Hoy estuvimos de revisión de los tres años. Me ha tocado esperar media hora y estaba algo encrispada y no entendía porque tardó tanto con el anterior paciente.
Las revisiones de los tres años son únicamente con el enfermero, lo que ya no me gustó mucho porque creía que eran muy espaciadas las visitas al pediatra y quería comentarle algunos detalles del desarrollo y me parecía, en mi ignorancia de madre, que tenia que ser con el médico.
Me encuentro con un enfermero nuevo,de acento cubano acompañado de una joven (muy jovencita) aprendiz a su lado que nos dio la bienvenida y empezó a jugar con mi hija. Yo con mi pre-concepto de "esta cita no me va a gustar nada" me quedé de pie y mi marido igual. Nos saludo el enfermero y nos invitó a sentarnos. A mi marido le sugirió que llevara la niña a la camilla y le desnudara para revisarle. La tímida aprendiz se sentó en el despacho y me hizo un montón de preguntas acerca de hábitos de convivencia, de alimentación,de aseo y comportamiento. Nos aconsejo reducir el horario de acceso a la televisión a 1:30h al día y empezar con la pasta dental.
Mientras el enfermero revisaba a la peque entera, le hizo pruebas de visión, estrabismo, la midió y peso, le hizo caminar para observar sus pies. Nos dijo que el pie derecho es algo plano (y normal a esta edad) pero con buenas caminatas y un zapato con almohadillas de empeine se soluciona.
Yo ya estaba encantada y cómoda con la visita y le comente la duda que tenia: mi hija tiende a preguntar o pedir las cosas repitiendo muchas veces lo mismo. Nos preguntó si estaba el comportamiento acompañado de movimientos repetitivos o problemas con relacionarse con otros niños; le contestamos que no ( si así fuese, podía tratarse de un trastorno del comportamiento) y nos dijo que es un simple reclamo de atención. Que no debe recibir exceso de atención, que tiene que disfrutar jugando sola.
También le ha vacunado con la Sarupa y nos ha citado en un mes para nuestra dosis pendiente de la cuarta Prevenar; que nos ha comentado que ha sido actualizada (antes traía 9 neumococos y ahora 13).
Salí de la consulta de lo más contenta, satisfecha y con la lección aprendida: lo realmente bueno se hace esperar. La atención y la profesionalidad del enfermero hacen que sus consultas sean algo más largas y muy completas.