Y no os culpo por no hacerlo, pues en esta vida se empeñan en marcarnos el camino, en decirnos dónde y cuándo tenemos que estar o en qué momentos podemos sonreír para que nadie salga herido. Si nos dicen que llorar está prohibido y que el respeto solo se muestra con palabras, que un «usted» vale más que querer descubrir a quién tenemos delante y que nos tachan de estúpidos por intentar ser buena gente. Que nos dicen que de tan bueno tonto, sin ser conscientes de que hemos reinventado las caídas, que ya no nos duelen y que rebotamos cual pelotas de goma para levantarnos mucho más fuertes.
Ahora tiemblan de miedo y corren desesperados a esconderse entre murallas que creen que nunca podremos superar, pero, ¿queréis saber una cosa? Están perdidos, pues hemos comprendido que una lágrima no es una debilidad y que con las carcajadas como arma podemos cambiar el destino de cualquier alma, que nunca ha habido nadie más preparado que nosotros y que estamos dispuestos a desnudarnos ante cualquiera que cuestione nuestro sino. Somos la muesca del calendario, el torbellino del futuro y el tifón que viene a revolucionarlo todo.
No han entendido nada y ahora están perdidos.
Carmelo Beltrán@CarBel1994