Respuesta en forma de campana con los valores más elevados al centro del histograma.
Los niveles significativos estuvieron en el segundo sector para tranquilidad y alivio, en el tercer sector para apatía, frustración, tristeza y en el cuarto sector únicamente para dolor. El primer sector resultó con bajo nivel de atribuciones que además fueron nulas para sorpresa, entusiasmo y alegría; tampoco hubo atribuciones para aversión.
Mahler (figura 8). Respuesta en forma de <<U>>. Predominio del cuarto sector, en particular dolor, ira, duda y tensión. Tres términos del primer grupo alcanzan también valores significativos: vigor, sorpresa y valor. Hay niveles elevados para miedo. Los niveles más bajos se ubicaron en el segundo grupo de términos (emociones relajadas y agradables).
Música árabe (figura 9). Respuesta dispersa y poco robusta. Tranquilidad, agotamiento y duda alcanzan apenas el nivel de significación; alivio y dolor se aproximan. No hay respuestas nulas y predomina ligeramente el tercer sector en conjunto, aunque ninguno de sus componentes haya sido muy significativo.
Bach (figura 10). Respuesta robusta, compacta y específica para el segundo sector de emociones agradables y relajadas. Los siete términos del conjunto (agrado, placer, deseo, amor, tranquilidad, certeza y alivio) rebasaron el nivel de significación y ningún otro. Tristeza se aproxima al umbral y no se registraron respuestas para vigor, aversión, odio e ira.
DISCUSIÓN
Las diferencias entre los histogramas de los diversos segmentos musicales se establecen debido a dos factores: nivel de significado estadístico para cada término de la emoción y perfil afectivo global del segmento. En referencia a los niveles de significado estadístico, es decir, los niveles particulares de respuesta para cada término de la emoción, se puede afirmar que uno o varios aparecen como significativos para cada uno de los segmentos analizados. En ocasiones se ofrecen muchas respuestas predominantes, como ocurre en Mahler con ocho términos significativos, o en Mozart con siete. También hay fragmentos que evocan pocas respuestas que lleguen al umbral, como sucede en la aurora boreal o en la música árabe. El hecho de que en casi todos los segmentos haya respuestas nulas significa que ninguno de los sujetos eligió ciertos términos, lo cual muestra que no sólo se dan acuerdos para la selección de términos, sino también acuerdos para la omisión de algunos otros. Si los términos seleccionados indican emociones relativamente específicas, se puede afirmar que los fragmentos musicales usados como prueba evocan una respuesta emocional particular, lo cual fortalece la hipótesis explorada desde la década de 1930 con otros métodos y enfoques.25,30
La otra característica diferencial de los histogramas es el perfil global de la respuesta, pues cada uno de los fragmentos o estímulos musicales de prueba no sólo evoca la presencia y la ausencia de uno o más términos de la emoción, sino un rasgo global que se puede definir por la forma o perfil del histograma usualmente más pronunciado en un sector particular. El histograma se inclina hacia la izquierda cuando las emociones positivas y vigorosas del primer sector son las predominantes, tal y como ocurre en la música andina. En otras ocasiones, el perfil se hace dominante en el segundo sector de términos de emociones positivas y relajadas. Tal cosa ocurre en Tchaikovski y en Bach, pues en éstos sólo este cuadrante sobrepasa el criterio de significación. Hay también casos de acumulación del lado derecho del histograma, sea en el tercer sector de términos de emociones negativas y relajadas (aurora boreal y música árabe) o el cuarto sector en el extremo derecho con predominio de términos negativos y agitados, como en Mahler.
Se registran casos en que la respuesta se acumula en dos sectores aledaños. El perfil toma entonces forma de <<U>> o de campana. La forma de <<U>> acontece con el predominio de los cuadrantes 1 y 4, como se puede constatar en Metallica o en Mahler. A pesar de la distancia en el histograma, estos son sectores de términos aledaños en el modelo circular de las emociones1 porque la abscisa de los histogramas de respuesta afectiva se inicia por vigor que es el vecino inmediato de la tensión, aunque en el histograma ésta se ubique en el extremo opuesto. Se trata de segmentos que estimulan emociones tanto agradables como desagradables, aunque lo que se define en ellos es el factor de inquietud o agitación indistintamente de su polaridad o valor hedónico. Lo opuesto ocurre cuando la curva toma forma de campana, es decir, cuando los valores altos se agrupan en el sector central, como se puede ver en la música japonesa. En esos casos se seleccionan términos de emociones agradables y desagradables, pero todas ellas caracterizadas por la relajación y la calma.
