La revisión anual. Cómo hacerla sin perderse en nimiedades

Publicado el 26 diciembre 2021 por Davidtorne @davidtorne

Llega el final de año y con él el momento para realizar la revisión anual. ¿Te has planteado hacerla? Quizá pienses que no hay necesidad pero la verdad es que siempre va bien analizar como ido al año para tener una cierta perspectiva y preparar los siguientes pasos a dar.

GTD no da ninguna orientación sobre cómo realizar estas revisiones de carácter generalista, la revisión anual o semestral del cumplimiento de nuestros objetivos y visión.

En el post de hoy hablaré de por qué hacer la revisión anual y cómo hacerla.

Ejemplo revisión anual 2017 (James Clear)

Porque hacer la revisión

  1. Para realizar una valoración objetiva del año. A menudo nos marca demasiado los acontecimientos más recientes y dejamos a un lado asuntos anteriores que han sido más trascendentes o han tenido mayor peso durante el año.
  2. Conocer el progreso real de nuestros objetivos y el cumplimiento de nuestra visión. Nos obligamos a pensar y valorar cómo están yendo los asuntos importantes en los que estamos trabajando (no sólo objetivos). Por otra parte, es una oportunidad para plantearte cosas que normalmente quedan fuera del día a día como tu futuro a 5 años vista (visión).
  3. Esbozar en que vas a trabajar durante el próximo año. Tómate un momento para pensar en el próximo año. ¿En qué quieres trabajar? Concrétalo. No escribas una carta a los reyes hablando de los asuntos que quisieras sino sobre lo que vas a hacer.

Cómo hacer la revisión anual

Como te he comentado David Allen en su libro «Organizate con eficacia» donde expone el sistema GTD no define cómo realizar la revisión anual. Lo que he hecho es tomar ideas de otro experto en productividad personal, James Clear quien cada año publica su revisión en su web (clic aquí).

James se hace tres preguntas:

  • ¿Qué ha ido bien este año?
  • ¿Qué no ha ido bien?
  • ¿En qué estoy trabajando y en qué voy a trabajar el próximo?

Siguiendo las dos primeras preguntas puedes enumerar todo lo que te ha sucedido durante el año que termina, etiquetándolo como algo bueno o malo.

Puedes realizar una versión simplificada donde te limites a enumerar los proyectos y los asuntos que han ocupado tu tiempo, o puedes desarrollarlo redactando tres o cuatro líneas para explicarte cómo se desarrolló el asunto en cuestión.

La parte final te da la oportunidad de pensar sobre que tienes en marcha y los proyectos a realizar durante el próximo año. El próximo año podrás recuperar la revisión y ver si se ha cumplido tu previsión o has dado un volantazo.

El factor GTD

La estructura de las tres preguntas me resulta válida para realizar una revisión de los niveles de perspectiva más altos del sistema Getting Things Done (GTD). En concreto de la visión y objetivos.

Debo confesarles que a día de hoy mis objetivos no son objetivos tal y como los define GTD, proyectos con una duración más allá de un año. Son mucho más humildes. Proyectos que se extienden a dos o tres meses con un resultado bien definido.

Si estás trabajando en alcanzar objetivos ambiciosos, o amplios, puedes revisarlos clasificándolos dentro de las categorías «Qué ha ido bien» y «Qué no ha ido bien» definiendo los siguientes pasos de tu plan en la última de los puntos «En que voy a trabajar».

Para mí éste es el momento ideal para revisar cómo va la implementación de mi visión de futuro, si funciona o no.

Esto lo hago añadiendo un apéndice a las tres preguntas de la revisión de James Clear. Hablo de cómo he intentado alcanzar o acercarme a los puntos definidos en mi visión y si ha funcionado.

Que tener en cuenta al realizar la revisión

Pensar antes de escribir. Es una buena práctica realizar la revisión en varios días, recuperar el registro de todo lo que has hecho y enumerarlo en el esquema de tres preguntas. Si no guardas un registro intenta recordar lo más importante.

Basado en métricas no en sensaciones. Todos tenemos sesgos, tenemos tendencia a ser demasiado duros o tal vez demasiado indulgentes con nosotros mismos y esto puede afectar a la valoración de los asuntos en los que hemos trabajado.

Cuando pensamos en un proyecto, pensamos también en el resultado que queríamos conseguir y si lo hemos obtenido. Y si no se ha obtenido valoramos si ha merecido la pena el resultado final.

No planificar de forma intensiva el próximo año. Limítate a enumerar en que trabajas ahora y los siguientes proyectos en los que vas a trabajar. Una planificación exhaustiva siempre acaba desmontándose por imprevistos y oportunidades que van surgiendo.

El año pasado publiqué mi revisión semanal, la tienes disponible aquí. Por otro lado, si quieres más ejemplos y tienes fluidez con el inglés aquí tienes la página que James Clear dedica a su revisión semanal.

Espero haberte animado a realizar tu revisión ;-)

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