La Sierra del Rincón en Madrid, cinco municipios que han conseguido situarse entre los más de 600 lugares privilegiados, repartidos por todo el planeta, reconocidos por la UNESCO como Reserva de la Biosfera, por conjugar tradición, hombre, naturaleza y modernidad.
De tradición ganadera, estos pueblos son un ejemplo de actualización de lo mejor del arte de la arquitectura tradicional. Los pueblos, integrados en el relieve, son de casas de piedra con teja árabe, y su entorno está salpicado de molinos, fuentes, fraguas, puentes, potros, caminos, hornos, corrales y muros de piedra formando un singular paisaje cultural.
Es una diversidad de paisajes organizados en dehesas, robledales, roquedos y matorrales, conservados de forma ejemplar. Entre sus bosques destaca el singular Hayedo de Montejo, uno de los más meridionales de Europa.
Pinceladas de historia …
Aunque se han encontrado restos de la Edad del Bronce, no se ha podido confirmar la existencia de una ocupación permanente en la zona. Los romanos también dejaron huella, pero vinculada a los caminos que atravesaban la zona. Todo parece indicar que este territorio estuvo despoblado hasta la reconquista, cuando se crean asentamientos permanentes.
Por su aislamiento territorial y clima riguroso, los habitantes de este territorio mantenían una economía autosuficiente, basada en el aprovechamiento comunal de los recursos naturales, con una ganadería de carácter extensivo complementada con pequeños huertos de carácter familiar.
Un ejemplo de la gestión ganadera son las dehesas boyales de Puebla de la Sierra y La Hiruela, con prados adehesados cercados por muros de piedra y extraordinarios ejemplares de roble y haya, con algún tejo centenario.
Más tarde, en la segunda mitad del S XX, esta comarca perdió más del 60% de la población, que partió en busca de mejores condiciones de vida. Por ello llegó a ser conocida como la Sierra Pobre de Madrid.
Presente y futuro
Ese pasado de abandono ha permitido conservar hasta hoy unos encantos que la mayoría del resto de las comarcas madrileñas ha perdido. En parte por este motivo y en parte por su extraordinario potencial de desarrollo sostenible, la Sierra fue declarada por la UNESCO Reserva de la Biosfera en 2005.
Así, los cinco pueblos de la Sierra han apostado por mantener su escepcional paisaje, consiguiendo que la mayoría de las nuevas construcciones respeten las características arquitectónicas tradicionales, en cuanto a tipología y materiales.
Hoy, encontramos pueblos con una trama urbana sencilla, con la plaza en el centro, en donde se encuentra la casa consistorial, la fuente y la iglesia. Las casas, de gruesos muros de piedra, están juntas para abrigarse del rigor climático y las calles conducen a los huertos familiares y prados próximos.
Aunque la principal actividad económica de la comarca es el turismo, también hay caza, ganadería, apicultura y pequeñas producciones de hortalizas con gran aceptación entre el mercado madrileño.
Rico, rico …
En la gastronomía de los municipios de la Sierra del Rincón se pueden encontrar los típicos asados de carnes de la zona: perdiz, ciervo, jabalí, cabrito y corzo. Las setas se combinan con las carnes y las verduras con el rabo de toro.
Patatas, judiones y migas, hechas a base pan, ajos y tocino, completan la oferta.
En la Sierra del Rincón aún se cultivan variedades autóctonas que adquirieron especial relevancia en las comarcas de la Sierra. Destacan la Judía Blanca de Villavieja, llamada también Blanca del Lozoya, las Judías de las Once también conocidas como Caretas y el Judión de Montejo
El Paisaje
La Sierra del Rincón se caracteriza por formar un cordel montañoso en todo su sector norte, este y sur. Los relieves del oeste se articulan en dos valles: los de la Hiruela y la Puebla.
El valle de la Hiruela se encuentra delimitado por cumbres que se elevan hasta los 1.800m, al fondo, el río Jarama. El valle de la Puebla, de dimensión notablemente mayor que el de La Hiruela, se organiza como una estructura cerrada en torno a un estrecho fondo llano en el que está el pueblo del mismo nombre.
En las cumbres aparecen los piornales, de elevado valor paisajístico, junto con cantuesares, tomillares y extensos jarales.
En algunos sectores hay extensos melojares con algunos ejemplares de roble albar y abedul. Son bosques que históricamente han sido intensamente aprovechados para la obtención de madera, leña y, sobre todo, carbón. De ahí su fisonomía. Con la pérdida de su antigua función estos bosques se encuentran en franca recuperación.
También hay extensas repoblaciones de pinos, generalmente pino silvestre, de gran interés micológico.
El Hayedo de Montejo
Un bosque excepcional, por constituir uno de los hayedos más meridionales de Europa, de unas 250 hectáreas. Se localiza en la umbría del alto valle del río Jarama, en donde un microclima especialmente húmedo, ha permitido que se conserve este bosque de carácter centro-europeo.
Aparece acompañado de roble albar, abedul, avellano y acebo, formando un conjunto de gran belleza. Al ser un lugar muy frecuentado las visitas están restringidas, por lo que es necesario solicitar permiso para entrar.