En la tercera parte de nuestra ruta por Francia hacemos parada en la ciudad de La Rochelle, capital del departamento de Charente Marítimo, en la costa atlántica. La ciudad siempre ha estado vinculada al mar y ha sido uno de los puertos más importantes de Francia. Esto se puede ver solamente observando su excelente puerto convertido en el corazón de este lugar.
Después de nuestra salida desde la ciudad de Saintes nos dirigimos hacia la Ile de Ré, pero antes hicimos una parada en La Rochelle. Su población no supera los 100.000 habitantes pero en verano la afluencia de turistas, tanto nacionales como internacionales, es bastante elevada. La actividad en estos momentos del año es alta pero merece la pena pararse y conocer este hermoso lugar. Lo que más destacaría sería su puerto y el casco antiguo de la ciudad, en ambos lugares es un placer pasear.
Entrada al Puerto de La Rochelle
Aunque no estuvimos muchos tiempo ya que nuestro destino era otro y que tampoco nos hizo muy buen clima, ese día hacía un viento increíble y el dolor de cabeza me estaba volviendo loca pero disfrutamos de un agradable paseo por el puerto, unas compras en el mercado y una cerveza resguardados del aire.
¿Qué ver en La Rochelle?
1. Puerto Viejo, mandado a construir por Leonor de Aquitania. Existen dos torres que dan paso al puerto, la primera es la tour Saint-Nicolás de 42 metros de alto y que data del siglo XIV y la segunda la tour de la Chaîne también del mismo siglo y que tuvo que ser restaurada después de que sufriera graves daños en ciertos conflictos. Unida a la tour de la Chaîne por un muro se encentra la tour de la Lanterne, construida en el siglo XV y con una altura de 70 metros, se usaba como defensa y faro. Aunque durante una época se usó para albergar prisioneros militares y religiosos.
Se puede visitar el interior de la tres torres.
En 2008 con motivo de los 400 años de la fundación de Quebec, en la tour de la Chaîne se albergo de forma permanente la exposición "La Rochelle-Quebec, embarque hacia la Nouvelle France".
Tour de la Lanterne
Tour de Saint-Nicolás y la Tour de la Chaîne
2. La Grosse Horloge, es la entrada hacia la ciudad vieja y data del siglo XV. Fue edificada para dividir la zona del puerto y la ciudad. Hoy en día en un punto que atrae a muchos turistas ya que desde este lugar se puede ver una estampa perfecta del puerto de un lado y las hermosas calles adoquinadas por el otro. A ambos lados de La Grosse Horloge se concentrada una buena cantidad de tiendas y bares.
La Grosse Horloge, entrada a la ciudad
3. El Palacio de Justicia, mandado a construir por Henri IV en el año 1604, pero que hoy en día de la edificación original solo quedan cuatro portones esculpidos y un corredor. En la actualidad su fachada es de estilo corintio y posee una inscripción donde podrás leer: "Templo de la Justicia bajo el reinado de la Libertad y de la Igualdad, año II de la República Francesa".
4. Calles con arcadas, debido a su pasado mercantil, algunas de sus calles fueron construidas con arcadas para poder proteger la mercancía de las inclemencias del tiempo. Hoy se puede seguir paseando bajo esos arcos y conocer las tiendas que se esconden en ellos. También se agradece la sombra y el frescor que da en los días soleados de verano.
5. Iglesia de San Sauveur, esta iglesia ha sufrido dos incendios, dando lugar a numerosas e importantes reconstrucciones. Hoy en día se pueden seguir observando algunos de los restos de las antiguas edificaciones.
Vistas de la ciudad con la torre de la Iglesia de San Sauveur
6. La Catedral, por falta de presupuesto las obras se vieron interrumpidas varias veces pero a finales del siglo XVIII se terminó. En su interior destaca las pinturas de la cúpula realizadas por William Bouguereau en el siglo XIX. Su aspecto exterior es algo simple pero su interior bien merece una visita.
7. Museos, la ciudad posee algunos museos interesantes como el Museo Marítimo, el Museo del Nuevo Mundo, el Museo de Historia Natural (ideal para los más pequeños), el Museo de Bellas Artes o el Museo Orbigny-Bernon. Si viajas con niños una buena opción es visitar el Acuario, situado en el centro de la ciudad y que es uno de los acuarios privados más grandes e importantes de Europa.
Si no tienes mucho tiempo y quieres conocer la ciudad de la mano de profesionales puedes elegir entre los varios tours que se ofrecen en la oficina de turismo. Algunos te llevarán a conocer los edificios más importantes, otros te mostrarán la parte más secreta y otros te permitirán saborear los productos del mercado de La Rochelle. También puedes elegir dar un paseo en bicicleta. La gran mayoría de los tours se ofrecen en francés e inglés. Es importante reservar con tiempo si vas en los meses con más afluencia turística.
Faro en el puerto viejo de La Rochelle
Panorámica del Puerto Viejo
Como hemos dicho La Rochelle está muy ligad al mar y esto también se deja notar en la gran cantidad de actividades marítima que ofrece la ciudad como vela, kayak, paseos en barcos o pesca.
Siempre hay algo que hacer y ver en la ciudad, y es que La Rochelle ofrece a sus habitantes y visitantes una agenda muy activa durante todo el año. Si vas a visitarla y quieres saber que te encontrarás cuando vayas pincha aquí.
Después de hacer un pequeño descanso nos dirigimos hacia nuestro destino final, la Ile de Ré, pero eso os lo contaremos en el siguiente post de nuestra ruta por Francia.
Un saludo a todos¡¡¡