La ruta del Cares

Por Asturiasparadisfrutar @paraisoasturias

En el año 1916 la empresa Electra de Viesgo inicia las obras del canal que habría de conducir las aguas captadas del río Cares para el suministro de la central hidroeléctrica de Poncebos. Tres décadas después se construyó la senda ahora existente con la finalidad de realizar las labores de mantenimiento del canal.
De Poncebos a Caín o de Caín a Poncebos: cada año, miles de senderistas la recorren en un sentido o en el otro. Si cuentan con un vehículo que los espere al final del itinerario, pues recorren sólo un tramo; los hay que hacen el camino de ida y vuelta: disfrutan el doble del espectacular itinerario labrado en la roca a media ladera, acompañando al río que allá abajo, centenares de metros más abajo, se abre camino por el estrecho tajo abierto entre los murallones de caliza.
Características

  • Tipo: lineal
  • Dificultad: ▲▲▲▲▲
  • Itinerario: Poncebos - Los Collaos - Culiembro - puente de Los Rebecos - Caín (y regreso)
  • Señalización: sin pérdida
  • Desnivel: unos 300 metros
  • Distancia: alrededor de 24 kilómetros
  • Duración: seis horas y media / siete horas


Situación y distancias

Distancias por carretera a Arenas, capital del concejo de Cabrales,
Pulsa en la imagen para aumentar su tamaño
Cómo llegar al punto de partida

La ruta se inicia en Poncebos, localidad a la que accederemos desde Arenas, la capital del concejo, por la carretera regional AS-264. Una vez allí, lo primero es encontrar un lugar para estacionar el vehículo, pues, dependiendo de la época, suele haber bastantes. Logrado esto, no tendremos dificultad alguna para encontrar el inicio de la ruta: seguimos carretera adelante fijándonos en las indicaciones.
Comenzamos la ruta por un camino estrecho y pedregoso que va ganando altura. En realidad este primer tramo, desde Poncebos a Los Collaos, es una continua subida: dos kilómetros de recorrido para vencer unos doscientos metros de desnivel. A mitad de la cuesta, más o menos, encontramos unas edificaciones medio derruidas, que tienen su importancia, pues los árboles que allí se encuentran proporcionan una de las pocas zonas de sombra que encontraremos a lo largo de la ruta.

Alcanzado el alto de Los Collaos, el sendero inicia un suave descenso: a la derecha, la mole caliza; a la izquierda, allá abajo, centenares de metros más abajo, el Cares, que desciende por la estrecha hendidura que nos separa del Murallón de Amuesa. Estamos en un tramo que se camina fácil, razón por la cual nos dedicamos a disfrutar de las altas cumbres, del profundo desfiladero, de los reflejos verde esmeralda que de vez en cuando nos envía desde allá abajo el río, del aire puro...

Tras unos cinco kilómetros de pausado descenso, llegamos a Culiembro, lugar donde en otros tiempos estuvo asentada una aldea y donde hoy tan sólo encontramos un edificio abandonado. Según los indicadores que allí se encuentran, podemos decir que estamos en el punto intermedio del recorrido, o casi: Poncebos, 1 hora y 45 minutos; Caín, 1 hora y 30. Emprendemos el último tramo, también en ascenso, pero más suave que el del inicio.

Poco a poco ganamos altura sobre el río. Podemos verlo, allá abajo, en algunas curvas que hace el sendero; también sobre la plataforma de los puentes que atravesamos, primero elde Bolín y luego el de los Rebecos.

Si en este último puente hemos visto las aguas del Cares en las profundidades de la garganta, no tardaremos en encontrarlo mucho más cerca, pues a medida que ascendemos río y sendero se irán aproximando hasta encontrarse en las proximidades de Caín.

Sintiendo el Cares ya muy cerca, entramos en un túnel, al que siguen otros. Los últimos cuentan con oquedades abiertas en la roca a manera de ventanas que nos permiten verlo ya muy próximo. Salimos al lado de la presa y nos adentramos en el valle.

Unos centenares de metros más y llegamos a Caín, una de las contadas poblaciones leonesas localizadas en la vertiente cantábrica. Curioso. Como también lo es que el Cares tenga su nacimiento en la provincia leonesa y vierta sus aguas al Cantábrico, al unirlas a las del río Deva en las proximidades de Panes.

De vuelta a Poncebos pensamos en el asunto, pero tampoco hay que darle más vueltas: cuestiones administrativas que para nada deben interferir en el disfrute de esta maravillosa ruta por la garganta del Cares.
========================