La Calzada Mirandesa
La Senda del Duero abandona la Comarca de la Tierra del Vino y se adentra en la Comarca de Sayago donde los afloramientos graníticos y las cortinas son los elementos esenciales del paisaje. Desde Pereruela hasta Moral de Sayago, el Camino Natural discurre siguiendo el trazado de la antigua calzada romana, entre bosques adehesados. Estas formaciones, de carácter mediterráneo, albergan encinas centenarias y estupendos pastos que son aprovechados por el ganado.
Itinerario
Pereruela - Arcillo - Abelón - Moral de Sayago
Recorrido
De Pereruela a Arcillo | 6.8 Km. - 1 h. 30 min.
La llanura cerealista es el escenario en el que el viajero despide al pueblo de Pererulea. Tomando dirección oeste se abandona la localidad por la Calzada Mirandesa, una antigua vía romana que unía Zamora con Miranda do Douro. Inicialmente el camino es ancho y bien conservado, pero rápidamente se vuelve más estrecho y sin firme regular.
Pereruela, "donde el barro se hace cacharro"
¿Quién no ha visto en cualquier feria de artesanía que se precie las afamadas piezas de alfarería de Pereruela?. Esta actividad, practicada desde el paleolítico, continúa realizándose aún de forma artesanal. Aunque se ha industrializado bastante, sigue siendo una elaboración tradicional la que se practica en Pereruela: Se extrae el caolín blanco de la zona comunal de Las Barreras y se mezcla a partes iguales con la arcilla roja de la parte meridional del municipio. Se eliminan las impurezas y se amasa bien para obtener una mezcla homogénea y libre de burbujas de aire que dificultarían el trabajo en el torno.
A continuación se modelan las piezas, habitualmente en el torno, dándole la forma deseada según el caso: Botijos, cazuelas, cántaros. Sin embargo, la pieza que ha dado fama a Pereruela es el horno, que cocina unos sabrosos asados sin igual.
Después se secan las piezas al aire, perdiendo parte del agua que contiene el barro. A continuación se pule su superficie con una lija fina para que quede lisa. Son aún los cacharros frágiles y quebradizos, y por eso se hornean, para que adquieran la dureza y las propiedades que le son necesarias para los menesteres que fueron creados.
Pereruela, importante punto de paso en la ruta hacia Miranda do Douro, es la puerta de entrada a la Comarca de Sayago. Todavía perviven aquí multitud de alfareros. El viajero podrá admirar sus obras en el Museo de la Cerámica.
El Puente de las Urrietas
Al salir de la localidad se cruza el Regato de los Pozarones y entre tierras de labor el viajero comienza a hacer camino, dando vista al frente a las dehesas de encina (Quercus ilex) que anuncian el cambio del paisaje y la entrada en la Comarca de Sayago. Estas pequeñas tierras de labor se cultivan de manera tradicional. No hay ya lugar para las enormes máquinas cosechadoras y los tractores de las etapas anteriores.
Al llegar a una bifurcación la Senda del Duero toma el camino de la izquierda para continuar por la Calzada Mirandesa. Comienza a aflorar el batolito granítico, brotan algunas encinas dispersas y aparecen extensas praderías delimitadas por rudimentarias paredes de piedras hincadas en el suelo.
El Camino Natural vadea la Rivera de Sobradillo de Palomares por el Puente de las Urrietas. Excelente muestra de la ingeniería civil romana, el Puente de la Urrietas presenta tres arcos rematados por cuatro tajamares. En este punto el viajero podrá apreciar un cambio significativo en el paisaje: Surgen las dehesas de encina, se consolidan los afloramientos rocosos en forma de berruecos y la orografía del terreno se hace más acusada.
La Dehesa de la Viñuela
El Camino Natural se interna en la Dehesa de la Viñuela donde las zonas de encinas adehesadas se alternan con pastizales en las vaguadas. La Senda del Duero discurre por un paisaje típicamente mediterráneo, donde el ganado ha contribuido a modelar la campiña. Las dehesas están formadas por extensiones arboladas en las que la encina es la especie predominante. El resto del terreno está ocupado por pastizal y matorral, que aprovecha el ganado para su sustento, y es el que le confiere al paisaje una estructura peculiar.
El trazado transcurre serpenteando entre berruecos y carrascas. En las zonas más altas, donde la calidad del suelo es peor, las escobas (Cytisus scoparius) y los rebrotes de encina han ido ganando espacio a los pastizales. Numerosos muros de piedra habilidosamente levantados y cuidadosamente conservados delimitan las cortinas y configuran un entorno agropecuario singular, típico de la Comarca de Sayago.
