Barack Obama ha nominado para el cargo de Secretario de Estado, en sustitución de Hillary Clinton, a John Kerry. Senador Demócrata por Massachusetts, candidato presidencial en 2004, presidente de la Comisión de Exteriores del Senado e hijo de un diplomático.Como decía el New York Times, es un papel para el que se ha estado preparando toda su vida. Es el papel de su vida, y ha de desempeñarlo con habilidad, porque no es lo mismo el comité de Exteriores del Senado que jugar en el Ejecutivo. El Presidente ha llevado, junto con un pequeño círculo de asesores, importantísimos temas de exteriores al margen de Estado y ha contado con la lealtad de Hillary Clinton. John Kerry, que ha gozado de un reconocimiento singular en el Senado, tendrá que aprender a tolerar que los temas de China, Irán o Corea del Norte los lleve la Casa Blanca con independencia de Estado. Más en los segundos mandatos que suelen ser los de mayor proyección exterior de un presidente.No será una tarea difícil para Kerry, quien ya ha jugado un importante papel para la administración Obama en su primer mandato, ayudando a la aprobación de los tratados de limitación y desmantelamiento de armas nucleares con Rusia.Aunque la dicha de John Kerry no es total puesto que todos en Capitol Hill sabemos que Kerry es segundo plato. No era la opción personal de Obama. Ésta era la embajadora ante las Naciones Unidas, Susan Rice, quien declinó la nominación ante el difícil proceso de nominación que había anunciado John McCain, quien había organizado una dura oposición en el Comité de Exteriores del Senado para evitar su elección y forzar la de su colega John Kerry que deja así un puesto vacante en dicha Comisión. Sea como fuere soy de la opinión que Kerry no solo es mejor que Susan Rice, sino que era la única opción posible. El Presidente además tiene una deuda personal con John Kerry, al haberlo elegido en 2004 para abrir la Convención Demócrata que designó a Kerry como candidato a la presidencia. Discurso que aupó a Obama como estrella del Partido. Pero los retos a los que se enfrentará el nuevo Secretario de Estado, el primer varón blanco que ocupa Estado desde hace dieciséis años, y qué postura tiene sobre ellos son cuestiones sobre las que intentaré arrojar un poco de luz a tenor de un artículo interesantísimo publicado por The New Republic. En Siria, el futuro Secretario de Estado cometió un error de cálculo importantísimo al tomar a Al Assad como uno de los "actores importantes para la consecución de la paz en la región". Desafortunadas declaraciones realizadas después de una cena con el mandatario Sirio, sobre todo con la actual escalada de violencia en el país árabe que se encuentra sumido en una guerra civil donde Al Assad ha movilizado incluso su armamento químico. Desde entonces la postura de Kerry hacia siria se ha ido moderando hasta llegara proponer zonas de exclusión y armar a los rebeldes.Mucho más cauto se mostró el presidente de la Comisión de Exteriores del Senado en cuanto al caso Libio, siendo una de las primeras voces que instaron la delimitación de zonas de exclusión aérea. Llama por tanto la atención su torpeza en el caso sirio. En cuanto a las relaciones con China, tema que Obama desea llevar personalmente, Kerry encabezó una rebelión del Senado para avergonzar y presionar al gigante asiático por el robo de secretos comerciales americanos y la torticera política monetaria china, encaminada a fomentar las exportaciones y dificultar importaciones. Según Kerry, los ciberataques y el robo de la propiedad intelectual son los principales puntos de fricción. Pero habrá que ver la postura que toma en la incipiente escalada de tensiones en Extremo Oriente que está teniendo lugar con el cambio de líderes en Corea del Sur, Japón y la misma China, más nacionalistas y beligerantes. En cuanto al interminable conflicto en Afganistán, John Kerry ha dejado patente lo que muchos pensamos, que no existe posibilidad de victoria militar en ese país centroasiático. Kerry es partidario de acciones políticas que incluyen las negociaciones con los sectores más moderados de los talibanes (si es que existe tal cosa) y acelerar el repliegue militar americano. Con lo sucedido en el ataque a la Legación diplomática en Bengasi, Kerry se enfrentó, con la ayuda del excandidato republicano a la presidencia, John McCain, a la politización que del episodio hizo Mitt Romney. "Fue un desgraciado episodio de terrorismo y cuando sucede a miles de kms de aquí no me viene a la cabeza el juego político" enfatizó el Senador Kerry. Con luces y sombras, el Senador Kerry me parece el hombre indicado para dirigir Estado. Leal al Presidente desde el principio, habrá que ver si está a la altura de Hillary Clinton quien, a pesar de ser la más dura contrincante del Presidente durante las primarias del 2008, fue la más leal de sus Secretarios en el Gobierno. Una lealtad que le ha llevado a ser la mujer más carismática de Estados Unidos. Kerry puede que tenga sombras, quien no las tiene con treinta años de política a sus españdas, pero es un hombre cabal y con mucha experiencia. Es, sin duda, el trabajo para el que lleva preparándose toda su vida.