Con estas evidencias se puede afirmar que hay secuencias musicales que estimulan un grupo de emociones específico y otras que evocan una respuesta más general para un tipo de emociones que tiene una polaridad determinada, como el ser agradables y vigorosas. En la presente muestra hay también música que estimula en forma global uno de los cuatro ejes mayores definidos en el modelo afectivo circular, como son las emociones agradables (Mozart), desagradables (Musorgski), excitantes (Metallica) o relajantes (música japonesa). Esto proporciona un soporte empírico al modelo circular del sistema afectivo integrado por dos ejes fundamentales, uno de agrado–desagrado y otro de excitación–relajación,31,32 cuya variante basada en el idioma castellano fue la empleada en el esquema de clasificación de las emociones1 usado como fuente de los términos en el presente estudio. Se hace necesario entonces considerar si el resultado se produce debido a los criterios de agrupación de las emociones. Si este fuera el caso, se deberían observar respuestas significativas dispersas y salpicadas en el histograma, lo cual ocurrió sólo para la aurora boreal que evoca una respuesta significativa por cada uno de los cuadrantes. Es importante anotar que este sonido no es estrictamente musical en el sentido de que no es creación o artificio humano.
Aunque cada fragmento de música evoca una respuesta particular, no se puede afirmar que la respuesta sea específica pues se evocan respuestas muy similares con música de autores y culturas muy distintos. Por ejemplo, se registran perfiles muy similares o aun indistinguibles en Mozart y en la música andina. A pesar de sus múltiples diferencias estructurales y culturales, se trata de momentos musicales que fácilmente reconocemos como alegres y agradables. Sin embargo, no es posible concluir que desde el punto de vista afectivo sea lo mismo escuchar cualquiera de estos fragmentos, pues un análisis más detallado del histograma muestra que la combinación de las emociones sobresalientes dicen más que el perfil general. Así, en Mozart destacan alegría, placer y agrado, y en la música andina alegría, agrado y entusiasmo. Aunque ambas tienen alegría y agrado con el nivel más alto, la combinación con las otras categorías les da un tono particular y algo diferente que podrá explorarse en mayor detalle. Sin duda, en la evaluación de la música deben participar no sólo el rango de las diferentes emociones que evoca sino factores cognitivos de seguimiento melódico o perceptual de las cualidades o timbres distintivos, entre otros. Además, el grado de familiaridad con un tipo particular de música, las asociaciones biográficas y las imágenes mentales son factores cognoscitivos que seguramente contribuyen a la experiencia estética de la música y que no fueron variables controladas en este estudio.
Con el presente resultado se plantea una investigación estética en referencia a los elementos musicales que puedan ser responsables de tal similitud de respuestas afectivas en fragmentos de autores o tradiciones muy distintos. Dado que se ha elaborado y presentado una descripción musical de cada una de las piezas y de los segmentos utilizados en términos de su estructura (Anexo I), puede intentarse alguna correlación preliminar entre la estructura de la música y la experiencia afectiva de su escucha. Por ejemplo, entre los factores de composición y ejecución comunes a los fragmentos citados arriba (Mozart y música andina) y que comparten una respuesta robusta hacia la izquierda del histograma en emociones de alegría y agrado, se pueden apreciar los siguientes cinco elementos musicales comunes a ellos: 1. velocidad entre moderada y rápida conocida como tiempo allegro, 2. compás binario con los tiempos fuertes por pares, 3. variedad de timbres que llenan el escenario acústico con todo el ensamble, 4. figuras de contrapunto en el acompañamiento haciendo valores más cortos que dan la impresión de mayor dinamismo y 5. líneas melódicas de predominio ascendente que dan un efecto de levantamiento progresivo del ánimo. Estas inferencias no sólo vienen a confirmar experimentalmente principios muy antiguos de composición musical, sino que pueden convertirse en elementos de interés para la estética musical y el estudio de la emoción humana.