La encina
Conocida como carrasca en casi toda España, la encina es la especie más representativa del bosque mediterráneo.
Tiene las hojas duras o coriáceas, pinchudas y poco atractivas para los herbívoros. Es en las hojas donde la encina almacena agua y no en su tronco. Esta característica es lo que hace que la madera de encina sea muy buen combustible.
En algunas provincias castellanas, como Salamanca y Zamora, su madera se ha utilizado para ahumar embutidos y fabricar ruedas de carros. Y su fruto, la bellota, ha sido usado durante siglos como alimento para el ganado, ya que para el hombre, dado su alto contenido en taninos, es desaconsejable por ser altamente astringente. A pesar de ello, la harina de bellota mezclada con cereales se ha utilizado en la Comarca de Sayago durante muchos años para fabricar pan.
De Arcillo a Abelón | 11,1 Km. - 2 h. 15 min.
El recorrido pasa cerca de la población de Arcillo. Esta localidad, situada junto a la rivera del mismo nombre, todavía conserva el encanto de la arquitectura tradicional sayaguesa: Vivienda con corral delantero, adornado con una gran portalada, que acoge a personas, animales, aperos y cosechas. La casa está repartida en prezacasas, cuartos, cocinas, pajares, cuadras y carreteros.
El Puente y las Casas de la Albañeza
El camino asciende a una pequeña loma para descender a continuación hasta la Rivera de Fadoncino, que se cruza por el Puente de la Albañeza. Su aspecto es el de los puentes romanos, si bien presenta tres arcos con forma ojival y dos aliviaderos en forma de alcantarilla, lo que muestra que fue construido o remodelado en la época medieval.
De nuevo, el camino asciende y aumenta la presencia de rebollos (Quercus pyrenaica) aprovechando la existencia de suelos más frescos y húmedos. Más adelante, el camino pasa por un callejo formado por encinas centenarias ofreciendo un agradable paseo hasta las Casas de la Albañeza, cuyo origen se remonta a la conquista romana. Venidas a menos, todavía hoy se adivina en ellas un pasado esplendoroso que dio cobijo a montaraces, aperadores, pastores, cabreros, vaqueros, porqueros, corcheros, esquiladores, segadores y desmochadores.
La calzada romana
El Camino Natural continúa por la Dehesa de la Albañeza donde son habituales las fincas con explotación de ganado vacuno y porcino en régimen extensivo. El paisaje es más abierto que por donde el viajero ha transitado hasta el momento, pero las constantes del entorno siguen siendo las mismas: encinares adehesados, pastizales, orografía variada, cortinas delimitadas por paredes de piedra y tolmos graníticos por doquier.
Antes de llegar al pueblo de Abelón, siguiendo el camino, se halla una llamativa cruz de piedra. En este municipio se han encontrado numerosos vestigios de la época romana, lo que hace pensar que fue mansio de la Calzada Mirandesa. Unas figuras zoomorfas encontradas en el caserío lo relacionan, según los expertos, con Belona, diosa de la guerra para los romanos y origen del nombre del pueblo. A la entrada de Abelón se hallan los únicos restos que en la actualidad se pueden visitar de la Calzada Mirandesa.
De Abelón a Moral de Sayago | 5.8 Km. - 1 h. 05 min.
El pueblo de Abelón está dividido en dos barrios. La Senda del Duero cruza por ambos y permite al viajero disfrutar del sabor de los caseríos sayagueses y de las zonas rurales.
El itinerario continúa por un paraje dominado por extensos pastizales delimitados por paredes de piedra junto a las que crecen majestuosas encinas. El tramo resulta particularmente atractivo, con un paisaje muy variado y cambiante.
Un poco antes de llegar a la carretera que lleva al emplazamiento donde iba a construirse una central nuclear, y que también lleva a la presa de Villalcampo, el encinar se abre y da paso a las fincas de labor, intuyéndose la llegada a Moral de Sayago. La presencia de múltiples líneas de alta tensión delatan la proximidad al río cuya explotación hidroeléctrica es de vital importancia en los Arribes del Duero.
El Puente del Puerto
Tras cruzar la antigua carretera, el camino llega entre encinas, fresnos (Fraxinus angustifolia) y escobas al Puente del Puerto, desde donde se inicia la próxima etapa.
Un ramal del Camino Natural continúa sin abandonar la senda hasta alcanzar, tras recorrer unos seiscientos metros, Moral de Sayago donde termina la etapa. La huella de la presencia romana es muy intensa en esta localidad ya que en ella se cruzaba la Calzada Mirandesa con otra que unía Sayago con las comarcas de la Tierra del Pan y la Tierra de Alba.