El faro del Albir.
Hace un par de semanas le dije a mi marido que me apetecía mucho empezar a hacer senderismo. Salir con los niños, caminar por una de las muchísimas rutas, senderos y vías verdes que hay, comernos un picnic al aire libre... El me contestó: - Vale, genial, pero... ¿Y Carla?Carla es una niña que ya no aguanta mucho rato en el portabebés, pero tampoco demasiado tiempo andando. Para salir con ella hemos de combinar el paseo, montar a caballito con su padre, mis brazos, el portabebés y... el carro. Sobretodo porque aun hay ratos que se duerme y si podemos acostarla ese tiempo pues mucho mejor. Así que le contesté: -No hay problema. Lo tengo todo previsto.
La cuestión era que unos días antes había estado buscando rutas de baja dificultad para ir con niños y en el blog de Alicante a pie encontré esta: La ruta del faro del Albir.
Tomé nota de las indicaciones y los consejos, preparé un picnic, gorras, protector, mucha agua... y pusimos rumbo a nuestro destino.
El merendero
El Albir (o Racó de l'Albir) es una playa de cantos rodados en la localidad de L'Alfàs del Pí, muy cerca de Benidorm y rodeada del parque natural de la Serra Gelada. Habíamos leído que el aparcamiento que hay a la entrada del parque natural suele llenarse durante los fines de semana por la gran afluencia de gente que recorre esta ruta, así que decidimos dejar el coche en el parking gratuito que hay frente al paseo marítimo y subir ya andando desde allí. Creo que desde la playa hasta el inicio de la ruta debe haber un kilómetro más o menos. Es poca distancia pero toda en pendiente. Pero bueno, cómo acabábamos de llegar estábamos frescos para iniciar el ascenso. El que peor lo pasó fue Marco que no paraba de decirme: -Mamaaaaa, ¿cúanto falta? Es que esto es todo cuesta arribaaaaa.
Marco mirando los veleros desde el sendero
Y encima, al llegar, vimos que no había ningún problema para aparcar más cerca de la entrada. Supongo que en verano o en Semana Santa estará a tope pero hace dos domingos a pesar de la gran cantidad de gente que había se podía aparcar de sobra. Por tanto...
- Consejo: Subid con el coche hasta la entrada del parque natural.Si está lleno siempre podéis volver a la zona de la playa y dejarlo por allí. Así minimizaréis el riesgo de que los niños se cansen antes de comenzar, sobretodo si no muy peques.
Todo el camino es así. ¿veis el faro al fondo?
A la entrada del parque hay una caseta de información que por cierto estaba cerrada. Junto a la caseta hay un panel explicativo donde están indicadas las diferentes rutas que pueden hacerse en esta parte de la sierra. Además de esta ruta litoral de nivel bajo, al menos hay otra de nivel medio-alto que va atravesando la montaña.
Todo el sendero está asfaltado, cómo ya os he dicho. Esto es así porque se trata de la antigua carretera de acceso al faro. Hay unos pivotes que limitan el acceso al parque natural a los coches. El hueco más ancho permite la entrada de carritos, bicis y sillas de ruedas. Lo malo es que esta anchura también permite el acceso a motos aunque puedo aseguraros que no vimos ninguna, así que parece ser que lo respetan.
Cueva de Boca Balena. No se ve muy bien porque le pegaba un solazo...
El recorrido es bastante seguro, pero para chiquitines como Carla no hay nada seguro. Hay zonas en las que si se cuelan por entre las piedras la caída puede ser importante. Así que si vais con niñ@s muy pequeños hay que tenerlos muy controlados para que no se acerquen al borde.
Nada más comenzar nuestra ruta vimos el merendero y claro, a los niños les entró un hambre terrible. Ya habían caminado un montón. Así que decidimos comer primero y hacer senderismo después, para bajar la comida.
