La rodaja de sandía que provocó una guerra

Publicado el 04 agosto 2014 por Daniel Prieto González @100cerosblog

Arriba: Bandera de la República de Nueva Granada.
Abajo: Bandera de los Estados Unidos de América.

El 12 de diciembre de 1856 se firmó el Tratado de Mallarino-Bidlack, en el cual EE.UU y la República de Nueva Granada (actual Colombia y Panamá) llegaban a un acuerdo para el comercio libre que suponía una gran superioridad de EE.UU, y de los estadounidenses sobre la población local. Tan superiores se creían los americanos, que los que habitaban en Nueva Granada empezaron a protagonizar actos de abuso, violencia e irresponsabilidad, provocando un ambiente de recelo y odio entre los locales. Ahora sólo faltaba que una chispa encendiera la bomba, y esta fue una simple rodaja de sandía.

En algún momento del 15 de abril de 1856, un tal Jack Olivier cogió una rodaja de sandía de un puesto local situado en una estación de ferrocarril, y cuando el vendedor, Jose Manuel Luna le indicó el precio, 5 centavos, Jack dio media vuelta y lo ignoró. Haciendo uso de una gran paciencia, Luna le volvió a repetir varias veces que por favor le diera el dinero, pero Olivier siguió ignorándolo. Jose Manuel sacó un cuchillo y le amenazó, y como respuesta, Jack le apuntó con el cañón de su pistola, derivando en una pelea callejera entre americanos y granadinos; en la cual los primeros acabaron con 15 muertos y 16 heridos, y los segundos con dos muertos y 13 heridos.
Aprovechando este incidente, los americanos decidieron sacar tajada del asunto. El primer acto estadounidense fue acusar internacionalmente a las autoridades locales de que no eran capaces de mantener el orden público, pero estos, con el apoyo de los testigos visible que eran los cónsules de Gran Bretaña y Francia, acusaron a la banda de Jack.
El gobierno de Estados Unidos, aconsejado por el comisionado americano Amos Corwine, decidió enviar un contingente de 160 soldados para invadir el istmo. Estos soldados ocuparon la estación donde habían ocurrido los hechos, y tres días después, sin haber disparado una bala, el ejército abandonó Panamá, rumbo a casa, debido a que Nueva Granada había aceptado negociar. Más tarde, el 10 de septiembre de 1857 se firmó el Tratado de Herrán-Cass, mediante el cual la República de Nueva Granada se convertía en el culpable de todo, además de pagar un total de 412.394 dólares en oro por daños y perjuicios.
En resumen, cómo siempre los americanos salen ganando con todo, ejemplo de ello son esta "batalla", la "venta" de La Florida por parte de España, la de Louisiana por parte de Francia, a parte de otros muchos territorios. Además, un total de 17 muertos que se podía haber ahorrado.