La Semana Santa y las películas de romanos

Publicado el 16 abril 2014 por Elzorrocongafas @elzorrocongafas
Hace unos años la llegada de la Semana Santa era sinónimo de procesiones, nazarenos, torrijas y, en nuestra televisión, la vuelta de todas las películas de romanos, o el llamado cine peplum.
Al igual que ocurre en Navidad donde nos vemos avasallados por películas llenas de Papa Noeles, vueltas a casa, reuniones familiares y milagros navideños, en Semana Santa eran los centuriones, gladiadores, legionarios y emperadores romanos los que llenaban nuestras pantallas.
Esto claramente tiene un por qué, el cine peplum tan de moda en los años 50 y 60 tenía un fuerte componente bíblico y religioso. Muchas de esas producciones de la época buscaban en hechos de la Biblia inspiración para sus guiones, mientras otras preferían ambientarse en la historia griega o egipcia. Dentro de este grupo enontramos Los Diez Mandamientos (1956) de Cecile B. De Mille, con Charlton Heston; La Biblia (1966) de John Huston, con Ava Gardner; Sinuhé el Egipcio (1954) de Michael Curtiz, con Peter Ustinov; Barrabás (1966) con Anthony Quinn; La túnica sagrada (1954), con Richard Burton...

La carrera de cuádrigas de BEN-HUR


Todas estas películas se caracterizaban por una gran falta de rigor histórico, unos personajes villanos mucho más carismáticos que los héroes, una simpleza moral y como no, debían incluir como mínimo una escena de lucha con animales.
Su gran éxito en el extranjero llegó con unas películas todavía mucho más espectaculares y con una aproximación más colosal hacia el cine peplum. Era un cine creado a lo grande para competir con ese pequeño nuevo medio que venía a quitarles espectadores, la televisión. Es aquí cuando aparecen las ya míticas Ben-Hur (1958) de William Wayler, con Charlton Heston; Quo Vadis? (1951) de Mervyn LeRoy, con Peter Ustinov; La Caída del Imperio Romano (1964) de Anthony Mann, con Sofia Loren y Alec Guinnes; Espartaco (1960) de Stanley Kubrick, con Kirk Douglas o Cleopatra (1963) de Joseph L. Mankiewicz, con Elizabeth Taylor y Richard Burton.
Son muchas las tardes de Semana Santa que hemos pasado delante de un televisor disfrutando de estas películas de romanos. Era algo así como una cita ineludible con el cine que marcó una época. Pero estas no eran las únicas películas que veíamos, porque no debemos olvidar a Jesús de Nazaret (1977) una miniserie de dos episodios que nunca faltaba en nuestras pantallas, o la polémica en su día Jesucristo Superstar (1973), o el clásico Rey de Reyes (1961) o la más moderna La última tentación de Cristo (1988) de Martin Scorsese, con Willem Dafoe y Harvey Keitel. Y como no, La vida de Brian (1979) de los Monty Python, una versión del peplum pasada por las manos de los cómicos británicos que algún programador televisivo con sentido del humor siempre colaba en alguna cadena. 

Popea y Nerón en QUO VADIS?

Las televisiones actualmente han dejado atrás la relación entre Semana Santa y películas de romanos, aunque algunas lo han hecho por otras producciones que igualmente nos recuerdan en qué fechas estamos. Hoy día ya no se tiene el fervor religioso de antaño y la Semana Santa significa más vacaciones que recogimiento espiritual, pero eso no quiere decir que no podamos seguir disfrutando con un cine que marcó toda una época en Hollywood.
He de reconocer que he pasado junto a mi familia numerosas tardes de Semana Santa viendo incontables películas de romanos. Tal vez tiene algo que ver el hecho de que mi padre es un auténtico fan de este género y me ha transmitido a mi su pasión, pero reivindicaré por muchos años que cuando llega la Semana Santa yo quiero que mi televisión vuelva a estar invadida de centuriones, gladiadores, legionarios y emperadores, quiero mis películas de romanos.
¿Y vosotros cuántas películas de romanos recordáis haber visto en Semana Santa?