La rubia de ojos negros - Benjamin Black

Por M.a. Brito @mabrito67

Título: La rubia de ojos negros
Autor: Benjamin Black (pseudónimo
de John Banville
Editorial: Alfaguara
ISBN: 978-84-204-1692-2
Páginas: 336
PVP: 19,50€ en Agapea

Era más alta de lo que me había parecido desde la ventana, alta y delgada, con hombros anchos y elegantes caderas. Mi tipo, en otras palabras. Su sombrero tenía un velo, una exquisita transparencia negra de seda moteada que descendía hasta la punta de su nariz. Una punta preciosa para una nariz preciosa, aristocrática, pero no demasiado estrecha ni demasiado larga y, por supuesto, nada parecida a la trompa de Cleopatra. Lucía unos guantes largos de un pálido crema a juego con la chaqueta y hechos con la piel de alguna singular criatura que habría pasado su breve vida brincando con delicadeza sobre riscos alpinos. Tenía una bonita sonrisa, cordial de momento y ligeramente ladeada, que le daba un atractivo aire burlón. Era rubia, con unos ojos negros, negros y profundos como un lago de montaña, cuyos párpados se afilaban de manera exquisita en las esquinas.
Así es la rubia de los ojos negros. Esta descripción es un dardo, un despliegue de recursos de buen escritor. Nos hace picar en las esquinas del personaje y que no se nos vaya de la cabeza a lo largo del libro. Clare Cavendish, que así se llama esta belleza rubia, se construye en un párrafo, no sólo físicamente sino incluso en sus primeros trazos de carácter, aunque conforme va avanzando el libro termina de dibujarse, como no podía ser de otra manera, más llena de aristas que de redondeces (si no hay conflicto, no hay historia).
Sinopsis: La historia de La rubia de los ojos negros arranca un martes de un año que podría situarse alrededor de los años cincuenta, en el despacho del detective Philip Marlowe. Allí se presenta Clare Cavendish para hacerle un encargo, que localice a un antiguo amante llamado Nico Peterson al que creía muerto desde hacía ya un par de meses y al que creyó ver por la calle vivito y coleando. Un comienzo sugerente y un trabajo aparentemente sencillo, que le viene muy bien al buen detective, cuyo negocio está de capa caída. Sin embargo, lo que se prometía un trabajo fácil se convierte en una trama muy enredada en donde no falta de nada: mafias, drogas, sicarios,… Todo muy entretenido, la verdad. Aunque cerca del final se cuela algún gazapo que no debería de estar en esa época (te animo a que lo descubras), pero bueno, vamos a perdonárselo.

John Banville (pesudónimo, Benjamin Black)
autor de La rubia de ojos negros
(imagen extraída de Google images)


La rubia de los ojos negros fue el libro seleccionado el mes de abril del Club de los 1001 lectores de La Esfera Cultural (aquí puedes leer algunas opiniones sobre el libro por parte de otros lectores). El autor John Banville, uno de los escritores de lengua inglesa más prometedores y prolíficos de nuestro tiempo, irlandés para más señas, aceptó este interesante reto: vestirse del escritor Raymond Chandler (Chicago 1888-California, 1959) a petición de sus herederos y resucitar a uno de sus personajes, el detective Philip Marlowe. Confieso que no he leído a Raymond Chandler ni sabía de la existencia de Philip Marlowe, pero lo que si sé es que John Banville, bajo el pseudónimo de Benjamin Black, recrea en La rubia de ojos negros, esa atmósfera gamsterianade la primera mitad del siglo pasado de manera creíble (sobre todo echando mano de las descripciones en los vestuarios de los personajes, los diálogos, las atmósferas de los bares,…). Ahora bien, ahí queda todo. Pareciera como si la gran preocupación del autor fuera precisamente esa, que centrara allí el objeto de su trabajo, en recrear el género y los personajes de un modo creíble, dejando a un lado la historia, quedando ésta únicamente al servicio del estilo. Eso se nota mucho en el final, donde parece como si dijera, venga, a terminar esto ¡ya!
A mí, La rubia de ojos negros, me parece un libro poco equilibrado, eso sí, fácil de leer, entretenido, pero descafeinado en su historia. Benjamin Black es un buen escritor, no me cabe la menor duda, de hecho quiero leer algo más de sus libros y lo haré, pero en cuanto a novela negra está muy lejos de otros autores del género que haya leído antes como por ejemplo Michael Connelly o el cinematográfico Joe Nesbo, que no es que me guste demasiado, pero maneja la tensión de la novela negra de manera mucho más eficaz.

No sé si coincides conmigo, pero si lo has leído, me gustaría conocer tu opinión.