Maryclen Stelling
La polarización extrema imperante el país nos ha conducido a una malsana confrontación que trasciende los límites políticos, creando un clima general de conflictividad en donde aquellos problemas que ameritan solución consensuada, por el contrario, dividen y fragmentan.
La polarización extrema resulta entonces una variable clave para entender, tanto la situación política actual, como los obstáculos que han enfrentado el dialogo y la negociación. Sin embargo, desde los intersticios de la sociedad polarizada se produce un debilitamiento de los niveles de polarización política y, bajo la forma de una fragmentación al interior de los polos, se produce una ruptura de los procesos polarizantes que han dominado hasta el momento la escena política. Suerte de autodestrucción de la polarización, desde donde lentamente emergen las condiciones para un proceso de negociación y construcción de consensos. A su vez, tal quiebre promueve tanto un debilitamiento del discurso polarizador como el surgimiento de relatos antipolarizantes y/o despolarizantes desde los propios políticos, partidos, medios y redes.
En la ruta despolarizante, “sin querer queriendo”, la próxima contienda electoral tendría un papel determinante en la ruptura de los procesos imperantes en el pasado y en la democratización de la polarización política, al igual que al interior de cada polo. La encrucijada “votar o abstenerse” más los procesos internos propios de cada partido inciden en la fragmentación interna en los polos. Emergen posiciones y voces que denuncian la presión y se oponen al sometimiento a tales líneas preelectorales. Se inician así deslindes, separaciones, fragmentaciones y creación de nuevas configuraciones y alianzas con miras a las próximas parlamentarias. Suerte de democratización de los polos que incidirá en la estructura y dinámica de las tensiones internas.
De allí la importancia de la convocatoria y de la participación con miras a configurar un parlamento plural, que sin negar la naturaleza inevitable del conflicto, se constituya en el espacio para la negociación y construcción de consensos, en suma para la consolidación de la pluralidad democrática.
Esta dinámica sociopolítica que hemos denominado la “ruta despolarizante” incidirá y a su vez se verá afectada por los resultados de las elecciones del 6D