Me sorprendió ver una planta que nunca había visto en Chinchilla pero que es bastante común en Albacete, la compuesta Pallenis spinosa.
Tras mucho buscar algún anuro, finalmente Jess divisó un ejemplar de sapo corredor en un gran hueco en la tierra.
Tras hacerle una sesión de fotos al anfibio, digna de una estrella de Hollywood, seguimos hacia el corazón de la Sierra con el coche. Aparcamos cerca del cuco, la famosa construcción típica de algunas zonas de La Mancha, que consiste en una gran estructura cónica de piedras y una pequeña entrada, que se utilizaba antiguamente como refugio para pastores o ganado o para guardar aperos de labranza, también se conocen como "chozos", "cubillos" o "bombos manchegos". Seguimos el camino hacia el Oeste, y allí empezaron a aparecer deseados artrópodos de diversos grupos.
El tenebriónido Proctenius luteus. Aunque en la foto parece que es de día, la noche era cerrada, cerrada. El flash arregla todo.
Carduus granatensis
Centaurea ornata
Incluso de noche fotografiamos algunas flores que divisamos con la luz de los frontales. Hacía mucho que no visitaba la Sierra de Chinchilla en esta época del año, así que conseguí ver un cardo que no veía desde 2011: el cardo de Granada (Carduus granatensis), de curvadas espinas.Por supuesto, incluso de noche estas flores atraen insectos, como pudimos observar en otro cardo del género Onopordum, donde dos curculiónidos (gorgojos, escarabajos con probóscide) reposaban, uno de ellos estaba siendo atacado por una marabunta.
Lixus sp. atacado por Crematogaster auberti.
Siguiendo el camino, las espigas florales de las candileras (Phlomis lychnitis) se mecían suavemente por la brisa, y las de los espartos (Stipa tenacissima) me recordaban ligeramente a algunos terrenos de La Pampa argentina, con sus características Cortaderias. Los arácnidos seguían haciendo acto de aparición.Selamia reticulata
Phalangium opilio
Lycosa hispanica
Seguimos encontrando pequeños seres en medio del camino. Una de las sorpresas fue un "saltamontes palo", posiblemente Acrida ungarica, aunque Truxalis nasuta no se descarta, que Jess no pudo evitar coger con la mano.Hubo tiempo hasta para observar lepidópteros.
Pontia daplidice
Polilla sin identificar.
Y poco más, aparte de algún que otro escarabajo (tenebriónidos y carábidos depredadores), más licósidos, hormigas, liebres... Porque nunca viene mal una buena excursión para comenzar las vacaciones de verano.