El pasado verano conocí Candeleda, un precioso pueblo que pertenece al Valle del Tietar, situado al suroeste de la Sierra de Gredos, en la provincia de Ávila (España).
Pueblo de Candeleda, con una plaza de toros montada en la Plaza Mayor durante las fiestas de verano.
Al pasar por el centro de información turística del pueblo, me encontré con una historia inesperada que relaciona a un rey con lo que podría ser la primera medida de protección de una especie animal en España.
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El paraíso de Gredos
La Sierra de Gredos es una sierra que pertenece al sistema central de la península Ibérica, localizada entre las provincias españolas de Salamanca, Cáceres, Ávila, Madrid y Toledo.
Por su situación geográfica y debido a los fuertes desniveles y a la distinta orientación de sus laderas, se considera un auténtico paraíso para la fauna y la flora, es uno de los espacios más valiosos y representativos de Castilla y León.
El Coto Real
Créditos foto: Alonso de la Calle Hidalgo.
Gredos ha sido un territorio desconocido e inexplorado. Recién en 1769, el geógrafo del rey Carlos II, Tomás Lopez, localizaría por primera vez a la Sierra de Gredos en sus mapas. Era una zona inhóspita para los habitantes de los pueblos de la sierra, sin embargo, era visitada frecuentemente por cazadores extranjeros, científicos y naturistas.
Aparentemente la caza de monteses de Gredos en esa época era sistemática y los especímenes disminuían alevosamente. Así que, el Marqués de Villaviciosa, quién años después sería el promotor del primer Parque Nacional de España, sembró la idea de poner el “cazadero de Gredos” en manos y bajo la protección de su majestad Alfolso XIII, de cara a “salvaguardar el macho montés de su probable extinción”.
Así, el 24 de abril de 1904, el Ayuntamiento de Candeleda cedería parte de sus terrenos al rey Alfonso XIII para la creación del Coto Real de Gredos, quien se guardaría derechos exclusivos de caza de la Capra pyrenaica victoriae (subespecie de la sierra de Gredos).
Seis años después de la creación del Coto Real y luego de unos años de no cazar y cuidar a la cabra, el peligro de extinción supuestamente se había superado. En 1911, el monarca volvería a Gredos a cazar. No me quiero ni imaginar lo que debe haber sido eso.
Confieso que me cuesta entender todavía esto de las monarquías y los reyes, pero ¿se podría pensar que ésta fue la primera vez que en España se adoptaba una medida que suponía la protección de una especia animal?
Lo cierto es la Sierra de Gredos ha sido una especie de laboratorio para diversas iniciativas de protección y promoción, que van desde la creación del Coto Real, a la declaración del Parque Regional y Reserva Regional de Caza, en 1996.
Cabra montés de la Sierra de Gredos.
Según la Unión internacional para la conservación de los recursos naturales y la Naturaleza (IUCN del inglés International Union for Conservation of Nature and Natural Resources), actualmente la población de cabra montés de la Sierra de Gredos ronda en los 8.000 ejemplares y su situación sería de ‘menor preocupación’.
No obstante, los efectos devastadores del pasado reciente ocasionados por la sarna y la actividad cinegética descontrolada han de preverse. Si bien la población, en teoría, está en aumento, el aislamiento genético de poblaciones y la fragmentación y destrucción del hábitat (a través de la agricultura, los incendios y el desarrollo de infraestructuras) pueden afectar a ciertas poblaciones de Capra pyrenaica y provocar problemas de conservación de esta especie en un futuro.
Bibliografía consultada:
-Web MedioAmbiente JCyL
-Web magrama.gob.es
-Vaquero Sánchez, Pedro (1976). «El Coto Nacional de Gredos: Historia de una incautación». Tiempo de historia (Salamanca) (18): 90-99. ISSN 2340-0358.
Bióloga comprometida con la educación y divulgación de las Ciencias.
@emma_obrien_e
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