Siempre hemos creído que la rebelión contra Sánchez y su expulsión del poder tendría que ser obra de un líder carismático que fuera capaz de unir a los españoles en contra del injusto y corrompido gobierno, pero quizás la rebelión contra el abuso y la destrucción de España tenga que ser de un partido político, en este caso el PP, que abandone su tradicional cobardía y se lance, sin miedo y con la seguridad de que sería respaldado por la inmensa mayoría de los españoles, contra la iniquidad y la indecencia que anida en la negociación con los golpistas catalanes, a los que se les prepara una amnistía injustificada y un referéndum que pondría en juego la soberanía española sobre esas tierras.
La segunda gran rebelión de los andaluces contra la desigualdad y la injusticia de un gobierno inicuo, sustentada por mas argumentos y razones que la anterior, marcaría un hito y sería un paso decisivo para restablecer la democracia en esta España, hoy en manos de sátrapas y autócratas, rodeados de comunistas, amigos del terrorismo, golpistas y otros elementos promotores del odio y miembros de la escoria desleal y antiespañola.