En referencia a la experiencia estética evocada por la música parece también relevante subrayar que no en todos los segmentos ocurre una selección de los afectos agradables. En particular destaca que alguna pieza, como El gnomo de Los Cuadros para una Exposición de Musorgski, evoca un perfil de respuestas inclinado hacia la derecha, hacia las emociones desagradables. Es posible que el escucha goce o aprecie esta música, aun cuando le atribuya sensaciones de miedo, tensión, duda o dolor que pueden ser experimentadas y aun buscadas en este fragmento de Musorgski. Esta experiencia estética es compleja y de gran significación ya que el escucha puede otorgar un alto valor a la música por expresar y evocar emociones que normalmente evita, pero que reconoce o experimenta en una situación contenida y a salvo, lo que le permite evaluarlas de manera controlada y novedosa. Algo similar ocurre en expresiones plásticas que expresan contenidos angustiosos, dolorosos o temibles. Fischer y Krehbiel33 solicitaron a voluntarios reportar sus sentimientos al escuchar segmentos musicales y también sus creencias sobre cuál sería la intención comunicativa del músico. La correlación entre los sentimientos y las creencias fue en general positiva, aunque hubo excepciones como un tango de Astor Piazzolla en el cual los sujetos consideraron que la intención del compositor era expresar sentimientos desagradables o angustiosos, aunque reportaron que la música les produjo un intenso agrado.
Otro de los factores que influyen en un estudio como el presente es el cultural. Es de esperar que la música de la cultura a la que pertenece el escucha sea procesada de una manera mucho más directa desde el punto de vista afectivo por la familiaridad con los instrumentos, sentido y estructuras sonoras. Un tema de importancia es detectar los elementos universales y los variables de la respuesta emocional a la música propia y extraña para lo cual será necesario un estudio transcultural. Con los resultados presentes es posible hacer algunas inferencias, pues se incluyeron piezas musicales provenientes de culturas lejanas en tiempo, espacio y tradición a la de los sujetos participantes, en particular la música árabe y la japonesa que, a diferencia de la clásica y popular occidentales, pueden dar entonces pistas para identificar respuestas culturales. Hay dos elementos en las respuestas a estas piezas culturalmente distantes. Tanto la música japonesa como la árabe presentan pocas respuestas nulas en oposición a la música clásica occidental en la cual es frecuente una ausencia de respuesta en varias categorías emocionales. Esto implica que los sujetos reconocen la expresión emocional de la música familiar y no lo hacen en la de otras culturas. De igual forma, la respuesta a las piezas culturalmente ajenas es más dispersa y se inclina hacia emociones desagradables. Es posible que estos mismos fragmentos musicales en poblaciones árabes o japonesas produjeran respuestas más orientadas hacia emociones agradables y más vigorosas. El tema de la variabilidad intercultural es de importancia para poner a prueba la hipótesis, tan repetida pero no debidamente demostrada (Besson y Schon, 2001; Brown, 2001), de que la música es una especie de lenguaje universal de los afectos.
