Porque a los tenedores de estos títulos sólo se les paga si la entidad obtiene beneficios, por lo tanto no es un acreedor más como podría ser un cliente que tenga un depósito, sino que es un acreedor con un pie en el accionariado.
3 años después…
Los que tenían un pie en el accionariado han acabado metiendo también el segundo. Aunque la mayoría de ellos se han convertido en accionistas a la fuerza ya que era la única vía para poder recuperar su dinero.
Otros han visto como aquellos cupones de altísima rentabilidad se han quedado en agua de borrajas ya que la entidad emisora ha entrado en pérdidas y por lo tanto no van a cobrar ni un euro.