¡Por fin pudimos ver los primeros goles de España en Sudáfrica! Con el partido de Honduras se abrió una lata que se resistía. El combinado español aportó más capacidad ofensiva con Torres en la partida inicial, pero se tambaleó cuando su cebrero, Xavi, abandonó el césped.
Bien por del Bosque al alinear a Torres en el once. Bien también la idea de desplazar a Villa al extremo izquierdo. El asturiano brilló en esa demarcación, a pesar de las ocasiones marradas. No le será muy extraña la posición la temporada que viene. A expensas de inventos de Guardiola, el Guaje tiene muchas papeletas de ocupar el extremo izquierdo del Barça.
Bien por mantener la defensa. Bien por confiar en el buen estado de forma de Jesús Navas, a pesar de que pidió el cambio a gritos. No fue su mejor día. Bien por no volver a machar a Iniesta.
Pero no todo fue bueno, bajo mi punto de vista. El cambio de Xavi me resultó tan sorprendente como innecesario. Abandonó el campo en el minuto 20 de la segunda parte, aparentemente, sin problemas físicos. Ante Suiza no estuvo bien el catalán, pero ayer tejió el juego de La Roja. El equipo dio un bajón considerable tras su marcha. Parecían agotados, a pesar de que Fabregas y Mata entraron de refresco.
El centro del campo echaba de menos a su cerebro. En cambio, seguimos con la táctica de dos pivotes defensivos. Mientras Busquets se va doctorando a pasos agigantados, Xabi Alonso no encuentra su sitio en tan poco espacio. Si hay alguien imprescindible en nuestra selección, ese parece ser, sin duda, Xavi.