Las condiciones laborales inciden directamente en la calidad de vida de las personas. El trabajo, evidentemente, aporta beneficios, como el salario o la realización personal. Pero también puede causar daños en el bienestar psíquico, físico o emocional, si las condiciones sociales y materiales donde se realiza no son las adecuadas.
Las empresas saludables están comprometidas con la calidad de vida laboral de sus trabajadores. Esta calidad no solo consiste en prevenir riesgos laborales de forma convencional sino que debe plantear como meta la humanización del lugar de trabajo. Todo ello se consigue dando respuestas a las necesidades de los empleados mediante una gestión adecuada de la salud en la empresa en su concepto más amplio.
Las condiciones de trabajo influyen directamente en la calidad de vida de los empleados y, por ende, de toda la sociedad.
SER UNA EMPRESA WELLNESS CORPORATE O LA SALUD EN LA EMPRESA
Las actuaciones de una empresa saludable en materia de calidad de vida laboral tienen un marco muy amplio. Por un lado, está la prevención de accidentes y enfermedades laborales en sentido estricto; por otro, la prevención de enfermedades y patologías relacionadas con la salud mental; finalmente, hablamos de la promoción de hábitos de vida saludables.
Todos estos elementos se pueden atacar desde diversos frentes pero se consiguen implantando una nueva forma de ver el entorno empresarial: el wellness corporate.
El wellness corporate no es ni más ni menos que el desarrollo y promoción de la cultura del bienestar en la empresa. Su implantación consiste en ofrecer a los empleados soluciones de promoción de la salud y el bienestar, como los desayunos saludables en la empresa o los servicios de fisioterapia para empresas. Con estas acciones (o muchas otras que se pueden llevar a cabo) se mejora la calidad de vida de las personas, lo que redunda en mayor productividad y competitividad.
LA SALUD LABORAL Y SU RELACIÓN CON LA CALIDAD DE VIDA
La salud laboral en su concepto más amplio influye en la salud de la sociedad. Un ejemplo claro lo vemos en el paro y la precarización del trabajo. Cuando la persona que sustenta la familia no alcanza sus objetivos, tiende a enfermar. Si enferma, el entorno familiar se resiente. Y esto se traslada a la sociedad en general.
Aspectos como el aumento del paro, los contratos precarios o la explotación laboral afectan directamente a la salud. El motivo: las personas que quedan en situación de vulnerabilidad quedan más expuestas a enfermedades como la depresión o la ansiedad y a otras como los problemas cardiovasculares e, incluso, el cáncer.
Entre las razones por las que la precariedad influye en la salud física, destaca el hecho de que las personas con pocos recursos y con inseguridad laboral se alimentan peor, no hacen ejercicio y viven más estresados. Las condiciones de vida y de trabajo son los factores que más influyen en la salud.
Por todo lo anterior, promover la salud en la empresa tiene repercusiones positivas en las condiciones de vida de la sociedad.
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