La rutina. Texto: José Antonio Garriga Vela. Diario Sur – 06.02.2011.
Suelo viajar en febrero a cualquier país lejano. Otra rutina. Sin embargo, no creo que vaya a ningún sitio este mes. He mirado el mapamundi. Le he dado vueltas y más vueltas al mapamundi y a mi cabeza. Al final, nada me ha atraído con la suficiente fuerza como para decidirme a hacer la maleta. Temo que lo que yo busco haya desaparecido. El mundo entero se ha convertido en un parque temático. La única salida posible consiste en escapar sin moverse del cuarto en el que estamos encerrados. El único boicot a la rutina es ausentarnos mentalmente del lugar en el que estamos. Si todos los empleados estuvieran en la inopia mientras trabajan seguramente se acabarían cerrando todas las empresas. Eso desembocaría en una auténtica crisis. Pero la rutina es poderosa y nos obliga a funcionar. La maldita rutina de tener que comer, dormir, cuidar de las personas que queremos y mantener una vida discretamente cómoda. Me he propuesto ir paulatinamente reduciendo las necesidades hasta convertirme en puro espíritu y nada más.
Lo peor de todo es la rutina de la muerte de la que nadie se libra. Me gustaría ser una excepción, pero resulta muy complicado. Yo diría que imposible. Hay costumbres que matan y la costumbre de la muerte es la más sanguinaria. Ahora dedico todo mi tiempo a tratar de superarla. Pero, ¿cómo se consigue la inmortalidad? Y además, suponiendo que lo consiguiera y rompiese con la rutina de la muerte, ¿qué haría para distraerme durante tantos siglos y siglos sin caer en la rutina?
En Algún Día│José Antonio Garriga Vela.