La serpiente

Publicado el 05 junio 2018 por Monpalentina @FFroi

SIMBOLOGÍA ZOOMÓRFICA.
( IV.6.1). LA SERPIENTE.


Son signo de la energía y de la fuerza, pero también un signo demoníaco. Su riqueza simbólica proviene de la totalidad de ella o de sus aspectos dominantes: avance reptante, asociación frecuente al árbol y analogía con sus ramas y raíces, muda la piel, lengua amenazante, esquema onduloso, sibilino, forma de ligamento y agresividad por enlazamiento de sus víctimas.
Los ofidios abundaban en Mesopotamia y Egipto, no es extraño que se integraran en sus culturas, se identificaran con divinidades, recibieran culto y pasaran al Arte. A veces tuvieron valor negativo como símbolos de las fuerzas terribles de la Naturaleza, contra las que luchan los héroes, como Hércules y la Hidria de Lerma. Pero en general tenían sentido positivo y religioso. La marcha silenciosa y rápida, la astucia, el peligro mortal de su mordedura, provocaron curiosidad malsana que se sublimó en culto.
En Mesopotamia se adoraron las serpientes, en el Egipto faraónico alcanzaron alto grado de divinización y de representación artística. Su veneno entraba en la composición de los remedios más caros, y se la consideraba dotada de gran sabiduría. Esculapio, dios de la Medicina, fue primitivamente un héroe tesalcro adorado en forma de serpiente — como también Erecteo— que luego se convirtió en su símbolo y en el de su hija Hygia. Kronos, el tiempo humano, y Eion, el tiempo absoluto, iban acompañados de serpientes en sus apariciones como dioses.
El Agathodaimon, serpiente enroscada que vemos en un relieve de Delos, se identifica con el genio tutelar de la casa; los lararios romanos representaban a los antepasados como serpientes. En general se relacionaban con la fecundidad, la tierra, el Cosmos, los muertos y la Medicina. Las numerosas sectas gnósticas, a partir de los Ptolomeos, llevaron a la demencia el culto de las serpientes, Alejandría fue su capital. Luciano de Samosata, Orígenes, San Jerónimo, San Agustín y casi todos los Padres lucharon contra la basura gnòstica con muy poco éxito. Las serpientes pasaron a la posteridad como seres diabólicos, que la Edad Media combatió, a través de los manuscritos del Physiólogos, de la magia y al fin de las leyendas populares y cuentos infantiles: Perseo y Andrómeda, Angélica y Meodoro, etc. Adviértase que serpiente y dragón son intercambiables, DRACON en griego significa simplemente «serpiente», aunque es frecuente que le añadieran alas, garras y cabeza de cuadrúpedo. La mujer y la serpiente también son figuras simbólicamente equivalentes.
El mayor escándalo pagano fue la serpiente Glycón, inmensa impostura de un Alejandro de Abonotichos, en la costa de Panflagonia, que vivió hacia 105-161 d. de J.C. En el 145 fundó un santuario-oráculo en el que exhibía una gran serpiente domesticada a la que adaptó una cabeza de tela pintada de aspecto humano con larga cabellera de crin de caballo. La farsa tuvo enorme éxito y perduró mucho tiempo después de su muerte, a pesar del poema de Luciano a «Alejandro el falso profeta» (h. 180) y de los esfuerzos de los cristianos. Glykón se reprodujo en el reverso de las monedas de Antonino, Marco Aurelio y Faustina la Joven, Lucius Versus y Lucila, Geta, Severo Alejandro, Gordiano el Piadoso y Treboniano Galó .
El emperador a caballo aplastando la serpiente aparece en una moneda de Constancio II, pero las más interesantes se acuñaron después de que Aecio venciera a Atila en los Campos Catalaúnicos en 415; Valentiniano III, que reinaba en Roma, emitió monedas de oro y de plata, Marciano, que gobernaba simultáneamente en Constantinopla, de oro. En ellas se representaron atravesando a Atila con lanza crucífera en forma de serpiente con cabeza humana, copia de Glykón .
La mujer se asimiló tan estrechamente a la serpiente, que muchas veces aparece la figura híbrida de torso femenino y el resto de reptil.
También es el Caballero el que la aplasta o hiere en el suelo. Estas figuraciones no nacieron, como seria de esperar, en el mundo represivo judeocristiano, sino en el gnóstico de Egipto y Levante. Se trata de amuletos de cobre de valor profiláctico contra el mal de ojo y sobre todo contra las hemorragias de nariz. Abundan en el siglo III; buen ejemplo es uno gnóstico con mujer desnuda en el suelo y jinete vestido con atuendo imperial romano conducido por un àngel.
El interés por los reptiles no proviene siempre de su interpretación como símbolo del mal, sino por su adaptación fácil a cualquier forma arquitectónica. Cuando resulta útil, se le pone cabeza a cada extremo, se le bifurca o trifurca o se le añaden hojas.
Es un símbolo inequívoco y desde el Génesis al Apocalipsis, pasando por los Salmos y se le señala como ejemplo de perversión y por tanto de Demonio o Perversión.
Hemos de reconocer que el simbolismo de la serpiente es muy complejo y presenta aspectos múltiples, pero entre todos ellos, uno de los más importantes, aunque pueda parecer sorprendente a primera vista, es el que lo asimila al arco iris.
Se ha observado que los caracteres chinos que designan al arco iris contienen el radical “serpiente”. Este simbolismo no fue enteramente desconocido de los mismos griegos, por lo menos en el período arcaico, pues según el mismo Homero, el arco iris estaba representado en la coraza de Agamenón por tres serpientes cerúleas, “imitación del Arco Iris y signo memorable para los humanos, que Zeus imprimió en las nubes”.
En ciertas regiones de África y particularmente en el Dahomey, la serpiente se la considera señora de las piedras preciosas y la riqueza, con lo que su derivación hacia el simbolismo de señor o guardián, es evidente. Al mismo tiempo, porque aterroriza, es el guardián implacable del árbol sagrado. Cierra al hombre caído, la esperanza de encontrar retorno al Paraíso.
También es sabido que una de las principales significaciones simbólicas de la serpiente se refiere a las corrientes cósmicas; corrientes que, en definitiva, no son sino el efecto y expresión de las acciones y reacciones de las fuerzas emanadas, respectivamente, del cielo y la tierra.
La función religiosa o ritual de la serpiente se encuentra incluso en el arte rupestre; las religiones primitivas que basan su explicación del mundo en la tierra también recurren al tema de la serpiente para indicar la aparición de deidades telúricas. En los altares familiares romanos aparecen como genios protectores.
También, de la transmisión del conocimiento y de las corrientes telúricas, pues no en vano en árabe tiene la misma raíz que la palabra vida.
A veces se las representa luchando con basiliscos y enredadas en ellos, simbolizando la lucha demoníaca entre las fuerzas del mal (Iglesia de SAN MIGUEL ARCÁNGEL, SOTOSALBOS, Segovia).
La serpiente mordiéndose la cola, es símbolo de la Ciclicidad del tiempo (COLEGIATA DE SANTA MARÍA, ALQUÉZAR, Huesca).
Áspides que muerden leones, animales sujetos por pájaros, pájaros que se transforman en ángeles, están simbolizando los distintos y progresivos estados espirituales.
Como representación de la lucha entre luz y tinieblas, aparece el águila clavando sus garras en la serpiente.

A veces, también puede representar a Cristo, como La Anfisbena, serpiente de dos cabezas, en la que una representa a Cristo y la otra a Satán.

Sección para "Curiosón" del grupo "Salud y Románico".