Nadie está a salvo cuando la procesión de los muertos inicia su andadura. El colegio para señoritas Rosas del Cares —al que todo el mundo llama Manderley— siempre ha guardado un secreto atroz, especialmente desde la muerte de su fundadora, Rebeca de las Nieves. Ella había conseguido convertir aquel internado, situado en un remoto paraje de Asturias, junto a los Picos de Europa, en una de las instituciones educativas más prestigiosas del continente. Pero cuando algunas niñas empiezan a desaparecer, el oscuro secreto de Manderley se convierte en una inequívoca amenaza. ¿Qué hay detrás de las desapariciones de las internas? ¿Simples accidentes en medio de la nevada que asola la región? ¿Alguna clase de venganza urdida por la difunta Rebeca, o acaso algo más terrible? En el pueblo ya hablan del regreso de la temible Güestía, la Santa Compaña.
Hoy vengo con un libro que había leído alguna que otra reseña y me llamaba mucho la atención ya que me encanta el género de terror psicológico. Tuve la suerte que se topara conmigo esta semana, y aprovechando que había una lectura conjunta activa hasta mañana, me animé a leerla; os hablo de La Santa.
La historia que se nos relata está ambientada en un colegio de niñas en la época de los años cincuenta en España llamado Rosas del Cares, pero más conocido como el Manderley. Allí nos encontramos con varios personajes, algunos más siniestros que otros: las niñas, el director Lucero, la gobernanta Esther, los profesores Hallan o Val, y siempre está presente Rebeca, la mujer que hizo posible este colegio.
La historia empieza con la desaparición de la niña recién llegada, Margarita: sin que nadie la haya visto desaparece de la faz de la tierra, pero a pesar de las nieves que acechan, el paraje perdido de Asturias los profesores salen en una intensa búsqueda, pero nadie la encuentran.
Mientras van aconteciendo las desapariciones de las muchachas, van ocurriendo muchísimas más cosas. Hay un sinfín de personajes, por lo que podemos atribuir a la obra de novela coral: aunque quizás haya un personaje que sobresalga más, que es Isabel, la hija mediana del director Lucero. Pero además de ella, hay miles de personajes que iremos conociendo poco a poco, desentrañando sus miedos, sus penas y sobretodo sus secretos.
El lenguaje que usa la autora me ha encantado: sencillo y soez en algunos momentos, pero mezclado con un lenguaje poético y culto en otros; la autora detalla de forma sorprendente el lenguaje de la gente de los pueblos, la oscuridad, el miedo o la claustrofobia. Conjuga muy bien todo ello para albergar una novela inquieta y misteriosa.
Durante toda la novela vas sintiendo el miedo, o incluso pavor por la situación: ya no por las muertes, desapariciones, o los posibles fantasmas;sino por los oscuros personajes que vamos encontrando. La autora sabe cómo crear suspense: con frases repetidas, repitiendo cosas, o simplemente encuadrándolo en un marco tétrico y siniestro.
En resumen, un libro catalogado de terror psicológico en el que descubriremos las costumbres de una época complicada y feroz. Viviremos las tradiciones de la época y sus leyendas, y viviremos una terrible experiencia sufriendo y temiendo a muchos de los personajes que salen en la novela. Intriga, miedo, y mucha angustia y sugestión; observaremos la muerte, los espectros, las voces… y muchas cosas más que harán que al menos estés turbado y confuso. Una novela con un final muy potente que seguro que disfrutarás.