La sabiduría de los pueblos

Por Monpalentina @FFroi

En el salón de plenos del Ayuntamiento de Potes, se presentaba hace unos días una Guía realizada por Elsa Suárez y María Alonso, técnicos del Grupo de Acción Local Liébana, que lleva por título "La sabiduría de los pueblos".
Estaba yo pasando unos días en San Salvador con dos  amigos, Gorka e Íñigo, y de camino hacia la localidad cántabra, donde degustaríamos un estupendo cocido lebaniego, les iba yo hablando, precisamente, de eso, de lo mucho que había aprendido a la sombra de estos rincones de provincia. Historias que se van repitiendo en el tiempo, de padres a hijos, de abuelos a nietos; lecturas que, aunque ya no deparen grandes impresiones, porque hemos perdido con tanta carrera el lujo de emocionarnos, siempre te ayudan a comprender mejor todo lo que se mueve en éste y en tantos pequeños universos rurales.
Elsa y María han recogido en la Guía de la que hablo, testimonios de un centenar de personas de los siete municipios lebaniegos, formas de vida y de trabajo en los años 50. No olvidemos la "Merindad de Liébana y Pernía", integrada por ambas comarcas y el Valle de Polaciones, y cuya capital durante algún tiempo fue Cervera de Pisuerga, lo que sin duda marcó un tiempo y dejó huella y lo que comunica unos caminos paralelos que recorrimos con idénticas pautas.
A los testimonios, entre los que se encuentra el de Julia Pesquera,  una mujer de 102 años, natural de Beares, se suman una serie de talleres de campo, como el de leña a suertes, lo que anualmente se viene dando en nuestros pueblos; el arreglo de los caminos, las vecerías... Se menciona también por allí el trigo. Recordemos que por los años del estudio muchas casas no tenían dinero para poder pagar el pan o era más barato producir el trigo y hacerlo en el horno. Cada mes de septiembre había que declarar el trigo cosechado y una vez verificado se les devolvía para el consumo familiar.
La impresión que aflora, después de esta experiencia que no se difunde en papel, no sólo es la historia de estos lugares, sino lo que te aportan emocionalmente, lo que se aprende en la universidad de la vida, lo que te ayuda a entender el por qué de muchas normas, el por qué de los viejos Concejos; cómo sobrevivieron aquellas gentes con lo mínimo, dejándonos como bien observó David Redondo, el director de Medio Ambiente a propósito de esta iniciativa en la villa cántabra, un paraíso en economía verde y sostenibilidad. 
Para la sección "La Madeja", en "Diario Palentino y Globedia". Imagen: Bosque de Piedrasluengas, Froilán de Lózar