La reacción frente a los cambios vista por un Interim Manager
Mucho se ha escrito de la capacidad de liderar un cambio y sobre diversas teorías de las fases y etapas del cambio, a mí siempre me ha llamado la atención que se habla del mismo como de un proceso que “se lanza y rueda” a nuestro alrededor y que muy ocasionalmente se habla de los perfiles de las personas participan en él.
Y cuando digo participar en el proceso de cambio, me refiero a tanto tomar parte activa (Apoyándolo) como pasiva (Obstruyéndolo). Porque todos habremos vivido en algún momento, situaciones en las que al intentar poner en práctica alguna iniciativa, encontramos tanto fieles seguidores como detractores, ¿no?
Somos animales de costumbre y es por ello que todo lo que nos saque de nuestro círculo de confort, de seguridad, de estabilidad, como que… no nos resulta grato. Es por ello que con frecuencia “reaccionamos a la defensiva”.
Pero en cambio, cuando la idea nos seduce, cuando lo vemos claro… entonces sí que nos convertimos en “motivadores y empujadores natos”. Las barreras caen, las dificultades se desvanecen y nos atrevemos con todo y con todos.
Y somos la misma persona, ¿no? ¿Qué pasa entonces? ¿Por qué mostramos esa “bipolaridad” de rechazo-aceptación?
Cuando adoptamos posturas de rechazo, todo lo vemos como una amenaza. Y desde este punto de vista reaccionamos planteando un ataque frontal a cualquier cuestionamiento que rompa el “status-quo” establecido…
Como reflejo de nuestra conducta de rechazo, podríamos vernos reflejados en alguno de los roles siguientes:
- El rol “Taliban”.
- El rol del “Cofrade del Santo reproche”.
- El rol “Tradicionalista”.
Por otra parte, cuando adoptamos posturas de aceptación, nos “iluminamos” y todo lo vemos como una progresión permanente hacia algo mejor…
Como reflejo de nuestra conducta de aceptación, podríamos vernos reflejados en alguno de los roles siguientes:
- El rol del “Moderno Prometeo”.
- El rol de “Neofilio” (amante de lo nuevo).
- El rol del “Realista-pragmático”.