La ruta nipona: nara y osaka en un día

Publicado el 24 noviembre 2014 por Lord_cacafuti @lamiradadifusa
¡Vaya! Que cabeza la mía, en el anterior post de La Ruta Nipona ya nos íbamos para Hiroshima sin enseñaros Nara y Osaka, dos ciudades situadas en un radio de 40 km. de Kyoto, y que pueden visitarse en una sola jornada dada su cercanía.

Sí, es verdad, me quejaba de que nos dejamos muchas cosas por ver en Kyoto, pero no podíamos dejar la ocasión de visitar estas dos ciudades, aunque quizá, la ciudad de Osaka sea más prescindible.
Comenzamos el día madrugando mucho, como ya es habitual en este viaje, nos dirigimos en una especie de tren de cercanías desde la estación de Kyoto a Nara, donde llegamos en apenas media hora de trayecto.

Nara fue la primera capital permanente de Japón y cuenta con 8 monumentos declarados Patrimonio de la Humanidad, sólo la supera Kyoto en este aspecto.
Simplemente por contemplar el impresionante Tôdai-ji, el edificio de madera más grande del mundo o el Gran Buda (Daibutsu) ya merece más que la pena su visita...
No obstante, Nara, con más de 300.000 habitantes, es fácilmente visitable, ya que todo los lugares de interés están recogido en la zona del Nara-kôen.
Si hay algo que pueda eclipsar a la riqueza monumental de Nara, esos son los más de 1000 ciervos salvajes que campan a sus anchas por el Nara-kôen, desde tiempos inmemoriales, se consideraban mensajeros de los dioses y actualmente gozan del estatus de Tesoro Nacional.


Vagan tranquilamente por el verde recinto del parque y en los templos en busca de obsequios alimenticios de los turistas, son muy cariñosos y tranquilos, lo suyo es comprarles galletas especiales que venden por un módico precio de 150 Yenes.



Así llegamos al templo budista Todai-ji, una impresionante estructura construída íntegramente de madera, que tiene la particularidad de ser el edificio más grande del mundo hecho de este material.


Dentro nos encontramos con el Salón Daibutsu-den y su Gran Buda, una vez más, otro record, se trata de la escultura de bronce más grande del mundo,  flanqueado a los dos lados por Tamonten y Komokuten, los dos guardianes de Buda, uno representa el Señor de la visión ilimitada, el otro, el almacén divino de la sabiduría.


Para haceros a la idea de la magnitud del Buda, fijaos en los orificios nasales: Por ahí cabe un niño o una persona delgada.


Tamonten


Komokuten


Justo detrás del gran Buda, hay una columna con un agujero de 50 cm. en su base (es la misma anchura que los orificios nasales del Gran Buda). Si se pasa por él, cuentan, que la iluminación está segurada, es aquí cuando nos damos cuenta realmente del tamaño del Daibutsu.



Después de una comida para pillar fuerzas nos dirigimos a la "pequeña Tokio".



Osaka (2,6 millones de habitantes) es el núcleo obrero de la región  de Kansai. Famoso por el carácter afable y práctico de sus habitantes, el contrapunto campechano a la más refinada y snob ciudad de Kyoto.
Pero por encima de todo, Osaka es famosa por su buena cocina, la palabra kuikadore (comer hasta reventar) fue forjada para describir la afición de sus habitantes por la buena mesa.
De todas maneras, Osaka no deja de ser una especie de pequeña Tokio, aunque con menos personalidad.

A falta del legendario castillo de Himeji, nos conformamos con ver el castillo de Osaka. Situado en un bello parque, rodeado por fosas y muros imitando a los castillos europeos, es uno de los monumentos más característicos de la ciudad. 
Se construyó por primera vez en 1583 por orden de Hideyoshi Toyotomi, sin embargo, con su muerte en 1598, Tokugawa Ieyasu, en su ambicioso camino de convertirse en el nuevo Shogun, atacó el castillo prácticamente destruyéndolo, aunque fue reconstruido por Tokugawa Hideata durante la década del 1620. 
En 1665 un rayo provocó un incendio que dañó gravemente el castillo. En 1931, se reinició su reconstrucción a base de hierro y desde 1997 se han realizado importantes trabajos de restauración que no han finalizado.


Y llegamos al marciano barrio de Namba, otro lugar que haría las delicias de los fans de "Blade Runner", imposible que quepan más neones,carteles extravagantes, locales frikis y luces LED. Un festival de sonidos, olores y colores, una especie de mini-Tokio comprimida y superpoblada. Para bien o para mal.



La calle Dotombori  es el eje de la vida en Osaka, el rio ejerce como punto neurálgico y un punto central es el puente Ebisu, donde tanto turistas como locales callejean ,o se dedican al arte de saborear la gastronomía  de Osaka, es el lugar que ejerce como zona central de la vida de la ciudad,así como comercial,por aquí hay grandes galerias que atraviesan las calles,siendo una mezcla de tiendas con restaurantes.




Rick Deckard is watching you

dejamos atrás Osaka, pensando que ya nada nos iba a sorprender en ese aspecto, después de ver la futurista Tokio, nos equivocamos una vez más. Ahora sí, pernoctamos la última noche en Kyoto y al día siguiente nos espera Hiroshima. Enviar por correo electrónicoEscribe un blogCompartir con TwitterCompartir con Facebook