La revisión ginecológica quinquenal en Holanda

Por Comolegaraholanda

Habéis leido bien: Quinquenal. Esas revisiones que en España, o al menos en la España de antes de la oscura era de los recortes, se recomendaba a las mujeres empezar cuanto antes y ejecutar con regularidad una vez al año, el los Países Bajos se llevan a cabo sólo una vez cada cinco. En el presente artículo repasaremos todo lo que hay que saber acerca de estas (escasas) pruebas médicas.
¿Cuándo empieza esta serie quinquenal de revisiones? En el momento en que se cumplen los treinta.
Viene siendo como el bar mitzvah de los judíos pero para mujeres holandesas. Cuando llega este instante la protagonista comienza oficialmente a contar como mujer para la sociedad neerlandesa, recordándosele que debería ir pensando en comenzar su tarea de producción en serie de niños rubios para a continuación transportarlos a todos en una bicicleta. Los holandeses de dentro de mil quinientos años probablemente habrán transformado esta revisión médica en un rito iniciático de la fertilidad en el que comen arenque crudo enfundados en un traje regional.
¿Qué tienes que hacer para tomar parte en estas revisiones si vives en Holanda y te ha llegado la hora? En principio nada. Ellos se encargan de mandarte una carta a casa con la notificación (y si la ignoras te la reenviarán una y otra vez, parece que al menos esto sí lo toman en serio). La primera carta te llegará probablemente unos días después de tu cumpleaños para que veas que el ministerio de sanidad se ha acordado de tan señalada fecha. Toda ella, como va dirigida a mujeres, viene lógicamente decorada con motivos rosas.

La carta adjunta un formulario que no tienes que rellenar (¡maldito trabajo inútil con el google translator!) y te cuenta que el próximo paso a seguir es llamar a tu huisarts o médico de cabecera para concertar una cita. Habéis leido bien: médico de cabecera. A los ginecólogos mejor no los molestemos, aunque sea una vez cada cinco años, que bastante ocupados están trayendo niños rubios al mundo.
Esos médicos de cabecera a los que entregan un bisturí en primero de carrera, esos que si te rompes una pierna al caer de la bicicleta te la arreglan tan bien que queda mejor de lo que estaba pero si tienen que diagnosticarte cualquier enfermedad de manual van a dar más vueltas que el equipo del doctor House, esos mismos también tienen en su abanico de tareas prácticas el hurgar en las partes íntimas de las señoras que se presentan a consulta. Así que mucho ojito si has estudiado medicina y estabas pensando en echar el currículum en las holandas: igual tienes que hacer cosas que no te habías planteado.
A lo que íbamos, que tu huisarts te va a dar cita para que pases por su consulta a hacerte la prueba, pero calma, al contrario de lo que sucedería si te surge un imprevisto en zonas pudendas, en este caso en particular no va a ser el propio doctor el que te atienda sino una asistenta designada para estos menesteres*. La prueba en sí consiste en una citología, es decir un análisis del tejido del cuello uterino para descartar la aparición de cáncer y has de llevar contigo el formulario que venía en el sobre para que lo rellenen allí. De momento nada de mamografías pues esta otra secuencia de tests sólo comienza cuando la mujer cumple los cincuenta, constituyendo otro momento clave de la existencia femenina, el de la madurez. Y éste ya ha desarrollado un ritual propio sin necesidad de que esperemos unos siglos, ved sino las celebraciones de Abraham y Sara.
Una vez en la consulta, para llevar a cabo dicha citología (cosa nada agradable) lo principal es que la mujer que os la practique alcance esta zona de vuestro útero para tomar una muestra. Y aquí es cuando vuelve a entrar en escena el famoso pragmatismo de nuestros amigos holandeses. Hablando en plata, que ellos no se andan con mariconaditas. A saco Paco. Ni asépticos batines médicos que disimulan la desnudez ni esa sábana colocada estratégicamente para proporcionarte la falsa impresión disociada de que lo que está sucediendo allá abajo nada tiene que ver con la persona que hay de cintura para arriba. Nada. Quítate los pantalones y colócate en la camilla con las piernas abiertas. Punto. Ni siquiera una camilla de ginecólogo con apoyaderos especiales para las piernas, que además de para maquillar el crudo momento presente sirven para forzar una postura que facilita el acceso a la zona a encontrar, sino la camilla de clínica de barrio de toda la vida que se compone de una superficie plana con una sábana blanca por encima. Además del choque psicológico para los ajenos al espartanismo neerlandés (me sé de una que en su perplejidad se cubrió por su cuenta con la batita blanca de la doctora) en ocasiones el proceso es doloroso pues tu posición no es la idónea para localizar esa zona de dificil acceso (me sé de otra a la que dejaron bien dolorida a la pobre). Y para rematar esa sensación de andar por casa que impregna todo el asunto, en ocasiones meten en un sobre lo que te acaban de sacar y te mandan echarlo tú mismo, con andares todavía dubitativos, en el buzón de correos.

Aproximadamente un mes después de esta cita te llamarán o enviarán una carta con los resultados pertinentes. Y sanseacabó hasta dentro de cinco años. Esto si sois hombres o muy jóvenes tal vez no lo sepáis, pero la zona uterina de las mujeres es especialmente crítica, pues es propensa a sufrir todo tipo de males y lo que es peor, los problemas en esta área suelen ser asintomáticos hasta que están muy avanzados, lo cual es peligroso. Cinco años es demasiado. Incluso para la manera de entender la sanidad que tienen en el país. Sin embargo ahora viene el misterio y la demostración de que nunca es bueno hablar con la boca muy grande. Si echamos un vistazo a la tabla de causas de muerte en Europa en 2010, en contra de lo esperado, encontramos que el número de muertes por cáncer de útero en Holanda son incluso inferiores a las de España. Y ambas están muy muy por debajo de las de por ejemplo Lituania donde los análisis ginecológicos deben realizarse cada quince o veinte años a juzgar por los porcentajes. Las cifras del cáncer de mama ya nos cuadran mejor, pues las de España son significativamente inferiores mientras que las de Holanda son de las más altas de Europa (y es que con lo de los cincuenta años se han pasado). Y si vemos los datos relativos al cáncer en general las cosas vuelven (desgraciadamente) a encajar, pues de nuevo España tiene una media inferior a la europea y los Países Bajos una tasa bastante superior debido a su falta de prevención. Y qué queréis que os diga, en cuanto a los males uterinos que las estadísticas digan lo que quieran. Cinco años son muchos. Pero aprovechad que al menos tenemos esto y estad pendientes de la fecha de vuestras revisiones, que no se os pase por alto.

Muertes en Europa en 2010 por cada 100.000 habitantes


* Me dicen los comentarios que no siempre, así que si queréis aseguraros al 100% preguntadlo en el momento de concertar la cita.