Cuando la Selección Argentina enfrente este miércoles a Irlanda, 39 días habrán transurrido desde la dolorosa eliminación frente a Alemania en el Mundial de Sudáfrica 2010. 39 días desaprovechados, tirados a la basura, llenos de polémicas y con muy poco (siendo generoso) análisis sobre lo que dejó la aventura mundialista.
Diego Maradona “renunció” a la Selección Argentina, acusó a Carlos Bilardo de traicionarlo y a Julio Grondona de mentirle. Hablaron el Diez, Mancuso, Humbertito, el Presidente de la AFA, el mánager de la Selección Argentina, Batista, Signorini. Hablaron todos. Todos polemizaron pero ninguno esbozó una autocrítica ni analizó lo sucedido en Sudáfrica y, mucho menos, planteó un proyecto a futuro rumbo a Brasil 2014.
Sergio Batista será el encargado de conducir a la Selección hasta fin de año, cuando la AFA seleccione al nuevo entrenador. Dirigirá los amistosos frente a Irlanda y España. Los rumores indican que Batista, si hace bien las cosas, presenta un proyecto interesante y convence en los amistosos, podria ser rectificado como DT hasta la Copa América.
Mientras las selecciones que fracasaron en Sudáfrica ya comenzaron a trabajar de cara a lo que vendrá, en Argentina todavía se sigue discutiendo sobre cuestiones superficiales en vez de atacar a los problemas de raíz. Brasil e Italia cambiaron a sus entrenadores, estrategias, tácticas y convocados (buscando renovar a sus planteles). Inglaterra, en cambio, decidió apostar por la continuidad de Capello. La Selección, mientras pasan los días, sigue con la base de Sudáfrica y sin un entrenador confirmado. La renovación, tanto futbolística como dirigencial, parece muy lejana.