Pero fue un punto de partida, pues muchos grupos liberales, burgueses obreros y hasta capitalistas se unieron a Fidel, o formaron sus propias bandas, todos amargos y resentidos contra el gobierno inepto de Batista. Todo empeoraba para el gobierno, pues bajo el mando de Raúl Castro se abre un segundo frente en Sierra Cristal en la provincia de oriente. Bajo la conducción del hermano de Fidel, la población arremete contra los militares que constantemente bombardeaban a la población. El gobierno lanzó una ofensiva general contra los efectivos en Sierra Maestra, siendo desplegados diez mil soldados en la zonas ocupadas por los guerrilleros. Estos últimos estuvieron a punto de ser acabados por completo y fueron cercados en una bolsa de siete kilómetros de diámetro aprox. Los meses más duros y decisivos de la guerra se pelearon entre junio y julio de 1958, pero cuando los militares tuvieron al alcance de su mano la victoria, no presionaron y la oportunidad se les fue como arena entre las manos. Los guerrilleros no tenían nada que perder, siguieron luchando y como contaban con el apoyo de los campesinos se hicieron más fuertes y empezaron a contraatacar.
Los 300 guerrilleros burlaron a los diez mil soldados y rompieron el cerco distribuyéndose en los alrededores. Los militares estaban muy desanimados, no estaban preparados para una lucha en la selva, a lo que los guerrilleros sí, y es por eso que no pudieron dar la estocada final. Los ciudadanos y campesinos alrededor del país, se negaron a colaborar con el gobierno y se implementaron màs medidas represivas. Luego de desbaratada la ofensiva militar, todos estaban listos para marchar rumbo a la conquista occidental de la isla. Las columnas dirigidas por Guevara y Cienfuegos marchaban adelante y llegan a la provincia de Las Villas en el centro de la isla. Desesperado Batista convoca nuevas elecciones pero se reserva el derecho de designar a un sucesor, el cual nunca llegaría al poder. Dos nuevas batallas defines el rumbo del país, a fines de noviembre cuando se combate en Guisa en la provincia de Oriente donde Fidel derrota a un ejército blindado; y en Santa Clara, en capital de Las Villas, a finales de diciembre donde Guevara intercepta y anula un tren del ejército.
Este último enfrentamiento merece especial atención. La mayoría de guerrilleros avanzaron imparables hacia los suburbios de la ciudad, mientras otros se habían hecho fuertes cerca a las vías férreas donde llegaría el tren con los refuerzos. Inmediatamente los hombres del “Che”, al ver que se aproximaba la amenaza, bloquearon el camino y el tren se detuvo. En seguida empezó un cruel fuego cruzado. Los castristas ganaron el enfrentamiento y capturaron un gran botín de ocho ametralladoras y unos 80 mil proyectiles. En la ciudad el combate no se detuvo en ningún momento, fue violentísimo y casa por casa, y ya con las manos libres por los neutralizados refuerzos, todos los guerrilleros se lanzaron al ataque. Los combates estaban en todas partes, habitación por habitación, casa por casa y cuerpo a cuerpo, mientras la población civil huía despavorida y desesperada en medio de un escenario lúgubre ambientado por la pólvora y el fuego. Uno de los puntos de mayor resistencia fue el del Gran Hotel, cuyos once pisos fueron tomados uno por uno; en el interior la lucha se prolongó durante horas hasta que los últimos y agotados sobrevivientes se rindieron. El combate por la plaza sin embargo continuaba. Uno de los últimos regimientos, el número 3, finalmente fue capturado y su jefe, Castillas Lumpuy, ya prisionero, trató de huir pero se le dio muerte inmediata.
La llegada al poder
Llegado el 31 de diciembre, un frustrado Batista no sabía exactamente qué hacer. El general Cantillo uno de sus más fieles, le dijo tajantemente que su renuncia como presidente traería la paz del país. Batista estuvo de acuerdo y ante la consternación de todos los presentes comentó que deseaba dejar Cuba. Por lo demás comenzó a dar instrucciones a Cantillo. En la madrugada del primero de enero, luego de una breve charla por teléfono, Batista subió a un vehículo fuertemente custodiado rumbo al aeropuerto militar. Él y toda su familia salían rumbo a Santo Domingo para no volver jamás, era el exilio, su única alternativa, aunque él en ese momento creía que podía llegar a devolver el golpe derrocando a Fidel. El 1 de enero apenas comenzado el día, la información empezó a repartirse por la isla. La población se mantuvo a la expectativa, el único acto de muchos fue el de colocar banderas rojas y negras del Movimiento 26 de Julio, y banderas cubanas. Aprox. a las 10 de la mañana las radios y la televisión anunciaban la fuga de Batista, al cual se le lanzaron epítetos y calificativos de todo tipo.
Los militares y policías, impotentes, no hacían nada para cambiar la situación, simplemente se acuartelaron a la espera de alguna señal. El general Cantillo no sabía qué hacer y su hipotético cargo como sucesor se hacía francamente difícil. El 1 de enero de 1959 Fidel Castro lanza desde Sierra Maestra una convocatoria para que todos se unan a la revolución. Se desencadenó así una huelga que duró unos seis días. Ese mismo día a las 3 de la tarde, la columna invasora “Antonio Maceo” salió de Yaguajay. En el primer vehículo marchaba Cienfuegos, seguido de una columna de jeeps, camiones, autos y demás. Todos los rebeldes marchaban hacia la capital de Cuba y todo lo que se les cruce en el camino debía ser tomado. Uno tras otro, los poblados y urbes tomados fueron quedando atrás, entre ellos: Iguará, Meneses, General Carrillo, Central San Agustín, Zulueta, Placetas y Falcón. En Santa Clara se ordenó hacer un alto, pues se esperó a Ernesto Guevara y su grupo para avanzar todos juntos a la Habana. Luego del encuentro se estableció el acuerdo: el Campamento Columbia fue ocupado por las tropas de Camilo Cienfuegos y la fortaleza de La Cabaña, por las de Guevara. Para las cinco y media de la mañana del 2 de enero las dos columnas se pusieron nuevamente en movimiento. A las siete de la mañana, cruzaron Esperanza, a las 7:35 Santo Domingo, a las 8 Manacas, a los 8:20 los límites de Matanzas, a las 8:55 Colón. Aquí los rebeldes descansaron durante dos horas. A las 10:40 cruzaron Perico, a las 11:15, Jovellanos y a las 11:50, Coliseo. Para las dos de la tarde sin hallar resistencia los guerrilleros cruzaron Madruga, Catalina, San José y Cotorro. A las cinco de la tarde se divisó la cúpula del Capitolio de la Habana. Eran prácticamente las seis de la tarde del 2 de enero de 1959 cuando las avanzadas del 26 de Julio llegaron a los portones del Campamento Columbia. Para después de las 6:30, Cienfuegos trasponía la puerta de entrada. A éste correspondió también capturar al núcleo militar de Batista. Fidel Castro, ese mismo día entró triunfante a Santiago de Cuba, y se le declaró capital provisional de la isla, además Manuel Urrutia Lleó fue investido como presidente de la nación. Días después, el 8 de enero ocupando primero un tanque y luego un jeep, Fidel hizo su ingreso a La Habana. Uno de los últimos hechos penosos de este acontecimiento fue el escape de casi todos los presos del penal de la Habana, aunque luego el régimen se encargaría de poner mano dura respecto a esto.