Enrique Flores–Gutiérrez, José Luis Díaz
REFERENCIAS1. Díaz JL, Flores E. La estructura de la emoción humana: un modelo cromático del sistema afectivo. Salud Mental 2001;24(4):20–35.2. Dissanayake E. Antecedents of the temporal arts in early mother infant interaction, in origins of music. Cambridge, Mass.: MIT press; 1999.3. Baumgartner T, Lutz K, Schmidt CF, Jäncke L. The emotional power of music: How music enhances the feeling of affective pictures. Brain Res 2006;1075(1):151–164.4. Huron D. Is music an evolutionary adaptation? Ann NY Acad Sci 2001; 930:43–61.5. Fukui H. Music and testosterone: a new hypothesis for the origin and function of music. Ann NY Acad Sci 2001;930:448–451.6. Wallin NL, Merker B, Brown S (Eds.). The origins of music. Cambridge, Mass.: The MIT Press; 2001.7. Besson M, Schön D. Comparison between language and music. Ann NY Acad Sci 2001;930:232–258.8. Brown S. Are music and language homologues? Ann NY Acad Sci 2001;930:372–374.9. Ashby F, Isen A, Turken U. A neuropsychological theory of positive affect and its influence on cognition. Psychological Review 1999;106(3):529–550.10. Allman JM, Hakeem A, Erwin JM, Nimchinsky E, Hof P. The anterior cingulated cortex: the evolution of an interface between emotion and cognition. Ann NY Acad Sci 2001;935:107–117.11. Platel H, Baron JC, Desgranges B, Bernard F, Eustache F. Semantic and episodic memory of music are subserved by distinct neural networks. Neuroimage 2003;20:244–256.12. Peretz I, Zatorre R. Brain organization for music processing. Annu Rev Psychol 2005;56:89–114.13. Bhattacharya J, Petsche H, Pereda E. Long–range synchrony in the gamma band: role in music perception. J Neurosci 2001;21:6329–6337.14. Castro–Sierra E. Development of pitch perception in children. Stanford University (tesis doctoral); Stanford: 1989.15. Peretz I, Gagnon L, Bouchard B. Music and emotion: perceptual determinants, immediacy, and isolation after brain damage. Cognition 1998;68(2):111–41.16. Bard P, Mountcastle VB. Some forebrain mechanisms involved in expression of rage with special reference to suppression of angry behavior. J Nervous Mental Disease 1948;27:362–404.17. Blood AJ, Zatorre RJ, Bermudez P, Evans AC. Emotional responses to pleasant and unpleasant music correlate with activity in paralimbic brain regions. Nat Neurosci 1999;2(4):382–387.18. Parsons LW. Exploring the functional neuroanatomy of music performance, perception, and comprehension. Ann NY Acad Sci 2001;930:211–230.19. Janata P, Birk JL, vHorn JD, Leman M, Tillman B et al. The cortical topography of tonal structures underlying western music. Science 2002;298:2167–2170.20. Halpern AR, Zatorre RJ, Bouffard M, Johnson A. Behavioral and neural correlates of perceived and imagined musical timbre. Neuropsychologia 2004;42(9):1281–1292.21. Blood AJ, Zatorre RJ. Intensely pleasurable responses to music correlate with activity in brain regions implicated in reward and emotion. Proc Natl Acad Sci USA 2001;98:11818–11823.22. Khalfa S, Schon D, Anton JL, Liegeois–Chauvel C. Brain regions involved in the recognition of happiness and sadness in music. Neuroreport 2005;16:1981–1984.23. Koelsch S, Fritz T, vCramon DY, Muller K, Friederici AD. Investigating emotion with music: An fMRI study. Hum Brain Mapp 2006;27:239–250.24. Flores–Gutiérrez EO, Díaz JL, Barrios FA, Favila–Humara R, Guevara MA et al. Metabolic and electric brain patterns during pleasant and unpleasant emotions induced by music masterpieces. Int J Psychophysiol 2007;65(1):69–84.25. Hevner K. Experimental Studies of the Elements of Expression in Music. American J Psychology 1936;48:246–268. 26. Ramos J, Corsi–Cabrera M. Does brain electrical activity react to music? Int J Neurosci 1989;47(3–4):351–357.27. North A, Hargreaves D. Liking, arousal potential, and the emotions expressed by music. Scand J Psychol 1997;38(1) :45–53.28. McFarland RA, Kadish R. Sex Diferences in finger temperature response to music. Int J Psychophysiology 1991;3:295–298. 29. Siegel S. Estadística no paramétrica. México: Trillas; 1985. 30. Ramos J, Guevara MA, Martinez A, Arce C, Del Rio Y et al. Evaluación de los estados afectivos provocados por la música. Revista Mexicana Psicología 1996;13(2):131–145.31. Russell JA, Carroll JM. On the bipolarity of positive and negative affect. Psychol Bull 1999;125(1):3–30. 32. Watson D, Tellegen A. Toward a consensual structure of mood. Psychol Bull 1985;98:219–235.33. Fischer B, Krehbiel S. Dynamic rating of emotions elicited by music. Proceedings of the National Conference on Undergraduate Research (NCUR). University of Kentucky, March 15–17. Lexington, Kentucky; 2001.