Apurando nuestras últimas horas en Kyoto, no podíamos desaprovechar la ocasión de contemplar una de las imágenes de postal más icónicas de Japón: el Kinkaku-ji (Templo del Pabellón dorado).
El Templo del Pabellón Dorado (Declarado Patrimonio de la Humanidad) posee un magnífico jardín y un estanque en frente llamado Kyōko-chi (Espejo de agua). En el estanque existen numerosas islas y piedras que representan la historia de la creación budista.
Sin embargo en 1950 un monje loco le prendió fuego y luego intentó suicidarse. El monje fue arrestado, su madre no pudo con la vergüenza y se suicidó saltando de un tren. El monje fue sentenciado a 7 años de prisión, pero murió antes de cumplir su pena. En 1955 se terminó de construir una réplica exacta del Kinkaku-ji, aunque a diferencia del original, tanto el segundo como el tercer nivel están cubiertos de oro. En 1987 se aplicó una nueva capa de laca como también un nuevo recubrimiento en hojas de oro. También, se restauró el interior del edificio y las pinturas del mismo. En 2003 se restauró el techo.
Pontocho es emblemático por la arquitectura tradicional de los okiya, tiendas tradicionales y restaurantes de alta cocina que allí se aglutinan. Y eso que Pontocho, simplemente, está formado por una única calle estrecha y peatonal, que corre paralela al río Kamogawa, desde la calle Shijō hasta la calle Sanjō.
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