Los bancos, cooperativas e instituciones financieras se enfrentan a un mercado globalizado que experimenta una transformación digital, con el reto diario de salvaguardar la información de sus usuarios y ofrecer alternativas de manera inmediata que suplan sus necesidades.
Ofrecer a los clientes la posibilidad de autoservicio se ha vuelto indispensable para el sector financiero que intenta reducir los costos por medio de la migración a servicios digitalizados. Los pagos a través del teléfono celular y los diferentes servicios bancarios en línea crecen de manera exponencial; así también la entrega rápida de todo tipo de contenido y la satisfacción del cliente son esenciales para lograr una ventaja competitiva para estas instituciones.
La tecnología ha permitido a los establecimientos financieros gestionar el riesgo de seguridad, como un proceso empresarial estructurado, que implementa una visión colaborativa e integral, la cual toma en cuenta las vulnerabilidades de la red y las amenazas informáticas para brindar la seguridad y transparencia en el servicio.
Alrededor del mundo son más las organizaciones que confían en CenturyLink como un aliado para implementar soluciones tecnológicas con el fin de proteger los datos de los usuarios en la red de servicios. Según Martín Fuentes, Gerente de Seguridad de CenturyLink, “Los servicios de seguridad digital sirven para controlar, hacer un seguimiento y combatir amenazas (…) El integrar las capacidades de la red, correlaciona eventos y utiliza’ inteligencia de seguridad’ para proteger la pérdida de datos de las variadas amenazas informáticas como la intrusión y los ataques DDoS (Denegación Distribuida de Servicio).”
El sector financiero está consciente del reto que implica la gestión de seguridad en el ámbito digital, por ello requiere aliados que provean servicios con los más altos estándares de calidad y que garanticen confiabilidad para sus beneficiarios. Es necesario aclarar que para minimizar los riesgos de la seguridad financiera, los usuarios de la banca digital deben conocer e identificar las amenazas que existen en la red. Es decir, que la seguridad financiera digital implica una responsabilidad compartida entre la entidad bancaria y el cliente, donde lo esencial radica en una cultura de seguridad consiente por ambas partes.
Para concluir, es indispensable asegurar que la organización esté blindada o por lo menos protegida de ataques informáticos la clave de la ecuación consta de cultura, procesos y la tecnología.Una empresa más de Grupo EcuaLink