La semilla desechada

Por Protestantes @periodistadigit

ISABEL PAVÓN

(Sobre el aborto)

Érase un mundo tan real, tan real, que todos sus países aparecían en todas las enciclopedias. La mitad de la población asumía las locuras como algo normal. La otra mitad se rebelaba. Sin embargo, el fruto que en él se producía era abundante y hermoso.

Lo malo empezó cuando unos seres extraños llamados dirigentes, a los que sólo se veía en televisión, empezaron a sacar de sus alforjas documentos y más documentos, todos ellos legales. Un documento es lícito cuando lo firman personas que se sienten importantes. Las personas se sienten importantes cuando otros semejantes le dan esta categoría. Pues bien, en ellos habían escrito derechos que, tanto la parte femenina (terreno de siembra) como la masculina (parte sembradora), podían utilizar en su provecho. Aquellos mensajes decían que si a la parte sembrada no le parecía bien la semilla que en ella germinaba, podía llamar a la desbrozadora para que viniera a arrancarla con su guadaña.

Primero propusieron condiciones, luego estas se fueron desvaneciendo. Hasta aquí todo bien si no fuera porque el fruto producido no era cizaña sino sin fin de bebés considerados no válidos, non-gratos, no bienvenidos.

Puede leer aquí el artículo completo de esta escritora y parte de la Junta de ADECE (Alianza de Escritores y Comunicadores Evangélicos) de fe protestante titulado La semilla desechada