Cala de la Mina
- Consejo: Si no quieres ver bichos o bichas no vayas al monte. Resulta que cuando nos acercábamos a la mesa de madera Marco pegó un brinco al grito de... -AAAAaaaaaaahhhhh!!! Le pregunté que le pasaba pensando que habría visto una araña o algo así. - Miraaaaa, una serpiente!!! Y era verdad. "Una culebrita, larga y finita, se pasea por el... merendero" El pobre animal serpenteando a toda velocidad salió del recinto de las mesas, cruzó el camino donde unas señoras que iban charlando casi la pisan y se perdió entre los matorrales. ¡¡¡Me encantó verla!!! Os lo aseguro. No recuerdo haber visto ninguna de mayor y eso que he hecho mucho de cabra montesa. Marco se asustó porque creía que todas las serpientes son peligrosas y venenosas. Esto nos sirvió para hablar de ello de forma que al acabar el día decía que lo más chulo había sido ver a la serpiente. Y digo que Marco se asustó porque la peque Carla se fue corriendo a buscarla. Apoyada en la valla no paraba de llamarla: -Sepiente ven aquí! Mamaaaaa, sa ido la sepiente. Sa condidoooo.
Las minas de ocre
Sacamos las provisiones he hicimos buen uso de ellas. El merendero tan solo tiene unas mesas de madera y unas papeleras. No hay área infantil, ni baños, ni fuente, ni nada más. Solo eso, cuatro o cinco mesas para que no tengas que comer en el suelo si lo que llevas no es un bocata y necesitas una superficie para apoyarlo todo. A mi me vino genial porque Carla no toma bocatas. No le van mucho y me cuesta horrores que se coma uno. Así que le preparé su platito de pasta fría con tomate y atún (¡Bendita pasta!).
- Consejo: Llevad mucha agua. No hay ninguna fuente durante todo el recorrido y si pega el solete... Nosotros llevábamos tres cantimploras, sobre litro y medio, y un par de botellitas pequeñas y la usamos toda. Y eso que hacía buen día pero no sudamos.
Ruinas de las instalaciones de extracción y transporte del ocre.
- Consejo: Imprescindible protector solar y gorra. Yo la eché de menos, empezó a dolerme la cabeza (aunque eso no es raro en mí) y los peques se pusieron coloradillos. Ellos sí llevaban sus gorritas pero yo olvidé la mía. La ruta va junto a la costa de modo que da el sol y la brisa marina casi todo el tiempo.
Tenemos vistas al mar y a las montañas
Hay varios miradores desde los que se puede observar la bahía de Altea, el Racó de l'Albir e incluso el Peñón de Ifach. Parece ser que ese domingo se disputaba una regata porque el mar estaba repleto de veleros.
Diferentes senderos nacen desde la carretera y nos dan acceso a otras zonas de la sierra. Desde la ruta del faro podemos acercarnos a ver la cueva de "Boca Balena", las minas de ocre y los restos de sus instalaciones de origen fenicio y que siguieron explotándose hasta principios del siglo XX y la cala de la mina desde la cual se transportaba el mineral, entre otros. Tenéis información sobre esto aquí.
Mirando la playa donde habíamos aparcado desde el faro
Al llegar al faro vemos que se ha habilitado el centro de interpretación en su interior. Allí nos muestran la vida en torno al faro e información sobre la Serra Gelada y el parque natural. La entrada es gratuita y está abierto de martes a domingo de 10:00 a 13:30h. Junto al faro se descubren los restos de una antigua torre vigía, la Torre Bombarda. Desde aquí las vistas de los acantilados, del mar y de la costa son espectaculares. Hicimos una pequeña parada para beber agua, hacernos unas fotos y deleitarnos con las vistas antes de emprender el regreso.
Los acantilados vistos desde el faro
Volvimos a recorrer el camino, esta vez de vuelta, charlando tranquilamente mientras Marco hacía montones de fotos. Le encanta la cámara. ¿A quién habrá salido? Sobre las cinco de la tarde volvíamos a estar en el Racó de l'Albir dispuestos a seguir paseando por allí y a dejarles jugar un rato en los columpios antes de volver a casa. Pero esto ya os lo cuento otro día. ¿vale?
De momento... si queréis ver más fotos os las dejo aquí.