Mucho se ha hablado, y no precisamente bonito, de la segunda temporada de Jessica Jones. Tras una primera temporada fascinante y rompedora, que nos trajo una "antiheroína" que realmente se salía del molde, Jessica Jones ha regresado con un arco argumental más "convencional": enfrentar a Jessica a sus orígenes, como nos contaba Irene Galindo, nos ha terminado dando una temporada correcta, pero no tan original ni brillante. No creo que haya sido mala –decir eso sería demasiado–, pero sí creo que le ha faltado mucha chicha. De no ser por Jessica, probablemente habríamos olvidado todo lo sucedido a los cinco segundos.
Lo primero que tengo que resaltar, porque me ha llamado mucho la atención, es lo poco que han invertido en efectos especiales. Normalmente no suelo fijarme en esas cosas, pero en ocasiones chirriaba esa falta de "espectacularidad" a la que nos tienen acostumbrados los mundos de los superhéroes. Basta mencionar el momento en que la pecera del acuario se rompe y cortan inmediatamente el episodio –para no gastarse un duro en destrozos–, o la huida de prisión de la madre de Jessica, que también es interrumpida rápidamente y queda "a la imaginación" del espectador. No ha habido ninguna secuencia de acción ni artística esmerada. Y esto no sería un problema si la narrativa hubiera sido lo suficientemente apasionante... pero no ha sido el caso.
Me encanta la Jessy. Me DESVIVO por ella. Los superhéroes me suelen importar un carajo, pero ella ha sido una de las pocas que ha logrado despertar mi interés. El concepto es totalmente genial: una mujer sarcástica y borracha que parece una sátira de los superhéroes tradicionales. Krysten Ritter es la Jessica perfecta, pues funciona muy bien en las escenas cómicas al mismo tiempo que hace creíble toda la humanidad y dolor que se esconden tras ella. Es por eso que toda ella, todo su carisma, hacen que la temporada valga la pena. No hay un capítulo aburrido o tedioso. Todos son correctos. Y quizá ese sea el problema... porque no hay uno solo que llegue a resultar fascinante.
No voy a dar la lata con el "mimimi ichi di minis i Divid Tinnint", pero... mirad, un poco sí. El conflicto de la primera temporada fue, como decía, totalmente rompedor. Y no hablemos de la química de Tennant y Rytter. Esta temporada, sin embargo, el conflicto ha sido más clásico. Enfrentar a la heroína a sus enigmáticos orígenes y a traumas familiares. Y no digo que no haya dejado momentos buenos –en particular, que Jessica "despertara" y dejara de idealizar su pasado–, pero lo cierto es que esta trama está mucho más manida en el mundo de los superhéroes. Todos sabíamos por dónde irían los tiros, y cómo terminaría el asunto. La escena final con Jessica abriéndose, aceptando que necesita amar y ser amada, fue muy tierna, pero el viaje hasta ese punto no fue todo lo estimulante que debería haber sido.
Los secundarios tampoco han sido nada del otro mundo. Trish y Malcolm son un "pos vale" como una catedral, y Jeri, aunque espléndida y magnética como siempre, ha tenido una trama que reafirmaba su "soy mala porque mi coño lo disfruta" que tampoco me ha terminado de encantar. Al igual que con la historia de la madre de Jessica, sabía desde el principio por dónde querían llevar las cosas, y no me acababa de interesar. No estaba sorprendido ni "flipando" como lo estuve la primera temporada, porque han sido tramas convencionales que se quedaban demasiado pequeñas para el potencial de una serie como Jessica Jones. Si al menos se les hubiera dado una vuelta de tuerca, o hubieran sido llevadas con más ingenio o creatividad... pero ha faltado chicha por todas partes.
Me ha encantado, como decía, todo lo relacionado con Jessica. Su viaje emocional, sus crisis existenciales al tener que asesinar de nuevo, y esa resolución final maravillosa de que ella, al poder controlarse, es mucho más fuerte que Killgrave y su madre. Todo eso CHAPÓ porque ella es estupenda y una absoluta bendición como personaje. Pero cuando hablamos del resto de la temporada, y me refiero al universo de secundarios, a la villana... siento que no han estado a la altura de ella. Esto no es un problema grave: la protagonista funciona, y eso es lo importante. Pero los guionistas deberán trabajar en una tercera temporada mucho más inspirada e ingeniosa si quieren volver a deslumbrar como antes.
Isidro López (@Drolope)