La Ruta 40 se extiende a lo largo de 5 mil kilómetros en Argentina y une algunos de los territorios más bellos y famosos del país. El circuito atraviesa las regiones de Cuyo, el Norte y Patagonia.
Pasa por 11 provincias, una veintena de Parques Nacionales y Reservas, 13 grandes lagos y salares, y 5 áreas declaradas Patrimonio Natural de la Humanidad.
El kilómetro 0 de la Ruta 40 lo constituye Cabo Vírgenes, en Santa Cruz, y su punto final lo alcanza en la ciudad jujeña de La Quiaca,en el límite con Bolivia.
De similares característica a la Ruta 66 en los Estados Unidos, este circuito argentino fue creado en 1935 y si bien todavía no fue asfaltado en su totalidad permite el recorrido completo con ciertas precauciones.
Punto de partida: Neuquén.
El siguiente destino es Chos Malal, que combina un paisaje estepario con verdes valles y blancos mantos de nieve durante el invierno.
Punto interesante siguiente es el Complejo Caviahue-Copahue, donde se realizan excursiones de trekking entre bosques de araucarias, baños termales en aguas sulfurosas y travesías hasta un antiguo volcán activo.
La aventura continúa por Zapala y Las Lajas, dos destinos con propuestas de nieve, ecoturismo, espeleología y arqueología.
En la zona cordillerana del sur provincial, el circuito llega hasta Junín y San Martín de los Andes, sedes ambas del Parque Nacional Lanín que debe su nombre al extinto volcán de 3.800 metros de altura, visitado en temporada estival por numerosos andinistas del mundo. También en la zona son habituales las salidas de pesca deportiva, excursiones de floating por el río Hua Hum hasta la frontera con Chile, deportes blancos en el Cerro Chapelco y travesías náuticas por el lago Lacar.
Luego se abandona por un tramo la 40 y la travesía continúa por la Ruta de los Siete Lagos, que une a San Martín de los Andes con Villa La Angostura, dentro del Parque Nacional Arrayanes, dueño de un milenario bosque nativo que muchos aseguran fue inspiración de Walt Disney para la película Bambi. Además, posee el centro invernal Cerro Bayo y los lagos Correntoso y Nahuel Huapi.
Rio Negro.
A partir de allí comienza el nuevo tramo de la Ruta Nacional 40 (antigua Ruta Provincial 258) que llega hasta El Bolsón, al pie del Cerro Piltriquitrón. Un destino que se destaca por la feria artesanal, propuestas de turismo rural y el nuevo centro invernal Perito Moreno.
En el trayecto, que se extiende por 131 kilómetros de asfalto, el viajero pasa por los lagos Mascardi y Guillelmo, con excelentes lugares para picnics y camping.
Chubut.
Una de las primeras paradas obligadas después de El Maitén es el casco de la estancia Leleque, donde funcionaba antiguamente un almacén de ramos generales y el centro administrativo de la Compañía de Tierras del Sud (Southern Land Co.) creada por los ingleses en 1889.
El siguiente destino es la localidad de Esquel, donde funciona el centro de esquí La Hoya, al sur del Paralelo 43. Una localidad con la infraestructura necesaria para hacer un alto y adentrarse en el Parque Nacional Los Alerces, dentro del cual también hay campings, hosterías y proveedurías. El paseo imperdible lo constituye el tren turístico La Trochita.
Entre los sitios chubutenses más pintorescos están la ciudad de Trevelin o Pueblo del Molino, una de las primeras colonias galesas de la Argentina.
Unos kilómetros más al sur, aparecen Tecka y Gobernador Costa. Desde la primera, se recomienda viajar hasta Corcovado para la práctica de deportes extremos y pesca deportiva. En la segunda, se termina el camino de asfalto y se encuentra el lago General Vintter, ideal para amantes del pique.
En Río Pico se comercializan excelentes quesos, fiambres y miel preparados por colonos alemanes que eligieron la Patagonia para asentarse.
Los próximos poblados son Alto Río Senguer, con excursiones a los lagos Fontana y La Plata, zonas de pesca y caza, y caminatas en bosques habitados por el huemul; y, Río Mayo, un centro de ganadería y estancias dedicadas al turismo, donde se desarrolló un Parque Eólico.
Santa Cruz.
La segunda ciudad es Los Antiguos, ubicada a escasos kilómetros de la Ruta 40 sobre la margen sur del lago Buenos Aires, el segundo más grande de Sudamérica. Un destino con un particular microclima que permite el cultivo de cerezas, frutillas, frambuesas y otros productos de huerta.
De regreso a la 40, el itinerario hacia el sur conecta con Bajo Caracoles a poco más de una hora de ripio en buen estado y luego con Gobernador Gregores, localidad que requiere apartarse de nuevo unos kilómetros. Este último es el mayor centro urbano de la región, desde el cual se accede al Parque Nacional Perito Moreno para visitar sus lagos y el Monte San Lorenzo.
Más adelante, la travesía llega hasta Tres Lagos, donde se encuentra el cruce de una ruta provincial que conduce hasta El Chaltén, la Capital Nacional del Trekking. El camino de acceso bordea el Lago Viedma hasta las laderas del Monte Fitz Roy y el Cerro Torre. De regreso a la 40, el siguiente destino es el bosque petrificado La Leona.
Luego se accede a uno de las joyas Argentina, el Parque Nacional Los Glaciares, donde resultan imperdibles el minitrekking y la navegación frente a las paredes del Perito Moreno, así como un circuito náutico entre témpanos de hielo por los glaciares Upsala, Onelli y Spegazzini.
La ciudad más cercana a este último Parque es El Calafate, a orillas del Lago Argentina, cuyas aguas durante la temporada invernal se transforman en una atractiva pistas de patinaje.
Entre las últimas localidades del itinerario cordillerano se encuentran 28 de Noviembre y Río Turbio, dos urbes fronterizas desde las cuales se accede al centro de deportes invernales Vandelen.
Allí, hay un cambio de rumbo y la ruta se dirige hacia la Costa Atlántica hasta llegar a la ciudad de Río Gallegos, capital provincial, ideal para el avistaje de fauna costera, pesca deportiva y turismo de estancias.
Finalmente, el kilómetro 0 de la Ruta Nacional 40 se ubica en Cabo Vírgenes, sobre el extremo sur del continente, desde donde se tiene una panorámica del Estrecho de Magallanes.
La Ruta Nacional 40 y los caminos provinciales mencionados se encuentran generalmente en buen estado. Sin embargo, es aconsejable chequear las condiciones antes de cada salida.
Para el circuito por la Patagonia, los meses predilectos son los que van de octubre a abril, ya que en invierno el viaje se torna más dificultoso por la nieve y el hielo.
La vestimenta, debido a los vientos secos cordilleranos o las tormentas de nieve, debe conjugar una muda liviana y un buen abrigo.
Para las áreas de ripio se recomienda aumentar la presión del inflado en gomas (de 28 a 32 libras aproximadamente), y la velocidad no debe superar los 70 kilómetros por hora.
En este viaje el agua es imprescindible, tanto para saciar la sed como para emergencias.
En todas las gasolineras hay que aprovisionarse de combustible suficiente, porque los tiempos de viaje pueden ser más largo de lo esperado.