Si han llegado a este artículo aislado no entenderán nada, pero si miran ahí arriba en el blog podrán conocer la apasionante tontería de leer a la vez dos novelas bien distintas del mismo autor firmando con dos nombres.
Habiendo dejado claro por tanto ya que John Banville me parece un escritor extraordinario, me descubro además por la desfachatez de despacharse con esta doble personalidad que le permite emular a uno de los grandes como Raymond Chandler y echarle huevos para continuar con las historias de Marlowe. Capacidad prodigiosa, añado, de escribir además con tonos y tiempos bien diferentes.
Por ahí he leído que Banvillle no es plato de gusto para todos, pero a mi me ha ganado. Tanto él como su otro yo. Chandler redivivo.