Tras el Carnaval llega la Cuaresma (a caballo entre febrero y marzo), un periodo de recogimiento que se traduce en la ausencia de fiestas. En la Sierra Norte, desde el retorno de los hijos de la tierra han surgido fiestas nuevas, antes de que llegue la Semana Santa. Persiguen el objetivo de siempre, el reencuentro de los que se fueron en el pueblo para contarse como les ha ido y recordar viejos tiempos.
Como cada año desde 1.994 Puebla de Valles celebra la fiesta del Olivo Milenario el sábado más próximo a San José (el 21 de marzo). Un homenaje a este árbol singular y símbolo de La Ribera.
Y el Domingo de Ramos (29 de marzo) los vecinos depositan a la puerta de la iglesia ramas de olivo, que después de misa el cura bendice y reparte. Cada uno la coloca en su ventana hasta que finaliza la Semana Santa.
Lar-ami