Uno de cada cinco españoles ha necesitado apoyo psicológico en el último año. La terapia, antes un tabú, se convierte en un pilar del bienestar emocional y amplía su alcance gracias a la digitalización.
Madrid. — La salud mental ha pasado de ser un tema relegado al ámbito privado a ocupar un lugar central en la conversación social y sanitaria en España.
Según el Barómetro Sanitario 2025, el 20,6% los españoles ha necesitado atención psicológica o psiquiátrica en los últimos doce meses, y el 64% la población se considera susceptible de sufrir ansiedad, estrés o depresión. Estas cifras reflejan no solo el aumento de la demanda, sino también una mayor concienciación sobre la importancia del bienestar emocional.
Durante los últimos cinco años, los trastornos de ansiedad y depresión se han convertido en las principales causas de consulta psicológica. La pandemia aceleró este cambio, y aunque la urgencia sanitaria ya pasó, el interés por la terapia ha seguido creciendo de forma sostenida. Hoy, acudir a un psicólogo se percibe cada vez más como un acto de autocuidado y no como una señal de debilidad.
De la emergencia a la normalización
“Lo que antes se veía como una solución de emergencia hoy se entiende como una forma legítima y eficaz de acceder al apoyo psicológico”, explica Estíbaliz Barrasa, psicóloga online especializada en atención a adultos.
Barrasa, que vivió su propia experiencia con la ansiedad antes de dedicarse profesionalmente a la psicología, destaca que “la distancia física no impide la conexión emocional; lo importante es sentirse comprendido y acompañado en el proceso”.
Según datos de plataformas de salud digital, las videoconsultas en España aumentaron un 80 % entre 2021 y 2023, y se mantienen en niveles muy elevados durante 2025, con un crecimiento sostenido en especialidades como psicología, psiquiatría y medicina general.
La salud mental se digitaliza
Las consultas de salud mental a distancia se han multiplicado por tres desde 2020, impulsadas por la demanda de tratamientos para ansiedad y depresión
Datos clave sobre la evolución del modelo:
+70% aumento de solicitudes de terapia online en España (2022)
+200% crecimiento durante la pandemia (2020)
23% crecimiento anual estimado en Europa (2025–2031)
21% la población española requirió atención psicológica en 2025
+80% incremento de videoconsultas en España (2021–2025)
Estos indicadores reflejan una tendencia clara: la atención psicológica online ha dejado de ser una alternativa temporal para convertirse en un modelo consolidado dentro del sistema de salud mental.
Ansiedad: el motivo de consulta más frecuente
La ansiedad se ha consolidado como el principal problema de salud mental en España.
“Muchas personas viven con pensamientos repetitivos, tensión constante o una sensación de pérdida de control que afecta su vida diaria”, explica Barrasa, que trabaja como psicóloga online ansiedad ayudando a identificar patrones de pensamiento y recuperar la calma.
“La ansiedad no desaparece de la noche a la mañana, pero comprender sus mecanismos y aprender a gestionarla transforma por completo la experiencia”, añade la especialista.
Los últimos estudios apuntan que los trastornos de ansiedad son el doble de frecuentes en mujeres que en hombres, y afectan especialmente a menores de 25 años, un grupo que muestra una creciente preferencia por el formato online.
Depresión y bajo estado de ánimo: el reto silencioso
Junto a la ansiedad, los episodios depresivos representan otro de los grandes desafíos de la salud mental contemporánea. En España, los fallecimientos por suicidio han aumentado más de un 10 % en los ultimos años, una cifra que subraya la necesidad de recursos psicológicos accesibles.
“Acompañar a alguien que atraviesa tristeza prolongada o pérdida de sentido vital requiere sensibilidad, pero también herramientas concretas”, explica Barrasa como psicóloga online especialista en depresión.
“El formato online permite ofrecer un espacio de confianza sin necesidad de desplazamientos, algo especialmente valioso cuando la motivación está muy baja.”
Su enfoque combina técnicas de psicología cognitiva y estrategias de aceptación para reconstruir la autoestima y fomentar hábitos de bienestar emocional adaptados a cada persona.
Un cambio cultural en la percepción de la ayuda psicológica
La pandemia aceleró un cambio que ya estaba en marcha, pero el verdadero giro ha sido cultural. “Pedir ayuda ya no se asocia tanto con la debilidad; cada vez más personas lo entienden como un acto de autocuidado y responsabilidad con uno mismo”, afirma Barrasa.
La accesibilidad geográfica, la flexibilidad horaria y la eliminación de barreras físicas han sido factores determinantes. Comunidades como Andalucía, Cataluña, Valencia y Madrid concentran el mayor volumen de consultas online, aunque el modelo también está permitiendo que pacientes en zonas rurales accedan a profesionales sin necesidad de desplazamientos.
Una mirada hacia el futuro
Más allá de los números, el verdadero desafío está en mantener la calidad y la conexión humana dentro de un entorno cada vez más digital. Los expertos coinciden en que los próximos años estarán marcados por la integración de nuevas tecnologías, como plataformas inmersivas, inteligencia artificial terapéutica o seguimiento emocional automatizado, pero siempre bajo la guía profesional del psicólogo.
“Estamos en una etapa de madurez del formato online”, apunta Barrasa. “El futuro de la psicología no será únicamente presencial ni digital, sino híbrido: un modelo flexible que combine la cercanía humana con la comodidad tecnológica.”
Las previsiones europeas de salud digital estiman que el uso de terapias psicológicas online crecerá entre un 15 % y un 20 % anual hasta 2030, consolidando un cambio cultural profundo en la forma en que las personas entienden el bienestar emocional.
Consolidación y retos pendientes
A pesar del crecimiento, España sigue contando con una ratio baja de psicólogos en el sistema público —alrededor de 6 profesionales por cada 100.000 habitantes, frente a una media europea tres veces superior—.
Los expertos coinciden en que será necesario ampliar la oferta de profesionales y mantener la inversión en salud mental para responder a una demanda que no deja de aumentar.
“La modalidad online no sustituye la atención presencial, pero la complementa y la hace más accesible”, concluye Barrasa.
“Esa accesibilidad puede marcar la diferencia entre pedir ayuda o seguir soportando el malestar en silencio.”