Hace unos días, Benigno Blanco, Presidente del Foro de la Familia, pronunció una conferencia en Santander titulada: "La sexualidad sí importa. Sin ningún género de dudas". Según me comentan, el núcleo de la conferencia fue una exposición y crítica de la visión que tienen de la sexualidad los que han hecho la ley. La sexualidad sería un juego placentero al que hay que sacarle todo el jugo y desde el cual se es capaz de difrutarlo; sin más límites que la protección de los efectos "no deseados": principalmente el embarazo y las enfermedades de transmisión sexual. Bajo el prisma de la ideología de género, es igualmente respetable la homosexualidad, la heterosexualidad y la transexualidad. Yo puedo disfrutar conmigo, con l@s demás; todo es válido y debo conocerle cuanto antes. La afectividad queda así reducida a la más estricta genitalidad.
Por sus frutos los conoceréis: muchos de estos frutos ya se están cosechando, en el aumento de infecciones de transmisión sexual, abortos no deseados y abortos. De ahí, la importancia de la responsabilidad de los padres, para no quedar al margen de la educación sexual que reciben sus hijos. Frente a la auténtica corrupción de menores que algunos proclaman, ha de alzarse una visión integradora de la sexualidad en la maduración afectiva de cada hij@. Añado dos vídeos, que no os podéis perder, son (como diría un viejo amigo mío) vídeos de precepto.