EL IMPERIO ZARISTA
La autocracia zarista gobernaba Rusia, un enorme país atrasado y con escasa industrialización, sólo en torno a algunos núcleos urbanos. Rusia fue derrotada en 1905 en la guerra contra Japón. En 1905 se produjo un intento de revolución contra el régimen zarista. Se trataba de una sucesión de protestas y levantamientos urbanos que finalmente fueron controlados por el gobierno del zar. A pesar de que Nicolás II concedió la convocatoria de una Duma (Parlamento) y se aprobó una constitución en 1906, la autocracia zarista siguió inalterable. Durante la revolución de 1905 surgió el primer sóviet en la ciudad de San Petersburgo. El 22 de enero de 1905 tuvo lugar una manifestación pacífica de trabajadores que se dirigía al palacio del zar para presentar una petición. La guardia real abrió fuego causando una verdadera masacre por la que se conoce a este día como domingo sangriento. A partir de 1905, Rusia vivió importantes transformaciones económicas. Las reformas de Sergei Witte, ministro del zar Nicolás II, favorecieron una intensa industrialización en unos pocos núcleos urbanos.
En 1914 el Imperio zarista era una gran potencia que contaba con 170 millones de habitantes. El poder absoluto del zar se sustentaba en la Orjana, la policía política. Diversos grupos clandestinos luchaban contra la monarquía rusa. Entre ellos, destacaban los bolcheviques, un pequeño grupo de marxistas revolucionarios dirigidos por Lenin. Representaban una fracción del Partido Socialdemócrata Ruso con una visión radical del marxismo y la disciplina propia de una organización clandestina. La Primera Guerra Mundial fue especialmente dañina para Rusia, ya que el esfuerzo bélico y la escasez de alimentos derrumbaron la moral de guerra. Al descontento social se le unió la impopularidad del zar que se había puesto al frente del ejército y era considerado por la población como el responsable máximo de la guerra. La situación estalló en marzo de 1917.
EL PRIMER ACTO DE REVOLUCIÓN: FEBRERODE 1917
En febrero de 1917 las protestas de la población de Petrogrado (San Petersburgo) derivaron en una insurrección revolucionaria. En pocos días, la autocracia zarista se derrumbó. Dos poderes contrapuestos: el gobierno provisional liberal burgués y los soviets de obreros y soldados pugnaron por el poder en los meses posteriores. La Primera Guerra Mundial seguía masacrando al pueblo ruso.
La miseria y falta de alimentos desencadenaron una serie de huelgas en las fábricas. En 12 de marzo las tropas enviadas a reprimir las protestas confraternizaron con los huelguistas. Entre el 12 y el 15 de marzo tres acontecimientos marcaron el fin del zarismo:
- La Duma o Parlamento ruso nombró un gobierno provisional encargado de convocar elecciones a una Asamblea Constituyente.
- En Petrogrado se creó un soviet de trabajadores y soldados controlado por los partidos obreros.
- El zar abdicó en su hermano Miguel, quien rechazó el trono. La dinastía Romanov llegó a su fin, proclamándose la República.
Durante los seis meses siguientes, Rusia vivió una situación de “doble poder”. Por un lado, el gobierno provisional controlado por los liberales moderados con el Partido Cadete como principal apoyo. Por otro lado, los soviets que surgieron por toda Rusia y estaban dominados por mencheviques y socialistas revolucionarios. Los mencheviques renunciaron a tomar el poder ya que dudaban de que Rusia estuviera madura para emprender una revolución social radical. Este sistema de poder dual funcionaba de manera inefectiva. Mientras que el Gobierno Provisional tenía la intención de mantener a Rusia en la guerra contra los Imperios Centrales, los soviets emitieron una ley que obligaba a los soldados a obedecer a sus oficiales cuando las órdenes coincidieran con las directrices de los soviets. Hacia mediados de julio, los soldados comenzaron a desertar masivamente de la guerra. Al mismo tiempo, los campesinos ocuparon las tierras de los terratenientes y los obreros comenzaron a tomar control sobre algunas fábricas. El Gobierno Provisional quedó en manos de Alexander Kerensky. Sólo los bolcheviques parecían tener respuesta a la crisis general mediante el eslogan: “Paz, tierra y pan”.
