Revista Comunicación

La segunda temporada de American Crime se despide dolorosa, sincera y ambigua

Publicado el 13 marzo 2016 por Dro @Drolope
Segunda temporada de 'American Crime'
Ya desde el principio, como adelantaba en este artículo, la segunda temporada de American Crime me transmitió buenísimas vibraciones. Superar el nivel de la primera iba a resultar muy difícil, pero el equipo de guionistas, con su afiladísima escritura, y el fascinante elenco de actores con su buen hacer han demostrado que siguen siendo de lo mejor que podemos encontrar en la televisión estadounidense. En tan solo diez episodios han concentrado tantísimas ideas potentes, tantos momentos desgarradores, que han logrado que reflexionemos, que pensemos, que nos estremezcamos: nos han dado, literalmente, una bofetada tras otra en la cara. Y ha merecido totalmente la pena.
Durante este artículo habrá spoilers más grandes que la catedral de Burgos, así que os recomiendo dejar de leer si aún no sabéis cómo se cierra la temporada:

Ni malos, ni buenos

Segunda temporada de 'American Crime'
Si algo se le ha dado extraordinariamente bien a esta temporada de American Crime, ha sido el difuminar los arquetipos del personaje "bueno" y el personaje "malo". Aunque quizá difuminar sea un verbo demasiado suave. Porque no es solo que haya difuminado esos límites: los ha hecho estallar por los aires. Ha creado un abanico de personajes tan complejos, tan realistas, que costaba posicionarse a favor de uno u otro. El gran éxito de la temporada es que ha logrado que les comprendiésemos a todos, viendo claras sus motivaciones, sus errores, sus aciertos y, sobre todo, su sufrimiento. Todos se han herido entre sí, luchando como lobos por defenderse a sí mismos y a los suyos de las maneras necesarias, aunque fueran rastreras y despreciables. Llegado el cierre del relato, no teníamos claro quién queríamos que ganase: lo único que sabemos con certeza, a fin de cuentas, es que absolutamente todos han perdido.
El entrenador del equipo, interpretado brillantemente por Timothy Hutton, pareció en un principio que sería el personaje "noble" por excelencia y, sin embargo, ha resultado ser el más hipócrita, capaz de contradecir todos sus principios por proteger a su hija cuando descubrió que fue ella quien vendió las drogas a Taylor. ¿Y ha sido la directora Leslie (todos mis halagos para Felicity Huffman), después de todo, tan cruel e insensible como nos hicieron creer? Cínica, sí, pero también increíblemente astuta y correcta en todos sus pasos, apoyando la inclusión de un alumno abiertamente gay en su instituto... pero no porque le preocupase su bienestar: sino para beneficiar la desgastada imagen de Leyland. No hay cara sin cruz en American Crime, que castiga al entrenador Sullivan por juzgar a Leslie Graham tan a la ligera en su momento más bajo. Aunque Leslie, por otra parte, tampoco se libra de la caída. Ser tan cuidadosa no le sirvió de nada porque, al final, una falsedad perpetrada por los Sullivan la aparta del cargo. En este caso American Crime castiga también la soberbia de Leslie por no querer ayudar a la hija de Sullivan cuando recuperó el poder. Ni el apuntador tiene aquí un final feliz, vaya que no.

Empatizando también con el violador

Segunda temporada de 'American Crime'
La trama de Taylor Blaine, a quien ha dado vida Connor Jessup (todo un descubrimiento), ha sido una de las más duras que he visto en muchísimo tiempo. La víctima es culpabilizada, ignorada, maltratada; ni la propia policía ni Leyland se preocupan por Taylor, y Leslie trata desde el principio de desentenderse de él para evitar (sin éxito) futuros problemas. El calvario de Taylor, y la lucha de su madre -te amamos, Lili Taylor-, han sido una historia inspiradora, hermosa y, sobre todo, una crítica feroz hacia la creencia de que los hombres no pueden sufrir violaciones. Pero es que, más interesante aún que todo esto, ha sido la manera en que American Crime nos ha hecho empatizar también con el violador. ¿O presunto violador?
Reconozco que esperaba que, de cara al final de la temporada, nos transportaran por medio de un flashback a aquella terrible noche en que comenzó todo. Pero no: American Crime deja flotando en el aire, de alguna manera, la duda. ¿Fue Taylor realmente violado? La serie decide no darnos una respuesta clara al respecto, y ello, si nos paramos a pensarlo, resulta brillante. En los casos reales de violación tampoco contaremos con un oportuno flashback que demuestre que la víctima decía la verdad. American Crime nos involucra en el intenso viaje emocional de Taylor para que le creamos sin necesidad de tener pruebas. Pero, entonces, ¿por qué nos muestra también la perspectiva de Eric? Él nunca reconocerá haberle violado. De hecho, siempre mantendrá que Taylor lo quiso. 
La segunda temporada de American Crime se despide dolorosa, sincera y ambiguaLa segunda temporada de American Crime se despide dolorosa, sincera y ambigua
El punto de vista de Eric también resulta fundamental, porque American Crime nos plantea un dilema tal y como se le presentaría a la policía en un caso auténtico de violación, con sus dos versiones. Y, superpuesta a todo lo demás, lo más relevante: una crítica muy dolorosa hacia la falta de apoyo que reciben las víctimas. Es, para que nos entendamos, como el tema de las denuncias falsas de agresión que perpetran algunas mujeres contra hombres: ¿debería ese 1% de denuncias falsas poner en duda la veracidad del resto? ¿No debería primar siempre la credibilidad de la supuesta víctima? En este caso, además, ser hombre jugará en contra de Taylor.

¿Los negros pueden ser racistas?

Segunda temporada de 'American Crime'No ha formado parte de la trama principal, pero es indudable que una de las historias que ha ayudado a enriquecer esta segunda temporada, convirtiéndola en algo tan redondo y completo, ha sido una que ya es un clásico en American Crime: la de los roces y tensiones raciales. En esta ocasión, materializados a través de los personajes de la espectacular Regina King y del también más que meritorio Elvis Nolasco, que ha interpretado al director de la escuela pública. ¿Las personas negras han sufrido y sufren tanta discriminación que pueden ellas mismas, más o menos conscientemente, convertirse también en "racistas" como un mecanismo de defensa? 
Sobre el cierre tan ambiguo para todas estas tramas, hay una gran controversia. He leído críticas (por ejemplo, esta de TV Spoiler Alert; la recomiendo) de fans que no han quedado del todo satisfechos con este final de serie tan abierto, con Taylor y Eric teniendo que tomar decisiones cruciales... cuya resolución ya nunca conoceremos. Pero yo, por contra, sí que estoy contento. Creo que American Crime ya ha dicho todo lo realmente importante. Este cierre es consecuente con su filosofía, que ha tratado de sembrar la duda y ponernos siempre en una situación difícil como espectadores: American Crime no nos da ninguna respuesta fácil, porque quiere que las pensemos nosotros mismos.
Impecable, brillante, rompedora, dolorosa, necesaria. La segunda temporada de American Crime ha sido todo eso y más. ¿Qué os ha parecido a vosotros? ¿Os ha gustado tanto como a mí?
PD: El octavo episodio debería ser de visionado obligatorio en los institutos. Menuda joya...
La segunda temporada de American Crime se despide dolorosa, sincera y ambigua

Isidro López (@Drolope)

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