La Ruta del Arcoíris: detrás de un día nublado, siempre brilla el sol

Publicado el 16 mayo 2013 por Bebloggera @bebloggera

Por Ajonjoli desde ChileQue levante la mano quien, al menos una vez, se ha ahogado en un vaso de agua; quién se ha enredado más que moño de vieja ante una situación determinada o quién ha corrido y gritado en círculos al no encontrar una solución satisfactoria ante un problema… TODOS hemos reaccionado así ante alguna situación con estas características y el que diga que nunca lo ha hecho, no le creo (LO DIJE, ¡¿Y QUÉ?!).Ha sido parte de la esencia humana ser bien escandalosos, la sociedad tampoco colabora con este tipo de comportamiento (a esta última, la cual  veo como una persona sin carácter ni capaz de razonar, ya que hay muchas cosas que debemos cuidar de hacer porque “la sociedad no está preparada o no es digno de ella”… pero ese es un post para otro día), y como consecuencia nos enfermamos del alma y del cuerpo. El estrés se le atribuye a muchos factores que van, generalmente, relacionados con el trabajo pero también se desencadena por como nosotros enfrentamos las cosas que nos ocurren.Una vez, una amiga, al ver mi actitud por no encontrar hogar temporal y/o definitivo para un perrito, me dijo las sabias palabras de Ghandi: “Si el problema tiene solución ¿para qué preocuparse?, si el problema no tiene solución ¿para qué preocuparse?”, y créanme que tiene demasiado sentido. Una situación problemática o un error siempre tendrá solución. Si es así no tenemos que angustiarnos más de lo necesario ya que tenemos varias posibilidades de que se remedie. Ahora, si este conflicto no tiene forma de solucionarse, tampoco sirve de mucho que cometamos Hara Kiri ya que nuestro estrés no será de ayuda para que lleguemos a buen puerto con el problema. Ahora, del dicho al hecho…Yo tiendo a ser buena para torturarme cuando olvido toda esta actitud de intentar vivir sanamente (mentalmente hablando). Uno cae muchas veces en esto de “ahogarse en un vaso de agua”, pero en mi caso siento que es porque cada cierto tiempo necesito tener drama en mi vida. Puede sonar extraño, pero es como parte de un proceso o ritual. Después de una situación emocional intensa, donde nos victimizamos, nos enredamos en nuestras propias telarañas y vemos todo negro, nacemos como nuevas, puras y fuertes. Operación Drama Queen nace, en mi caso, con el fin de empoderarme. Freak, lo sé, cada día intento buscar otra forma de hacerlo porque esto de andar armando drama me está fastidiando un poco (no armo escándalos, no se asusten, solamente reacciones que podríamos llamarlas “pre-menstruales” ante conflictos y problemas que aparecen de vez en cuando).
Mi mensaje de esta semana es: NO SE ANGUSTIEN. Intentemos resolver nuestros problemas con una visión más amplia. No nos cerremos y menos caigamos en las marañas de ver todo negro. ¡No todo es negro! Existen matices y por ende existen soluciones. Lo que nos diferencia de los animales es que nosotros somos capaces de razonar (aunque para mí, muchos animales también lo hacen) y por ende somos responsables de nuestros actos y palabras… y más. Así que preciosas (y guapetones), cuando sientan que la reacción que tienen ante un problema determinado les impide encontrar la solución con claridad, sacúdanse, sonrían y abran los ojos; el positivismo que reine en sus corazones.