LA REVOLUCIÓN BOLCHEVIQUE
El partido de Lenin controlaba el soviet de Petrogrado y Trotsky, otro gran líder bolchevique, dio a la guardia roja el orden de asaltar el poder. La revolución bolchevique octubre permitió que el gobierno provisional fuera destituido y sus miembros huyeron o fueron arrestados. Lenin se puso al frente de un gobierno de los Comisarios del Pueblo y aprobó dos decretos: El decreto de paz, que permitió la salida de Rusia de la guerra al firmar el armisticio con Alemania, y el decreto sobre la tierra, que establecía la expropiación de los terratenientes y el reparto de tierra entre los campesinos. Lenin no puedo evitar que se celebraran las elecciones de la Asamblea Constituyente, en las que los bolcheviques sólo consiguieron un cuarto de los diputados. Como consecuencia, la guardia roja disolvió la Asamblea. Se trataba de justificar la dictadura comunista y presentarla como una democracia basada en los soviets.
LA GUERRA CIVIL Y EL COMUNISMO DE GUERRA
El gobierno de Lenin aplicó una nueva política económica: “el comunismo de guerra”, que inició una transformación radical de la economía y la sociedad rusas. El establecimiento de un nuevo régimen envolvió a Rusia en una guerra civil. El gobierno comunista tuvo que hacer frente a un ataque militar en el que participaron tres fuerzas: El ejército blanco (opositores al bolchevismo), Fuerzas de la Entente (enviadas a derrocar a los comunistas y a conseguir que Rusia volviera a la lucha contra los Imperios centrales) y fuerzas de estado polaco (se enfrentaron en la guerra ruso-polaca). León Trotsky se puso al frente del Ejército Rojo, que junto con la Checa (policía secreta) emprendió la destrucción del enemigo. Por otra parte, en marzo de 1918 se firmaba la Paz de Brest-Litovsk que supuso la pérdida de importantes territorios del antiguo Imperio zarista. En 1921, el Ejército Rojo consiguió derrotar al Ejército Blanco, desorganizado y minado por las divisiones internas. Los comunistas proclamaron su victoria en la guerra civil y en 1922 crearon la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), nuevo estado dirigido por el Partido Comunista.
El comunismo de guerra supuso una serie de reformas económicas: En la agricultura se realizó una requisa de alimentos a los campesinos para abastecer al Ejército Rojo y a las ciudades. El sector industrial fue nacionalizado y sometido a estrictas regulaciones. La inflación se disparó y el dinero desapareció como instrumento de los intercambios a favor del racionamiento y el trueque. En cuanto a las reformas sociales, Alexandra Kollontai, comisaria del pueblo para la asistencia pública, promovió la construcción de “palacios para la protección de la maternidad y los niños”. Además, se aprobó el matrimonio civil, se legalizaron el divorcio y la interrupción del embarazo y se llevó a cabo una activa campaña de alfabetización.
EL NUEVO ESTADO SOVIÉTICO
Tras la guerra civil, Rusia era un país destrozado y hambriento. Los marinos de la base naval de Krondstadt mostraron su descontento rebelándose. Lenin y los bolcheviques soñaban con una revolución a nivel mundial, sin embargo ésta no fue posible debido al fracaso de los espartaquistas en Alemania y los comunistas de Bela Kun en Hungría. La crisis agrícola de 1921 causó graves hambrunas, lo que hizo peligrar el apoyo de los ciudadanos rusos al bolchevismo. Como consecuencia, los dirigentes soviéticos iniciaron en 1921 la Nueva Política Económica (NEP), basada en la economía de mercado y la propiedad privada, que se mantuvo vigente hasta 1928. Permitía el comercio privado al por menor y autorizaba a los campesinos a vender su producción a particulares o al Estado. El comercio exterior se recuperó y la reorientación económica alcanzó a la moneda y las finanzas. Los precios se estabilizaron gracias a la reducción del gasto estatal y el aumento de los impuestos. Gracias a la NEP, la economía comenzó a recuperarse, alcanzando en 1927 y 1928 los niveles de preguerra.
LA SUCESIÓN DE LENIN
Tras sufrir un atentado en 1918, la salud de Lenin se deterioró y murió en 1924. La lucha por su sucesión se llevó a cabo entre Trotsky y Stalin, dos candidatos bien diferentes. El primero era un magnífico orador y organizador, sin embargo era egocéntrico y arrogante. Stalin, por su parte, era astuto y calculador y siempre había sido fiel a Lenin, dedicándose al trabajo organizativo en el Partido. Tenía bajo su control a la burocracia de Estado soviético. Stalin fue nombrado secretario del Partido Comunista, convirtiéndose en el centro del poder de la URSS. Creó una religión de culto a Lenin (el leninismo) y cambio el nombre de Petrogrado por Leningrado. Así, consiguió vencer a Trotsky en la lucha por el control del Estado soviético. Trotsky, privado de sus cargos políticos y militares, fue expulsado de la Unión Soviética en 1929.En torno a esa fecha, Stalin había establecido su dictadura.