La riqueza y el ocio

Publicado el 18 agosto 2011 por Santiagobull

Al fin me he dicho que las cosas no pueden seguir así: desde el domingo tengo el lugar hecho una pena, todo lleno de polvo, vasos sin lavar, botellas tiradas por los rincones, un borracho durmiendo la mona sobre una de las mesas... en fin, que esto está peor que la consciencia del papa, y ya ha sido suficiente: a recoger un poco las cosas y ponerse serios. Aunque bueno, también es verdad que si tengo el Café en ese estado es porque no he andado muy bien de tiempo, entre las cosas del trabajo y las clases, pero corregimos, escurrimos la pereza acumulada sobre los hombros, pegamos un cabezaso contra la pared más cercana y encendemos un cigarrillo. Mucho mejor...
Ahora, a lo que iba. Hoy entré al Café pensando hablar de otras cosas, pero un pequeño mensaje que apareció en mi pantalla me hizo pensar mejor las cosas y, al final, me cambió el tema. Se trataba de un pequeño globito que apareció ni bien entré a mi página de administrador de blogger, que decía algo así como: "Oye, tu blog es popular, ¿por qué no le poner publicidad y le exprimes unas propinitas con nuestro sistema de monetización?". El famoso "Google Ad Sense", ni más ni menos. Y yo he sonreído, dado una calada al pucho e ignorado dicho mensaje, tan tranquilo...Desde que empecé a manejar un blog siempre me ha gustado una cosa: el poder escribir lo que me salga del pájaro sin hacerme mayores problemas (a menudo, ni siquiera el de estar a la altura de mis propias espectativas), empujado por el más puro placer, a sabiendas de que por esto ni se me paga ni nada, y por ende tampoco sin que terceros motivos me hagan sentir responsable para con este sitio. El Café nació de la pura afición, de las ganas de tener un lugar donde verter mis ganas de escribir cuando me provoque hacerlo, de paso que voy manteniendo en buen estado físico mis "dotes" literarias (o las pocas que creo tener). El gusto está en poder invertir mi ocio sin gloria ni pena, echarme unas risas con los comentarios de la peña, entrar en uno que otro debate ocasional... pero sin ataduras, con ese sentimiento de libertad que sólo se obtiene de hacer las cosas porque sí, porque nadie me está pagando por ello. Además, yo no quiero ver tostadores y demás productos siendo publicitados por aquí, la verdad...Es el viejo debate de la riqueza y el ocio. Obviamente, me encantaría enriquecerme sin tener que hacer nada, y sigo con la esperanza de que algún día alguien me pague cuatro mil soles mensuales sólo por existir. Pero de ahí a monetizar mi ocio, ese que invierto en escribir lo que publico por estos lares, hay un buen salto. El gusto de poder decir que nadie me paga por hacerlo no lo voy a perder, por más que, en realidad, el Google Ad Sense no te paga por escribir, sino porque la gente de un click a la publicidad. Da lo mismo: en este Café la barra es libre, y lo seguirá siendo. Será que nunca he sido buen negociante. Dicho ha quedado. No es más que un comentario al paso, pero había que hacerlo. ¿Por qué, con lo mediocre que está esta entrada? Pues porque me dieron las malditas ganas de hacerlo, ¿se dan cuenta? En fin, que ya mas tarde, o mañana, o cuando pueda o quiera, escribiré algo un poco más digno. Ah, la libertad...